martes, 31 de marzo de 2015

Lecciones en democracia

«La democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre. Con excepción de todos los demás.» [Sir Winston Spencer-Churchill]

El domingo, Bolivia ejerció su derecho constitucional en las elecciones para gobernador, asambleas departamentales, alcaldes y concejos municipales (y algunas pocas instancias específicas más).

No voy a referirme a cifras porque mientras escribo el domingo al filo de las 22:00 aún no hay datos oficiales (ni corre la página del Órgano Electoral boliviano, como me pasa en cada elección) y aunque los conteos a boca de urna pueden ser bastante certeros, sólo analizaré posicionamientos y no números para comprender los aprendizajes que estas elecciones (lecciones en democracia) dan.

El primero, siempre sabido: Los panoramas electorales propios de las regiones no dependen de los nacionales sino de las realidades propias. Un MAS que ganó en  todo el país no pudo corroborar su triunfo en las elecciones nacionales. Dicho de otra forma: el presidente Morales Ayma no pudo trasladar su éxito electoral a sus candidatos regionales y perdió espacios que había ocupado.

Segundo: Malos candidatos no tienen solución. Ni aunque un líder carismático como Morales Ayma haga todo el esfuerzo por ellos. Sin embargo, en oficialistas y opositores, las virtudes propias sí ayudan a la victoria como Luis Revilla Herrero en La Paz, Soledad Chapetón Tancara en El Alto e Iván Canelas Alurralde en Cochabamba.

Tercero: El desgaste en gestiones poco afortunadas puede ser totalmente anulador. Sólo pudieron repetir victoria los candidatos que hicieron una buena gestión o supieron demostrarlos.

Cuarto: Nuevos nombres (que no quiere decir surgidos desde incógnito) pueden refrescar el ambiente político y ayudar a crear nuevos liderazgos, como José María Leyes Justiniano en Cochabamba y Adrian Oliva Alcázar en Tarija e, incluso también, Reymi Ferreira Justiniano en Santa Cruz de la Sierra, aunque no ganara.

Quinto: La judicialización de gestiones regionales (algo ya común como forma de combate político en Bolivia) no significa la anulación de los judicializados ni su estigmatización, y puede ayudarles, como a Jorge Morales Encinas en La Guardia y también a Jaime Barrón Poveda en Sucre y a Ernesto Suárez Sattori en Beni, aunque no ganaran.

Sexto: Sin conocer la composición de los nuevos concejos municipales ni de las asambleas legislativas departamentales, no queda duda de que en la inmensa mayoría habrá composiciones plurales que obligarán a negociar, debatir y consensuar. Como también dijo Churchill: «La democracia es la necesidad de doblegarse de vez en cuando a las opiniones de los demás.»

Y séptimo: Donde perdieron los oficialistas, no ganó “la oposición” sino “opositores”. Importante que lo entiendan.

En democracia, la diversidad enriquece la vida política. Fomentarla y respetarla engrandece a una sociedad porque fomenta que sea más transparente y proactiva. Una sociedad unipolar se anquilosa porque no tiene quien la confronte y le obligue a superarse.


Referencias


domingo, 22 de marzo de 2015

Cristina y la tempestad argentina


Este 10 de diciembre, Cristina Fernández Wilhelm de Kirchner dejará la presidencia que ha ocupado desde 2007 sin poder reformar la constitución.

Su retiro no es un normal cambio de gobierno, como casi nada lo es con CFK. Primero, cierra un ciclo —¿dinástico?— iniciado en 2003 con su difunto esposo Néstor Kirchner Ostoić, continuado por ella en 2007 y 2011 y que debió continuar en 2019 con su hijo Máximo Kirchner Fernández, líder de la organización política juvenil La Cámpora. El fracaso electoral del kirchnerismo en las legislativas de 2013 hundió definitivamente ese proyecto. De todas formas, aunque hubieran aprobado la reforma, más de 60% de rechazo no le darían éxito.

Segundo, porque CFK no deja heredero político: El Frente Para la Victoria es un pool de seis precandidatos tras el beneplácito de su Jefa, disputando el «dedazo» —al peor estilo priísta. Quien primero anunciara sus intenciones —Daniel Scioli Méndez, ex vicepresidente de Néstor y actual gobernador bonarense— hoy tiene que enfrentarse a los otros, sobre todo a Florencio Randazzo Campagnon —maestro del photoshop—, nuevo delfín luego del hundimiento —legal incluido— del actual vicepresidente Amado Boudou Sapin.

Después: la economía, herida de prebendalismo y proteccionismo, se hunde al estilo venezolano mientras crecen la inflación y la inseguridad ciudadana. Súmenle los enriquecimientos abruptos, como el de Boudou —y de los Kirchner.

Por último: la muerte del fiscal Alberto Nisman Garfunkel la víspera de presentar al Congreso su denuncia contra la Presidente y su entorno por presuntamente favorecer la impunidad de terroristas iraníes. La Marcha del Silencio es colofón de una herencia política CFK que no fue.

Y desde el arco opositor: De una larga decena de precandidatos de todas las tendencias, a la fecha los únicos con opciones serán el derechista liberal Mauricio Macri Blanco —exitoso jefe de gobierno de Buenos Aires— por Propuesta Republicana (PRO) y Sergio Massa Cherti, ex kirchnerista, por el peronista Frente Renovador (FR).

Pero si Scioli y Massa descienden en las intenciones —uno por esperar la sombra CFK y el otro por no diferenciársele más—, Macri está creciendo continuamente y su alianza estratégica con el centrista Partido Radical puede ayudarle a entrar en las provincias —su fuerza es la capital— y a suavizar los anticuerpos del electorado centrista.

Esperaremos a las PASO del 9 de agosto. 

Información consultada


miércoles, 18 de marzo de 2015

Cuando la tempestad crece, los políticos tienen que tragar sapos


Un millón de personas en São Paulo en la más multitudinaria protesta de la democracia brasileña —decenas de miles en otras ciudades— rechazaron el creciente desgaste de la situación socioeconómica del país, la corrupción de una buena parte de la clase política y la actitud de su mandataria.

Muchos de los manifestantes del domingo eran de la clase media emergente, beneficiados por los años recientes de bonanza tras las profundas reformas de Fernando Henrique Cardoso y ampliadas después por Luiz Inácio da Silva —quien negado ese antecedente. A todos les afecta la recesión —real— de la economía y la inflación, junto con la subida de los impuestos, la gasolina y la energía eléctrica y los recortes a los programas socioeconómicos de las medidas de ajuste del nuevo ministro de Economía, el liberal Joaquím Levy—, a lo que se suma el escándalo Petrobras que, además de descubrir un esquema de corrupción mayor que el mensalão —con el que el PT institucionalizó la corrupción política durante el primer gobierno de Lula da Silva—, ha desplomado a menos de la mitad su valor bursátil en un escándalo que mancha directamente a la Presidente Rousseff —por negligencia o por aceptación. 

Recién reelecta apretadamente —3%—, Rousseff afronta el peor escenario posible en un país muy preocupado. Sin la fuerza del PT de años atrás —sólo pudieron congregar 40.000 personas en São Paulo en su apoyo—, la presidente tuvo que aplicar duras medidas restrictivas, las mismas que durante la campaña acusó a la oposición.

Para Neves lo mejor fue no ganar. Rousseff está haciendo el trabajo sucio que socaba sus consignas y que,  junto con transparentarse la corrupción, anula las posibilidades futuras de regreso al poder de su mentor, un cada vez más disminuido Lula da Silva y peligra la libertad en la cúpula petista.

A tempestade perfeita.

