https://unitel.bo/politica/subnacionales-analistas-ven-a-camacho-mas-cerca-de-sosa-que-de-aguilera_140932?fbclid=IwAR18lCiOn-UEZu-VkrfKcm986Ow4qZrHOE2GXq4MwQEqJei7XhsqHq_EXQU#.X-0qU7URpSw.facebook
jueves, 31 de diciembre de 2020
sábado, 26 de diciembre de 2020
Entrevista en P7 sobre Cuba en el artículo "Los artistas alzan la voz en Cuba en un movimiento que apunta a unificar las protestas"
https://www.paginasiete.bo/ideas/2020/12/20/los-artistas-alzan-la-voz-en-cuba-en-un-movimiento-que-apunta-unificar-las-protestas-278496.html
martes, 22 de diciembre de 2020
Panel en EL DEBER RADIO sobre la crisis de los partidos en Bolivia, en específico de DEMÓCRATAS y el MAS
https://www.facebook.com/eldeberradio/videos/139049121162612/
Un año (¡más!) aún sin fin
Con esta columna cierro mis colaboraciones del 2020 y
volveré a inicios de enero, Dios mediante. En la docena de años que llevo
escribiendo para La Razón, esta
columna de finales de año siempre ha tenido algo de política, mucho de buenos
deseos y algunos recuerdos pero ésta será mucho de elecciones y política.
No podía ser diferente porque la lista es larga: inicio del
proceso electoral general en el 2018, campañas, primarias y elecciones
nacionales en 2019 (fraudulentas éstas más allá de otras narrativas
justificadoras), transición (zarandeada, improvisada y con más yerros en el conjunto
que los actores cualificados que tuvo), nuevas elecciones generales en este
2020 y otras nuevas elecciones en el 2021.
El 2020 fue desde los consensos de noviembre de 2019 que
permitieron la transición (real inicio de este año) y la convocatoria de nuevas
elecciones en enero hasta los conflictos y enfrentamientos (violentos o no) del
período. El proceso electoral del 2020, condicionado sui generis por la pandemia, oficialmente se cerró el 8 de
noviembre con la posesión presidencial de Luis Arce Catacora pero sus
antecedentes y consecuencias son como parteaguas.
Los resultados dieron cuatro consecuencias: la primera, que
nadie auguró la magnitud de los resultados que dieron la victoria a Arce (al
filo de la medianoche del 18 de octubre, en espera de los pronósticos últimos
de las encuestadoras, Sebastian Michel del MAS declaraba en vivo a una
televisora que habían alcanzado el 45% de la votación y ganaban, cuando
realmente obtuvieron el 55,11%); la segunda, que todo el arco de partidos y
organizaciones no-MAS (incluyo JUNTOS, aunque se retiró al constatar los
potenciales resultados) fracasaron en lograr un frente común (o, al menos,
coordinado) y demostraron que no tenían fuerza individual trascendente; la
tercera, que los electores votaron para huir de la crisis (impelidos por el
presunto “milagro económico” del ministro Arce) y que, además, la historia de
éxito (aunque fuera ajena y apropiada) pesó más que el liderazgo de Evo
Morales. La cuarta marcará el futuro perspectivo: ningún liderazgo trascendió
al electorado (ya mencioné para Arce y los votos que obtuvo Luis Fernando
Camacho fueron por un sentimiento regional de reivindicación que fracasó en
2019 pero que sus estrategas supieron apropiar).
Las dos campañas más exitosas: la de Arce, que posicionó “su
capacidad de hacer otro milagro”, y la de Camacho, que posicionó el discurso
engañoso de que “las encuestadoras mentían” y que “sería el presidente” manipulando
aspiraciones de sectores de la población.
Las consecuencias: Todos los liderazgos no-MAS fracasaron
(incluyo Camacho, que no ha trascendido su discurso de 2019) y se impondrá una imprescindible
renovación, que las subnacionales podrán ayudar a clarificar y generar.
Por último: Los dos mayores partidos de Bolivia, el MAS y
DEMÓCRATAS, tendrán que refundarse creativamente para sobrevivir. En el MAS, el
liderazgo de Morales ha sido golpeado (primero ganando Arce con más del 8% de
votos que los manipulados para el Jefazo en 2019 y ahora, en las subnacionales,
por la rebelión de las bases masistas contra los candidatos impuestos por el
expresidente), Arce tendrá que cumplir sus promesas para crearse su propio liderazgo
mientras su vicepresidente David Choquehuanca marca significativas distancias
con Morales y reagrupa los movimientos indígenas de Occidente en su nuevo
liderazgo. Para DEMÓCRATAS, ya sin su líder en una posición de gobierno (por
pedido de su propia cercanía) y golpeado por los resultados de 2019 y la
retirada de 2020 que dejó descolocada y frustrada su dirigencia y bases, tendrá
que reinventarse y contener la migración hacia CREEMOS que se ha apropiado, sin
mucha actualización, del discurso que tuvo entre 2004-2008.
