martes, 24 de diciembre de 2013

Más serán menos

Estando en Lima la semana pasada, me enteré de la proclamación de Costas Aguilera como candidato presidencial del MDS para 2014, que en medios internacionales se lo presentó como el campeón de la oposición (por ser el gobernador de la región más rica y en su momento eje opositor), que podía hacer peligrar la reelección de Morales Ayma; distorsión ésta que me decidió a escribir sobre el tema para reflexionar sobre situaciones del período, lo que antes no me parecía aún tan urgente.

Como desde hace unos años escribo sobre elecciones en la Región, aprovecharé para analizarla, a la luz más de procesos electorales recientes en otros países bolivarianos.

Lo primero, la situación local. Aunque las encuestas de intención de voto en Bolivia generalmente adolecen de la opinión rural, para un análisis a priori podremos guiarnos por las difundidas en noviembre pasado; en la de Ipsos, la Administración Morales Ayma (él en particular en el imaginario electoral) tiene 57% de aprobación (números redondos), mientras para Tal Cual (que sí preguntó por la intención directamente) 31% votarían hoy (un dato sólo creíble según la muestra seleccionada), mientras otra mencionada por un columnista en “El Deber” le asigna 33%  y una cuarta (de PAT) lo acerca a 40%. 

Sólo a modo de comparación (y repito que sin dar criterios de total fiabilidad por las razones de muestra), estos estudios (exceptuando IPSOS, que no menciona) le asignan a Costas Aguilera 13-9-13% para promediar 12, a Doria Medina Auza (de UN y promotor del Frente Amplio) 9-14-15% con promedio de 13 y Del Granado Cosío (MSM) obtiene 6-13-11%, promediando 10%. Si consideramos, hipotéticamente, la unión de los 3 caudales la oposición tendría un potencial 34%, menor aún que lo que se le asigna al actual presidente: 31-33-40% y promedio de 35%, y esto sin voto rural, su bastión.

Pero el panorama se complica aun más para la oposición porque no son éstos tres los únicos contendientes: Recordando las de 2009 cuando llegaron a presentarse 12 candidatos opositores que se decantaron en 7 y que, en conjunto, se acercaron a un magro 36%, en las actuales se mencionan sectores disidentes del MAS-IPSP con Patzi Paco, Gil Moreno con Fuerza Demócrata, Rodríguez Pari con FPV, el MIR con (posiblemente) Paz Zamora, Quiroga Ramírez quizás por el PVB-IEP, UCS con el insumergible Johnny Fernández Saucedo y el MNR (aunque posible dentro del Frente Amplio), sin descartar otros.

La situación, con mucho, recuerda Nicaragua 2011 y Ecuador 2013, donde 4 y 7 partidos opositores separados obtuvieron magros resultados sumados de 21 y 43%, respectivamente.

Falta una voluntad y un plan conjunto de la oposición local, hoy lejos de replicar la Mesa de Unidad Democrática venezolana para 2014, porque aún muchos confían en su propio espacio y en los beneficios (sean de representación legislativa, políticos u otros) que esto les depare.
Ojalá sus asesores no se equivoquen como Greenberg Carville en 2009.

Pero, mientras, ¡les deseo felices fiestas!

Referencias


domingo, 22 de diciembre de 2013

Los desafíos para la región serán grandes

Pronto será 2014, para Latinoamérica un año más o el de dejar de ser el «Continente de la Eterna Esperanza» —Brasil ya lo celebró en 2010 y vimos qué pasó este año...

Desarrollarse luego de China. En este siglo aumentaron mucho las exportaciones de la Región, lo que conllevó un crecimiento acelerado. El gran impulsor: China. La gran deficiencia: Exportar materias primas. El gran pecado: Disfrutar de la “enfermedad holandesa”, sin industrializar esas exportaciones primarias. Hoy, China se desacelera, reduciendo sus importaciones primarias y afectando significativamente los ingresos latinoamericanos.

Integrarse ¡de verdad! En la Región, en las últimas 6 décadas surgieron múltiples procesos que los más fracasaron paulatinamente por ausencia de verdaderas vocaciones integradoras por confrontaciones ideológicas. Hoy se contrapone al MERCOSUR con la Alianza del Pacífico desde la dicotomía apertura-proteccionismo pero, más allá de discursos, hasta ahora los resultados benefician a la Alianza.

Inclusión sin exclusión. El crecimiento reciente volcó muchos recursos para reducir la pobreza, sobre todo la extrema. Pero, más allá de avances significativos, en la mayoría de los casos esa transferencia de recursos ha sido sólo monetaria —bonos— y no de creación de empleo útil por lo que —como está sucediendo en Venezuela— la reducción en las transferencias directas se convierte en recrecimiento de la pobreza.