Información consultada


http://spanish.irib.ir/análisis/artículos/item/136420-el-crecimiento-económico-de-brasil-durante-los-últimos-10-años

martes, 17 de marzo de 2015

Chauvin, nacionalismo, Die Heimat

«El nacionalismo es una enfermedad infantil. Es el sarampión de la humanidad.» [Albert Einstein]

Ayer leí un posteo de mi amigo Alfonso Gumucio-Dagron en su Bitácora noticiosa: “Monsieur Chauvin visita Bolivia” y me motivó a escribir sobre el tema y a “robarle” su exergo porque difícil sería encontrar mejor definición, aunque no necesariamente compartiera la totalidad de lo expresado.

Si el acérrimo ultranacionalista francés y ferviente bonapartista Nicolas Chauvin hubiera sabido que su apellido sería epónimo de conceptos tan negativos como el odio y el desprecio a lo ajeno, hubiera sido feliz y superado mejor las burlas de sus contemporáneos. Pero posiblemente nunca lo supo porque el término chauvinismo (o chovinismo) fue el resultado de parodias de vaudevilles franceses posnapoleónicos donde se le ridiculizaba.

El chauvinismo, como bien menciona Gumucio-Dagron, tiene soporte en la falta de educación, cívica y social agregaría yo, que genera intolerancia. También esa intolerancia es resultado de estrechez de percepciones (“nadie es mejor que yo”) porque el chauvinista se cierra ante lo que desconoce: el ultranacionalismo es una forma plural de ocultar invalideces.

Y agregaré que también es, temporalmente, un resultado de situaciones críticas y la necesidad de encontrar “el culpable”. Nada mejor como ejemplo que el chauvinismo del fascismo alemán. La derrota del Imperio en la Gran Guerra sumió a Alemania en una crisis de proporciones inmensurables y en ese momento aparecieron “los culpables”: los judíos, “expresión del capital”, sujetos víctimas del antisemitismo consecuente, y los países vencedores (Inglaterra, Francia) como “potencias del mal” (nada lejos de un cliché más contemporáneo en Latinoamérica), vencedores y causantes del desastre económico; también el nacionalismo japonés exacerbó sus valores nacionales y despreció lo foráneo y ambos se justificaron con sus “necesarios” Die Lebensräume (espacios vitales). Las consecuencias no son necesarias de recordarlas: destrucción, violencia y muerte (ajenas y propias).

Porque chuavinista no es sólo quien desprecia otro país sino también quien desprecia a lo ajeno, sea por religión, por sexualidad, por género, por conocimiento (o desconocimiento). Chauvinista es el machista, es el homófobo (o el heterófobo, que los hay), el fanático religioso, el enemigo del conocimiento ("¡Muera la inteligencia!”, apostilla de lo que el falangista Millán-Astray espetó a Unamuno). Al final de todo, es una forma de invalidez, de cobardía.

En alemán hay una palabra antichauvinista: Die Heimat. A diferencia de Der Lebensraum (con toda su carga negativa ciega de otros y su sublimación absurda del Yo y del Nosotros), Heimat es “el lugar donde uno se siente bien”, “donde nos identificamos” y “donde nos identifican, nos aprecian”. Es Patria, pero también es hogar, amigos, nuestra colectividad. Es, con mucho, base desprejuiciada para la aceptación propia y ajena y vía liberada de propiocentrismos para poder, todos, entendernos.

Referencias


domingo, 15 de marzo de 2015

El pecado de informar en Latinoamérica

El reciente informe de la SIP sobre la libertad de opinión en Latinoamérica desnuda la dificultad para informar verazmente en muchos países de la Región.

Periodistas asesinados o exiliados desde Río Grande hasta la Patagonia; leyes que bajo el eslogan de "democratizar la información" lo que buscan es volverla afín al poder existente; uso discrecional y coercitivo de la publicidad pública para anular criticas; regulación creciente en dificultad de acceso para obtener información detallada y sensible del Estado; estigmatización de la crítica, son algunas claras manifestaciones de la coerción estatal sobre 
los medios de comunicación.

Medidas y situaciones que, sin ser privativas de ninguna tendencia política o ideológica, se hace más manifiesta donde el Poder Central tiene mayor centralización. En distintas medidas y con distintos métodos (incluidas otros menos directos como la adquisición de medios por propios o afines, la dificultad para conseguir insumos o la revocación o no renovación de licencias), Venezuela, Ecuador y Argentina (y Bolivia aún en relativa menor medida) repiten un estigma aparentemente superado en los 80: el control de la información y la opinión pública.

