lunes, 31 de octubre de 2011

Cosecha de Octubre

Esta semana, el mundo (y sus líderes, principalmente) evaluarán qué significó la convocatoria global de los Indignados. Este 15 de Octubre, en centenares de ciudades de Europa, Norte y Sudamérica, Oceanía y Asia (no he leído nada de África) hubo manifestaciones de ciudadanos que piden ¡Democracia real ya! (uno de sus principales lemas) y en las que participaron desde poco más de un centenar de manifestantes (como en Seúl y Tokio) hasta alrededor de 150 mil, como en Roma (la única con expresiones marginales violentas).

Estas manifestaciones, en los pocos meses desde que tomaron forma y nombre, han ido extendiéndose por todo el mundo. Mientras en los países más “exitosos” (Unión Europea, EE.UU., Hong Kong, Chile o Brasil) la protesta es, sobre todo, una expresión de clases medias por poder decidir y ganar o no perder beneficios para toda la sociedad, en los países árabes los manifestantes reclaman (y van obteniendo) la caída de regímenes totalitarios y corruptos. No es un movimiento homogéneo en sus intereses ni tiene líderes visibles (como si fue el 68) ni es partidario: son espontáneos, y el gran error sería considerarlos como “movimiento marginal antisistema” de extrema izquierda, como los describió José María Aznar en días pasados.
Mientras tanto, y no al margen, 8 años después de Octubre Negro Bolivia se apresta para 2 hechos importantes: La llegada de la marcha indígena por el TIPNIS a La Paz y los resultados de las elecciones judiciales.

Del segundo, con independencia de los votos válidos o nulos y blancos (aunque el número de éstos, sin fines prácticos en la votación, medirá el apoyo del electorado a esta elección, más allá que plebiscitario del mismo Gobierno), saldrá un nuevo Poder Judicial, sin dudas más afín al ordenamiento surgido tras la nueva Constitución y, posiblemente, más cercano al Gobierno actual. 

La marcha indígena por el TIPNIS nació como un reclamo de las naciones indígenas asentadas en ese Territorio en defensa de sus derechos pero fue creciendo hasta convertirse en aglutinador de amplios y diversos sectores sociales. Sin ser oposición al Proceso de Cambio y sin afiliación partidaria (aunque se la hayan querido “descubrir”, sobrevalorando a los menguados partidos de oposición), a este movimiento le ha potenciado el haberse violado la nueva Constitución en contra de sus derechos, la mala conducción de los diferentes intentos de diálogo (junto con una abrumadora propaganda oficial que terminó siendo contraproducente) y la violenta represión policial contra su avance pacífico (decisión de represión que, hasta hoy, ha quedado circunscrita a mandos medios del cuerpo policial).

La suma de apoyos que ha tenido la marcha (al margen de oportunismos que han querido infructuosamente ganar protagonismo con ella) terminará de comprobarse cuando descienda de El Alto a La Paz. Y las banderas/consignas no serán partidarias sino las mismas que han tremolado los Indignados en Madrid, Londres, Nueva York, Roma, Santiago y tantas otras ciudades: las de una nueva conciencia social.


Referencias:
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/10/14/internacional/1318610830.html#otros

domingo, 2 de octubre de 2011

Imprevisión es soberbia

En mi anterior entrega me refería al movimiento de los Indignados, que toma nombre del documento ¡Indígnense! del héroe antifascista y defensor de los derechos humanos Stéphane Hessel y que se reproduce y toma distintas banderas en cada país pero unidos por la inconformidad con las exclusiones. Y mencionaba sus principales críticas: la gran diferencia creciente entre los muy pobres y los muy ricos; la violación cotidiana de los derechos humanos, y el estado de destrucción del planeta por empresas y gobiernos, agravado con nuestra indiferencia.
El artículo apareció en los días previos a la dispersión violenta de la Marcha en Defensa del TIPNIS. Su título (“¡Indignémonos!”) era una premonición de lo que sucedió a una gran parte de la sociedad civil boliviana y de sus repercusiones internacionales.
No escribiré sobre la Marcha y su dispersión, porque ha habido muchos comentarios y noticias (algunas pocas erradas, como la noticia de muertos, iniciada por una fuente no mediática ni segura y que algunos medios difundieron sin corroborar, inexcusablemente).  Me referiré a la causa de la Marcha.
En la Constitución Política del Estado de 2009, en su Artículo 2 se garantiza a las naciones y pueblos indígena originario campesinos “su libre determinación en el marco de la unidad del Estado, que consiste en su derecho a la autonomía, al autogobierno, a su cultura, al reconocimiento de sus instituciones y a la consolidación de sus entidades territoriales”. Más adelante, en su Artículo 30 inciso II numeral 15, se señala que tienen el derecho “a ser consultados mediante procedimientos apropiados, y en particular a través de sus instituciones, cada vez que se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarles. En este marco, se respetará y garantizará el derecho a la consulta previa obligatoria, realizada por el Estado, de buena fe y concertada, respecto a la explotación de los recursos naturales no renovables en el territorio que habitan.” Esto no se cumplió en el caso de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos y es la raíz de la protesta.
Más allá de las causales –entre ellas tanto el interés de Brasil en conectarse con Chile (el ex presidente Lula vino como disertante y seguro lobista de la constructora en medio del conflicto, como también fue a Costa Rica por la misma empresa) como el de la explotación de los hidrocarburos y la madera del Parque– está la falta de visión estratégica de quienes en el Gobierno tomaron la decisión de no consultar, no previendo las consecuencias y confiando aún en el éxito aplastante de 2009 –soberbia que ya se manifestó cuando el gasolinazo de 2010 y que tuvo las mismas consecuencias que ahora: unir a la población en contra de la medida.
Confío en que Dios –en la cosmovisión de cada uno– ilumine un diálogo abierto y sin precondiciones y que Él nos prevenga de la violencia cuando camine con Su pueblo. También Le pido que nos aparte los oportunistas que puedan aparecer y que se respeten los derechos de todos.
Referencias: