domingo, 22 de junio de 2014

Voto por la paz pero con advertencias

El pasado domingo fue el ballotage de las presidenciales colombianas y las encuestas dividían pronósticos entre los dos candidatos: Óscar Iván Zuluaga Escobar y Juan Manuel Santos Calderón, quien ganó con 50,95% de los votos válidos.

Para su reelección, al presidente no le fue nada fácil: durante la campaña, recibió ataques frontales de los demás candidatos por su gestión y por el manejo de las conversaciones de paz con las FARC —sobre todo de Zuluaga Escobar y su mentor, el expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien también lo fue de Santos Calderón— y en vísperas por las denuncias de complicidad con narcotraficantes contra su estratega JJ Rendón —renunció— que salpicaban al presidente aunque sin pruebas. Su resultado en primera vuelta fue segundo lugar con 25,69% de votos válidos —10,01% del padrón electoral— para medirse en segundas con su rival Zuluaga Escobar —en realidad con Uribe Vélez.

Para segunda vuelta, Santos Calderón se alió con los adversarios de izquierda de la primera: Clara López Obregón de Polo Democrático Alternativo, firme crítica del manejo liberal de la economía —le aseguró triplicar sus votos en la decisiva Bogotá—, dirigentes de Alianza Verde —partido que había llevado de candidato a Enrique Peñalosa Londoño— y Unión Patriótica, además del alcalde bogotano Gustavo Petro Urrego y la exsenadora Piedad Córdoba Ruíz, mientras Zuluaga Escobar pactaba con sectores del conservadurismo y su candidata Marta Lucía Ramírez de Rincón.

Dos aspectos serán decisivos de tener en cuenta por el próximo gobierno: El primero, que los sectores de izquierda que lo apoyaron, con posiciones diametrales en política económica y también social a las del presidente, reclamaran por su apoyo, y segundo pero tan importante, que por él sólo votó 23,71% de los electores colombianos, lo que significa que a más de 25 millones de ellos —76,29% del padrón— su mensaje no les convenció.



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