Información consultada
http://eju.tv/2020/04/cronologia-del-coronavirus-en-bolivia/
https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Bolivia_de_2020
https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Bolivia_de_2019
https://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Fernando_Camacho
https://www.cancilleria.gob.bo/webmre/fotografia/3039
https://www.la-razon.com/voces/2020/12/08/desmitificando-bolivia-frente-al-covid-19/
https://www.lexivox.org/norms/BO-L-N1096.html
https://www.telesurtv.net/news/bolivia-asuncion-luis-arce-presidente--20201108-0009.html
martes, 8 de diciembre de 2020
Desmitificando Bolivia frente al COVID-19
Del COVID-19, mucho se ha escrito y dudo que haya alguien
que desconozca del coronavirus porque lo hemos sufrido de una forma u otra o en
muchas. No voy a contar su historia —demasiado se ha escrito— ni cómo se ha
desenvuelto en el caso de Bolivia —los medios han hecho mucho por informarnos,
aunque no pocas veces los datos oficiales de referencia pecaban confundiendo—:
voy a hablar del ahora.
Lo primero es que se ha hecho y se sigue haciendo es un esfuerzo
desde los tres niveles de gobierno en Bolivia por reducir los contagios y
paliar las consecuencias, a pesar de un sistema de salud paupérrimo —¿cuántos
años lleva el pedido del 10% a la sordina en legisladores y ejecutores?—, gestionada
la crisis por un gobierno transitorio atosigado con improvisaciones —y per se las urgidas para enfrentar esta
pandemia—, la pesca en río revuelto de los corruptos y las mezquindades de la
política criolla.
Se habla en muchos países de una Segunda Ola —en Europa
se augura una tercera ya en perspectiva y en EEUU algunos ya la anuncian tras
el relajamiento colectivo por Thanksgiving Day— pero en Latinoamérica aún
gestionamos la primera.
Al domingo pasado, desde el inicio el 10 de marzo Bolivia
totalizaba 145.560 contagiados, 8.995 fallecidos y 124.799 recuperados —aclaro
“vivos”—, lo que daba a ese día un 8,1% de casos aún activos (11.766); los
casos totales representan un índice de morbilidad —“cantidad de personas
enfermas en un lugar y tiempo determinado”— por 100 mil habitantes de 1.251,2,
una mortalidad respecto a contagiados del 6,2% y del 77,3% por 100 mil
habitantes y el 85,7% de recuperados, mientras la incidencia acumulada —“cantidad
de nuevos contagiados por 100 mil habitantes”— en la última quincena es de 14
(España tiene 265 y EEUU 231 en este período).
¿Somos los peores en Latinoamérica? No; aunque lejos porcentualmente
de los más efectivos: en morbilidad Cuba (0,077) y Uruguay (0,202) (Bolivia
1,251); en mortalidad x morbilidad Uruguay (1,2) y Cuba (1,5) (nosotros 6,2); en
mortalidad x 100 mil habitantes Cuba (1,2) y Uruguay (2,3) (Bolivia 77,3), y en
recuperados Chile (95,4) y Perú (93,1) (Bolivia 85,7), cuando nos comparamos en
morbilidad (1,251) mejoramos sobre República Dominicana (1,446), Belice
(1,984), Colombia (2,751), Costa Rica (2,861), Chile (2.933), Perú (3,027),
Brasil (3,140), Argentina (3,283) y Panamá (4,230) —y de EEUU: 4,510—; en mortalidad
x morbilidad (Bolivia 6,2) estamos mejor que Ecuador (7,0) y México (9,4); en
mortalidad x 100 mil habitantes (nosotros 77,3) nos superan Ecuador (80,9),
Chile (81,8), Brasil (84,3), México (87,7), Argentina (89,3) y Perú (112,8),
mientras en casos aún activos (Bolivia 8,1) nos sobrepasan Haití (10,6), Panamá
(12,2), Guyana (13,8), México (17,1), República Dominicana (19,7), Uruguay
(27,8), Nicaragua (24,9), Paraguay (27,6), Costa Rica (32,1), Belice (48,4) y
Honduras (52,8).
¿Nos acercamos en Bolivia a una Segunda Ola? No hasta ahora,
porque la incidencia acumulada para los pasados 14 días es baja (14) y los
departamentos que la superan (Pando 15; Santa Cruz y Potosí: 21; Oruro: 23, y
Tarija 27) no se desmarcan significativamente.
Aunque el Decreto 4404 flexibiliza las medidas de
bioseguridad entre el 1 de diciembre pasado y el 15 de enero próximo con el
objetivo explícito de promover la recuperación, no descarta la vigencia del
espíritu de estas medidas y, a la vez, establece que serán los demás niveles de
gobierno quienes las definirán para sus territorios sin obviar la preparación
ante un eventual incremento de casos, dejándonos a todos la responsabilidad
consciente de cumplirlas.
En mi próxima columna trataré nuestras peores “endemias”: las políticas. Es el momento de “vacunarlas”.
Información consultada
http://eju.tv/2020/04/cronologia-del-coronavirus-en-bolivia/
http://geoconfluences.ens-lyon.fr/glossaire/endemie-epidemie
http://www.gacetaoficialdebolivia.gob.bo/edicions/view/1335NEC
https://cincodias.elpais.com/cincodias/2020/12/01/economia/1606849725_611001.html
https://cnecovid.isciii.es/covid19/
https://es.wikipedia.org/wiki/Endemia
https://es.wikipedia.org/wiki/Epidemia
https://es.wikipedia.org/wiki/Pandemia
https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/la-tercera-ola-del-coronavirus-complica-aun-nid2511787
https://www.revistaalergia.mx/ojs/index.php/ram/article/view/252/448