Democracia real. Nuestras repúblicas surgieron mezclando la Ilustración con el pensamiento autocolonizable y reduccionista. Por eso, nuestras democracias han luchado dos siglos con el patriarcalismo —de todas las tendencias ideológicas—, la corrupción y la falta de transparencia que aprisionan al ciudadano y sus libertades. Hoy, cuando en algunos países —como Nicaragua— aparecen prorroguismos aupados en populismos, es necesario potenciar los valores democráticos.


2015. Cuando se inicie, habrá pasado el Mundial de Fútbol, se habrán elegido nuevos gobiernos y, posiblemente, el resto del mundo haya superado ¡al fin! la crisis. De nosotros todos —ciudadanos— depende Latinoamérica.

Michelle, el mar y los retos de transformar una democracia

Michelle Bachelet Jeria será el 11 de marzo el sexto Presidente de Chile luego del regreso a la democracia, el primer mandatario que es reelegido para un segundo período —no consecutivo—, el primero que superó la cota de 60% de votos efectivos —62,16% en segunda vuelta— y la única mujer que ha ocupado el cargo. Pero también es el primer gobierno de la democracia sin mayoría en ambas Cámaras —sólo relativa en una—, el primero elegido con menos sufragios totales —26,08% del padrón, menos que en primera vuelta— y el primero con una coalición —Nueva Mayoría— que no satisface totalmente a uno de sus socios —la Democracia Cristiana, mayoritario dentro de ella.

Todas estas consideraciones deben de ser muy importantes al analizar el futuro de su mandato. En lo interno, la representante de Nueva Mayoría —la agrupación creada a partir de la Concertación para dar cabida a militantes comunistas, lo que no cayó muy bien en la Democracia Cristiana, su partido mayoritario— debe cumplir sus promesas: reforma educativa (con gratuidad universal de la educación), reforma tributaria (para financiarla) y una nueva Constitución, pero sólo cuenta en el Congreso con los votos necesarios para la segunda —incluidos los no muy conformes de la DC—; el camino es cuesta arriba.

Si en lo interno le será difícil, en lo externo también se le complicará el panorama: dos reclamos contra Chile en la Corte Internacional de La Haya —de Perú y de Bolivia, ambos por temas marítimos aunque diferentes, el primero al salir—, la calidad de la participación del país en el Acuerdo del Pacífico —observado por ella por considerarlo “reduccionista”—, su pretendida apertura al Este —Argentina y, sobre todo, Brasil— y, poco mencionada, el mantener una creciente participación en la ASEAN –entidad que, junto con EEUU, son fundamentales para la IED en Chile.


La disyuntiva es delicada: mantener el desarrollo y la apertura de Chile mejorando la inclusión y el beneficio sociales o romper el equilibrio entre esos factores. 

sábado, 21 de diciembre de 2013

8D: el plebiscito fallido

Sun Tzu decía: “Con una evaluación cuidadosa, uno puede vencer; sin ella, no puede.”

La oposición venezolana proclamó las pasadas elecciones municipales —se elegían 337 alcaldes y 2.389 concejales— como plebiscito de la gestión oficialista para un país con galopante inflación —la más alta en 14 años—, profunda escasez de productos básicos —21%—, dólar paralelo en crecimiento descontrolado y reducción significativa de las reservas internacionales. Éstas eran las bazas de la oposición agrupada en la MUD.

Pero los resultados no le dieron la razón con dos grandes factores en contra: el primero, propio, la desmotivación de parte de su electorado tras tres derrotas consecutivas —presidenciales de octubre 2012 y marzo 2013 y estatales de diciembre 2012—; el segundo, desde el gobierno, el efecto —beneficioso para las clases populares y medias— de las drásticas medidas económicas de las últimas semanas. El oficialismo y sus aliados ganaron la mayoría de las alcaldías aunque participó menos de 60% de electores, la menor de los tres últimos eventos.

Sin embargo, esta lectura a priori esconde dos elementos importantes: la oposición mantuvo los principales centros poblacionales y captó otros más —como Barinas, cuna de Chávez Frías— mientras el gobierno crecía en zonas rurales o de menor población.

Sin dudar de la victoria oficialista, queda pensar si ese apoyo fue eventual —por las fuertes reducciones de precios— o permanente. Pero no se volverá a evaluar —al menos electoralmente— hasta 2015, en las parlamentarias.