A una profesión tan necesaria para la salud de la sociedad como la del informador público, la del periodista, a las dificultades inherentes a la misma se agrega el cuestionamiento de su ética y de su fiabilidad, olvidando que el llamado a juzgarlas es, precisamente, la Opinión Pública mediante el contraste de opiniones y posiciones diferentes. Informar no es hacer política (aunque haya quienes lo practiquen) y la libertad de expresión es la que siempre nos ha hecho libres. Gracias a ella, las Américas somos independientes.



Información consultada

http://www.eluniverso.com/noticias/2015/03/11/nota/4646171/supercom-tilda-injerencia-informe-sip-sobre-libertades

martes, 3 de marzo de 2015

El prisionero de Miraflores

«Resulta totalmente imposible gobernar un pueblo si éste ha perdido la confianza en sus gobernantes.» [Confucio]

¿Sabía usted que existe una figura geométrica que tiene una única cara y un único borde? Por muy increíble que parezca, existe: la banda de Möbius, una paradoja científica que tiene la propiedad matemática de ser un objeto no orientable porque es unidimensional. No hay frente ni fondo: sólo es frente. No hay el lado de arriba ni el de abajo porque todos son el mismo lado y un único borde.

Este descubrimiento en el siglo 19 del matemático  y astrónomo teórico alemán August Ferdinand Möbius (descendiente de Martin Lutero) fue un paso fundamental en el desarrollo de la teoría de números y de la topología (rama de la matemática que relativiza lo inalterable de la geometría de Euclides).

Pero también, seguro sin saberlo, ha sido muy utilizable por algunos políticos y sus justificaciones de errores. Desechando las dicotomías, el elucubrar un mundo donde lo externo siempre agrede y destruye y lo interno es idílico es una de las pasiones de la mediocridad fracasada.

La Venezuela de Maduro Moros es (en discursos y consignas) la presunta continua víctima de fuerzas centrífugas externas (incluidos presuntos agentes internos de ese poder externo) que quieren destruir la idílica sociedad bolivariana. Nada más fácil y provechoso para simplificar que la banda de Möbius: todo es unipolar; sólo algo externo me agrede porque no puede existir yerro alguno propio, sólo puede haber maldad ajena frente a la virtud propia.

Maduro Moros es el prisionero de Miraflores. Exiliado de La Casona, temeroso de sombras ajenas y certezas propias, incapaz de reproducir el carisma de su mentor y lejano del poder del Líder, consciente de su enanismo frente al gigante del que heredó (éste también, Hubris, concienciado que sólo él capeaba todos los temporales y quizás previsor de sombras a su legado), el inquilino de Miraflores sabe que es vana ilusión «pretender apagar con fuego un incendio» [Confucio] y que su Destino Manifiesto, elegido por su Líder, es ése.

Hoy Venezuela (la de los Rómulos demócratas: Gallegos Freire y Betancourt Bello) se debate en la espiral de una crisis que, fracasados los diálogos por sorderas, se encamina cada vez a la violencia sin solución. Con disminuidos soportes, prebendalistas unos e ideologizados otros, la Venezuela Bolivariana se acerca a un quiebre que sólo la oportuna presión latinoamericana puede suavizar, presión que hoy critican los mismos que la ejercieron presta y severamente en Paraguay poco antes, dando a pensar que hay dos varas para medir la misma cosecha (y eso a pesar de que en Paraguay no hubo muertos ni prisioneros de conciencia…).

Hoy, que tan intercomunicados estamos, el silencio es complicidad o es cobardía. Solidaridad es presionar para el diálogo, no de ganar tiempos y audiencias sino para soluciones reales, sin vencedores, franco y decidido. Otros pudieron, tras muchos muertos; confiemos que éstos no sean el camino.

Referencias