Ayer Nueva York —sede de la ONU y símbolo cosmopolita de los
EEUU— fue víctima de intentos de atentados con bombas por correo. Y aunque no
sean inusuales en NY estos ataques terroristas desde el terrible del 11/9, lo
“novedosos” de los de ayer a los expresidentes Obama y Clinton y su esposa, la
excandidata demócrata, además de a CNN es que todos son simbólicos enfrentados
a Trump —también lo es el financista y especulador George Soros, que recibió
otro sobre-bomba el fin de semana en su casa de la ciudad— y eso sucede a dos
semanas de las elecciones legislativas de medio término que marcarán
decisivamente si el presidente queda dominado por un Congreso adverso —muy
probable— o logra reforzar su apoyo.
Súmesele la coincidencia —¿casual?— de la amplia marcha de
centroamericanos para forzar la entrada al país —me recuerda la Marcha Verde
marroquí que precipitó la salida de España del, entonces, Sahára Occidental— y
la idea de una manipulación tendenciosa electoral —sin definir aún causante—
puede no ser descabellada…
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