Referencias

http://www.laeditorialvirtual.com.ar/pages/SunTzu/SunTzu_ArteDeLaGuerra.htm

miércoles, 18 de diciembre de 2013

La larga campaña para la reelección de Evo Morales

A finales de 2014 se realizarán los comicios para elegir presidente, vicepresidente y miembros de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) de Bolivia. Según la Ley Electoral: “La postulación y preselección de postulantes, con una duración de sesenta (60) días”, sin embargo la campaña por la reelección de Morales Ayma empezó el 22 de enero de 2010, momento que juró oficialmente —después que el día anterior fuera celebrado en una a modo de coronación supuestamente ancestral indígena en las ruinas de Tiahuanacu— su segundo (primero en la interpretación constitucional reciente) período presidencial.

Pero, ¿por qué tan dilatada campaña?

 

Elecciones 2009

Las elecciones generales de diciembre de 2009 dieron nuevos resultados inéditos en la democracia boliviana: El candidato-presidente Morales Ayma ganaba con su partido MAS-IPSP con 64.22% de los votos emitidos —mientras su más cercano competidor (PPB-Convergencia) sólo alcanzó 26.5% entre siete candidaturas opositoras—, con lo que se convertía en el octogésimo quinto presidente de la República de Bolivia —y desde 2009, en el primer presidente del Estado Plurinacional.

Estas nuevas cotas mantenían un aumento constante de su caudal electoral: En su primer triunfo (diciembre 2005), había ganado las elecciones nacionales y prefecturales con 53.74%, algo inédito en el período democrático: en 1985, la Acción Democrática Nacionalista (ADN) ganó con 32,83% pero el gobierno fue para el segundo (Movimiento Nacionalista Revolucionario, MNR) que logró más votos en el Congreso; nuevamente, en 1989 gana la ADN y sus aliados con 25,24% pero, ante el bloqueo congresal del MNR, decide apoyar al tercero en votación (Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR) y darle la Presidencia, en alianza; en 1993, el MNR ganó con 35.57%, en 1997 fue la ADN (luego en amplia coalición) con 22.26% y en 2002 regresó el MNR con 22.46%, necesitando todos de amplias coaliciones para gobernar.

Haciendo una curva de votación en los diferentes procesos electorales a partir de 2002, cuando el MAS irrumpe en la escena electoral, y hasta la elección de 2009 encontramos un ascenso de preferencia sostenido[JRV1] :

Estos resultados se convirtieron en 2009 en una mayoría absoluta en ambas Cámaras.

El ascenso continuado del MAS fue el resultado de varios factores combinados (que en la mayoría de los factores sucedió similar en el resto de Latinoamérica y que fueran la motivación electoral para los ascensos de Chávez Frías en Venezuela 1998, Kirchner Ostoić en Argentina 2003 y Correa Delgado en Ecuador 2006): De un lado, el descrédito de la clase política, lo que conllevaba la imposibilidad de que esa clase arrastrara un electorado importante tras un Proyecto País (que, en Bolivia, después de la crisis de 1985 sólo se avizoró en el neoliberal y descentralizador Plan de Todos del MNR en 1993). De otro, un Índice de Gini que demostraba una gran desigualdad (57,8 en 2005, año de las elecciones) y la incapacidad inmediata de solucionarlo (llevando a una agudización de la coyuntura social, que provocó que entre 2003 y 2005 hubiera tres Presidentes consecutivos). Tercero y consecuencia, la imposibilidad de un mensaje creíble de mejora.

Frente a esto, el MAS-IPSP pudo brindar: un refresh en política con su mensaje de “proceso de cambio” (con una campaña simple y machacona de su leiv motiv, sin muchos mensajes diversos y muy efectiva para sus públicos principales: los que estaban fuera del sistema de partidos y los que les desencantaba el actual establishment) y una apertura a incorporaciones (muchos de los que se sumaron al proyecto político eran outsiders, como el Vicepresidente García Linera, exguerrillero, o intelectuales y políticos de todo el espectro de la izquierda nacional, muchos de los cuales se fueron retirando del proyecto en los años siguientes).
2009 marcó el final de la primera etapa de ascenso al poder por el MAS —autodenominado Primer Ciclo de Gobierno Indígena en Bolivia—, que se había iniciado mucho antes, en 1997, cuando sectores de izquierda de la Falange Socialista Boliviana (movimiento nacionalista que tuvo mucha fuerza entre 1950 y 1970) fundaron el Movimiento al Socialismo-Unzaguista (MAS-U, después MAS-IPSP) que inicialmente abanderó las reivindicaciones de los cocaleros y que, ya en el gobierno, adoptó la doctrina de “capitalismo de estado andino”.

