domingo, 30 de diciembre de 2012

Dilma na ritmo da capoeira


Cuando el 5 de octubre de 2014 los electores brasileros vayan a las urnas para elegir su presidente, gobernadores y legisladores, la Vigésima Copa Mundial de Fútbol —concluida poco más de dos meses antes— influenciará en las decisiones de los votantes, a favor del candidato gubernamental si fue un éxito o en beneficio de la oposición si no lo fue. Confiemos —como latinoamericanos y no como políticos— que sea un éxito.

De lo que si no queda duda es de que, cada día más, la actual Presidente Dilma Vana Rousseff se prepara —hacia dentro del país y hacia el exterior— para ser la candidata de su Partido dos Trabalhadores, el histórico PT que en 2003 llegara al poder con Luiz Inácio Lula da Silva.

Hacia dentro, la bandera distintiva es la lucha contra la corrupción y el objetivo concluir el lulismo. El mensalão —el Juicio del Siglo en Brasil— remeció toda la cúpula histórica del PT (a la vez que de muchos aliados) y sacó de la política (por prisión e inhabilitación) al núcleo cercano a Lula; casi una decena de ministros (y muchísimos subalternos) han sido obligados a renunciar por otras denuncias de corrupción y están en investigación o proceso; el último affaire por corrupción y tráfico de influencias, el “Rosegate” por Rosemary Novoa de Noronha, ex asistente de Lula durante su presidencia —mencionada como “muy cercana” al exmandatario— y hasta su destitución Jefe del Gabinete de la Presidencia en Sao Paulo, involucró a muchas otras figuras de la política brasilera, principalmente petistas.

Hacia afuera, Rousseff ha reorientado la influencia del Brasil hacia América Latina, distanciándose de aliados de Lula —como Irán— y buscando ser un contrapeso con Venezuela, en la búsqueda de un protagonismo subregional.

Hoy, las intenciones de voto a favor de Rousseff ya superan a las que favorecen a Lula, quien discretamente y para no aventar los demonios de sus cercanos ha dicho que no se presentará. Si sigue así, posiblemente la Presidente se enfrente con el senador Aecio Neves —nieto de Tancredo de Almeida Neves, el primer presidente elegido al retorno de la democracia pero que falleció antes de jurar— del Partido de la Social Democracia Brasileña del expresidente Fernando Henrique Cardoso, quien ya ha proclamado su apoyo.

Referencias


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