«Não importa o quão alto você esteja, a lei ainda está acima
de você» [«No importa cuán alto este
usted, la ley está por encima de usted.» Juez Sérgio
Moro]
La condena del juez federal Sérgio Moro al expresidente Luiz Inácio "Lula" da Silva —“el
político más popular del planeta” para su Partido dos Trabalhadores— para nueve
años y medio de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero —por aceptar
sobornos por USD 1,1 millones de la constructora OAS, implicada en el
escándalo de Petrobras, incluido un apartamento de tres pisos de lujo en la
localidad costera de Guarujá, inmueble registrado como propiedad de OAS y del
que Lula niega ser propietario pero aparece en fotos recibiendo las llaves de
su amigo y delator Leo Pinheiro, ex presidente de la constructora. Pinheiro,
también condenado por la trama de corrupción Lava Jato, en delación premiada testificó
que Lula en 2009 le pidió destruir las pruebas del pago de coimas de
OAS para las campañas electorales del PT, lo que además puede arrastrar a la
depuesta presidente Dilma Rousseff.
Inmediatamente tras la condena, sectores de izquierda en
Brasil y la región empezaron a defender la presunta “inocencia” de Lula y a
atacar lo que sus abogados llamaron “uma investigação politicamente
motivada”. Pero esa defensa tiene varias complicadas paradojas.
La primera es que, si el Juez Moro fuera manipulable, todo
el proceso Lava Jato —que remece todas las estructuras de poder en Brasil—
tendría la sospecha de ser falso porque él ha sido su abanderado y ejecutor.
Segunda paradoja es que quien lo acusa es un amigo personal, Pinheiro, que
presidía, no políticos. Tercera, que la presunta persecución sería extensible a
todo el espectro político y empresarial porque a ellos persigue y condena.
Sin embargo, éste no es el único proceso que Lula enfrenta.
Tiene otro con su Instituto Lula dentro de Lava Jato por corrupción pasiva y
lavado de dinero por recibir de la Organização Odebrecht un terreno valuado en
US$ 3,7 millones para su Institutoy un departamento junto al del ex presidente,
que utilizó su familia sin pagar alquiler. Un tercero es por obstrucción de la
Justicia, denunciado por un ex senador del PT de que Lula le instruyó comprar
el silencio de uno de los delatores de Petrobras. El cuarto es por tráfico de
influencia, asociación ilícita, lavado de dinero y corrupción pasiva,
acusándosele de usar su influencia para asegurar préstamos y contratos de obra para
Odebrecht en Angola, principalmente, recibiendo USD US$ 9,4 millones a través
del pago de conferencias de Lula y contratos sin prestación de servicios con
una empresa de su familia. La quinta es dentro de la Operação Zelotes —red de
empresas que sobornaban a Hacienda para no pagar impuestos y que amenaza sobrepasar
a Lava Jato— por tráfico de influencia, lavado de dinero y asociación ilícita
con su hijo Luís Cláudio da Silva, que ofrecía los servicios de lobby de su
padre ante el gobierno de Rousseff para conseguir incentivos fiscales; la
consultora de Luís Cláudio cobró USD 800 mil. (Si la “carrera” de Luís Cláudio
fue vertiginosa de auxiliar de preparador físico de fútbol en 2006 hasta
empresario deportivo en 2011, la de su hermano Fábio Luís también: de cuidador
del Zoo de São Paulo pasó a vivir en un departamento de USD 1,5 millón —que no
pagaba— y recibir más de medio millón proveniente de Lava Jato.)
Hasta ahora, Lula se libraba de culpas —recordemos el mensalão—
y pretende postular a la Presidencia en 2018, pero si pierde la apelación
estará inhabilitado por 19 años.
"Prueben que soy corrupto e iré caminando a la
cárcel", había dicho.
Información consultada
http://veja.abril.com.br/politica/juizes-sao-mais-duros-que-moro-ao-revisarem-penas-em-2a-instancia/
http://www.elobservador.com.uy/quien-es-sergio-moro-el-primer-juez-condenar-un-expresidente-n1096689
https://www.clarin.com/mundo/brasil-condenan-luiz-inacio-lula-da-silva-anos-prision_0_r1jodRmSZ.html
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