Con este panorama tan positivo, el Gobierno del MAS se abocó a una segunda etapa de consolidación y permanencia en el Poder a largo plazo a través de cooptar los diferentes niveles del Estado, desplazando a opositores tradicionales y disidentes. Y la primera etapa se definía en los primeros comicios dentro de las autonomías proclamadas en la Nueva Constitución Política del Estado (NCPE): las elecciones municipales y para Gobernadores.

 

Elecciones 2010

A partir de la asunción de enero 2010, la distribución de funciones dentro de la estructura de Gobierno quedaba definida con el ejercicio de la administración del Estado básicamente por el Vicepresidente García Linera con apoyo —o complementación— de algunos ministros clave: de la Presidencia y de Gobierno —que fueron variando en el período— y de Economía —junto con el desvalorado Canciller, permanente desde el primer gabinete de 2006—, mientras el Presidente Morales Ayma se abocaba a afianzar su permanencia en el Poder a largo plazo liderando las campañas del MAS en los procesos siguientes: las elecciones municipales y para Gobernadores de 2010, las judiciales de 2011 y las nacionales de 2014, además de los comicios que hubiera para sustituir autoridades electas en 2005 [JRV2] —principalmente, el alcalde de Sucre, la capital, y el gobernador de Beni.

Este involucramiento tan importante del mandatario-Jefe de Campaña —apoyado por la maquinaria propagandística del Estado— conllevó que los éxitos de la administración (economía, reivindicaciones sociales, unión nacional) y políticos del MAS se identificaran con Morales Ayma, convirtiéndolo en la personificación del Proceso de Cambio preconizado por el Gobierno del MAS. Esto, repetido continuamente por los medios y de lo que continuaremos mencionando, si bien por un lado reforzaba el posicionamiento positivo de Morales Ayma, también conllevaba que las derrotas electorales se le atribuyeran personalmente y pudieran afectar su proyección de imagen.

En las elecciones de 2010 el MAS tuvo un resultado dicotómico. De las 337 alcaldías en disputa, el MAS obtuvo 228 (67,7%), superando los resultados obtenidos en 2004 (101: 18,5%) aunque los Concejos Municipales donde fue mayoría fueron menos: 183 (54,3%). Sin embargo, un resultado mucho más importante fue que de las 10 principales ciudades del país (las 9 capitales departamentales y la ciudad de El Alto, bastión del MAS), el MAS sólo obtuvo 3 ciudades y con votaciones con diferencias muy reducidas con su principal contendor: El Alto y Cochabamba (ambos con Unidad Nacional) y Cobija (la más pequeña, frente a partidarios del depuesto Prefecto Fernández Ferreira), si bien un ascenso con respecto a 2004 —elecciones en las que no ocupó en propiedad ninguna alcaldía (aunque sí su entonces socio, el Movimiento Sin Miedo, en La Paz y que en 2010, ya de opositor, repitió) [JRV3] — una derrota frente a la amplia inversión de campaña hecha por el mismo Presidente.

En las elecciones para Gobernadores (antes Prefectos), el MAS en 2010 mantuvo las de La Paz y Cochabamba (ganadas ambas en el revocatorio de 2008), así como Cochabamba, Potosí y Pando (ésta con victoria muy reducida y en su poder desde 2008) y  recuperó Chuquisaca, mientras que la oposición obtuvo las Gobernaciones de Santa Cruz, Tarija (principales del rubro de hidrocarburos) y Beni.

Tanto opositores como oficialistas dieron estos resultados como satisfactorios para su bando. Sin embargo, considerando que durante toda la campaña el Presidente Morales Ayma fue el impulsor permanente de sus candidatos —convirtiendo el voto municipal en un voto personalizado para su gestión— y que, a pesar de los amplios apoyos propagandísticos de éxitos de la gestión de Gobierno —una constante permanente, sobre todo a partir de este momento—, obtuviera menos votos válidos municipales con respecto a la oposición (las 10 ciudades tienen la mayoría de la población) y no pudiera ganar todos los Departamentos, sin dudas fue el primer revés de las campañas del MAS y un aviso para el Presidente Morales Ayma.

