Cuando el 5 de octubre de 2014 los electores brasileros
vayan a las urnas para elegir su presidente, gobernadores y legisladores, la
Vigésima Copa Mundial de Fútbol —concluida poco más
de dos meses antes— influenciará en las decisiones de los votantes, a favor del
candidato gubernamental si fue un éxito o en beneficio de la oposición si no lo
fue. Confiemos —como latinoamericanos y no como políticos— que sea un éxito.
De lo que si no queda duda es de que, cada día más, la
actual Presidente Dilma Vana Rousseff se prepara —hacia dentro del país y hacia
el exterior— para ser la candidata de su Partido dos Trabalhadores, el
histórico PT que en 2003 llegara al poder con Luiz Inácio Lula da Silva.
Hacia dentro, la bandera distintiva es la lucha contra la
corrupción y el objetivo concluir el lulismo. El mensalão —el Juicio del Siglo en Brasil— remeció toda la cúpula
histórica del PT (a la vez que de muchos aliados) y sacó de la política (por
prisión e inhabilitación) al núcleo cercano a Lula; casi una decena de
ministros (y muchísimos subalternos) han sido obligados a renunciar por otras denuncias
de corrupción y están en investigación o proceso; el último affaire por corrupción y tráfico de influencias, el “Rosegate” por Rosemary Novoa de Noronha, ex asistente de Lula durante
su presidencia —mencionada como “muy cercana” al exmandatario— y hasta su destitución Jefe
del Gabinete de la Presidencia en Sao Paulo, involucró a muchas otras figuras
de la política brasilera, principalmente petistas.
Hacia afuera, Rousseff ha reorientado la influencia del
Brasil hacia América Latina, distanciándose de aliados de Lula —como Irán— y
buscando ser un contrapeso con Venezuela, en la búsqueda de un protagonismo
subregional.
Hoy, las intenciones de voto a favor de Rousseff ya superan
a las que favorecen a Lula, quien discretamente y para no aventar los demonios de
sus cercanos ha dicho que no se presentará. Si sigue así, posiblemente la
Presidente se enfrente con el senador Aecio Neves —nieto de Tancredo de Almeida
Neves, el primer presidente elegido al retorno de la democracia pero que
falleció antes de jurar— del Partido de la Social Democracia Brasileña del
expresidente Fernando Henrique Cardoso, quien ya ha proclamado su apoyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario