miércoles, 18 de junio de 2014

CFK pierde pulseada con los ‘buitres’

Si alguna pesadilla robaba el sueño a la Administración CFK —sobre todo después que acreedores demandantes le inmovilizaron en 2012 durante 77 días en Accra (Ghana) el buque insignia de la Armada, la fragata "Libertad", con intenciones frustradas de embargarla— era que la Corte Suprema de EEUU  ratificara el fallo de 2011 del juez de primera instancia Thomas Griesa, que obligaba al país a pagar a todos sus acreedores en default, hubieran negociado o no. Y eso acabó de pasar.

A fines de 2001, la deuda externa argentina representaba 153,6% de su PIB y el 23 de diciembre el gobierno interino decretó la suspensión de sus pagos —el default. El gobierno Kirchner, entre 2003 y 2005 renegoció la reprogramación de las obligaciones con los organismos financieros multilaterales y un canje de deuda con los tenedores de bonos argentinos —más de USD 94 mil millones— con reducción promedio de 75% de su valor: una forma de no perder todo. Aceptada por la mayoría, sin embargo, una minoría —fondos de capital de riesgo o de inversión libre, los denominados fondos buitre, que compraron deuda argentina muy por debajo de su valor nominal para luego intentar cobrar su totalidad— con 7% del total se negó y el fallo obliga a pagarles ya USD 15 mil millones, más de la mitad de las reservas actuales del país.

Pero el más grave problema es que los acreedores ya acordados, ante esta decisión, reclamen el pago total. Lo que provocaría una nueva e inimaginable crisis.




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