 

Elecciones Judiciales

El segundo proceso electoral fue muy importante dentro del proceso de reconversión del Estado. La coaptación del Poder Judicial era el eslabón faltante de esta nueva etapa del proceso de cambio —el Segundo Ciclo de Gobierno Indígena en Bolivia— en preparación para la reelección del presidente Morales Ayma en 2014 por la necesaria interpretación constitucional de la Ley Nº 026 de 2010 —del Régimen Electoral— que estipula: “El mandato de la Presidenta o Presidente y de la Vicepresidenta o Vicepresidente es de cinco (5) años, y pueden ser reelectas o reelectos por una sola vez de manera continua.” Como es fácil entender, la definición de “segundo mandato” —no contemplada en la Ley No. 4021 de 2009 (de Régimen Electoral Transitorio, abrogada por Ley No. 026) y que fue el instrumento de compromiso entre el gobierno y la, entonces, mayoría opositora en el Senado para viabilizar la nueva Constitución Política del Estado (NCPE)— puede interpretarse de dos formas diametralmente opuestas: O el mandato surgido en 2009 y asumido en 2010 bajo el nuevo Estado Plurinacional de Bolivia (refundado con la NCPE) es originario y, por ende, susceptible de reelegirse, o ese mandato es el segundo consecutivo de Morales Ayma, considerando el de 2005 bajo la anterior Constitución de la entonces República de Bolivia. No es necesario destacar que la primera versión es la oficialista y la segunda la de la oposición.

Las elecciones judiciales se realizaron el 16 de octubre de 2011 para elegir 56 cargos en el Tribunal Supremo de Justicia (18), el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP: 14), el Consejo de la Magistratura (10) y el Tribunal Supremo Agroambiental (14), entre 118 candidatos selecciónalos por la ALP. Con ello se completaban los cambios fundamentales preconizados dentro de la Revolución Democrática y Cultural por Morales Ayma y el MAS, cerrándose los cooptamientos de los Poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo (con más de 2/3 desde 2010), Electoral (Poder establecido con la NCPE) y, ahora más, Judicial.

Si bien en otros países, diferentes autoridades judiciales son elegidas por voto ciudadano, este proceso electoral tenía la originalidad de que todas las principales autoridades nacionales del Poder Judicial eran elegidas por ese voto ciudadano, ya fuera nacional o departamental, no así las autoridades de niveles inferiores —cortes departamentales, tribunales de sentencia, etc.

Una vez más, el Presidente Morales Ayma asumió el papel visible de la campaña electoral (“De frente hago campaña; voy a hacer campaña, no por una persona, sino por el voto Sí”) y se arriesgó a pronosticar que las nuevas autoridades judiciales serían elegidas por 70% o más del electorado. La realidad desmintió sus pronósticos porque (más amplio que lo movilizado por los menguados partidos y políticos de la oposición, que tampoco actuaron como frente único) 61% de los votos emitidos fueron nulos o blancos contra 39% de válidos (y más de 20% de abstencionismo, el mayor de los últimos años), en lo que sería su segunda derrota electoral consecutiva y, posiblemente, la más visible.

Una particularidad de este proceso fue el Reglamento del Régimen Especial de Propaganda para las Elecciones Judiciales que normaba el proceder de los medios de comunicación en el proceso electoral judicial, con prohibiciones y sanciones a los medios con un procedimiento de “supervisión” por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) restrictivo de la libertad de comunicación: control del contenido de las preguntas, tiempo y condiciones de la entrevista, bajo la pena de juicio penal.

Bolivia cambia

Como refuerzo de la presencia permanente del Presidente en campaña, el Gobierno nacional —y sus aliados— ha utilizado diversos mecanismos mediáticos de potenciación de esa presencia. El primero de ellos ha sido el empleo de la distribución de propaganda estatal como captación de afinidades; el segundo, la adquisición de medios privados por afines; el tercero, la creación de una amplia red de radioemisoras locales, principalmente en zonas indígeno-campesinas —Red Patria Nueva—, mientras el cuarto es el seguimiento de todas las actividades del Presidente, sobre todo, y colaboradores.

Y como “paraguas” comunicacional la campaña mediática Bolivia Cambia, Evo Cumple, destinada a personalizar en el Presidente todas las inversiones estatales y sus resultados positivos, mimetizando el desempeño estatal con el reparto discrecional de amplios fondos mediante el Programa presidencial homónimo a gobernaciones y municipalidades afines o de interés de captación.

En conclusión, desde 2010 el proyecto de reelección del Presidente Morales Ayma en 2014 ha sido eje de la agenda gubernamental, abocándose el mismo mandatario a un esfuerzo propagandístico proselitista permanente, secundado eficientemente por el Estado.

José Rafael Vilar es consultor, analista político y profesor. Director de Vilar Asociados en Bolivia.
@JRVilar


 [JRV1]sostenido para el MAS
 [JRV2]2009 y 2010
 [JRV3]OJO: ESPACIO EXCEDENTE.

Referencias