"Hacer un Paraguay más justo, inclusivo y digno."
[Palabras del discurso de asunción del nuevo Mandatario paraguayo.]
Horacio Manuel Cartes Jara —empresario, banquero, líder deportivo y uno de los
hombres más adinerados de su país, cuestionado pero nunca condenado— tras la
elecciones de abril que confirmaron la legalidad de los procesos democráticos
en el Paraguay y que le dieron un indiscutido triunfo con 45,83% de votos se convirtió el pasado
15 de agosto en el cuadragésimo noveno Presidente de su país y octavo después
del regreso a la democracia.
Outsider en
política porque recién incursionó en ella cuando en 2009 se afilió a la Asociación Nacional Republicana (ANR, el
Partido Colorado del que fue candidato) y antes nunca había votado en
una elección, hasta ahora ha sabido manejar —adecuadamente y sin afectar el
país— el tema exterior más espinoso de la política exterior nacional: la
relación con el MERCOSUR. Los otros 3 miembros —Argentina, Brasil y Uruguay,
sus socios comerciales más cercanos y los países que en el siglo xix despoblaron el Paraguay en la Guerra
contra la Triple Alianza y lo hicieron retroceder a situación muy anterior a la
independencia— lo habían suspendido temporal y rápidamente el 29 de junio de 2012 tras la destitución en
juicio congresal express pocos días antes del anterior mandatario Lugo Méndez
—una decisión que entonces el mandatario uruguayo Mujica Cordano, que apoyó la
suspensión, calificó como definitivamente política— por considerarla un "quiebre democrático", promoviendo también
la suspensión en UNASUR, junto con los países bolivarianos. (Esta decisión
permitió que, ese mismo día, estos tres
países aprobaran el ingreso de Venezuela al MERCOSUR, bloqueado durante años por el Congreso
paraguayo, con lo que se incumplían los artículos 20 del Tratado de Asunción
—ingresos por decisión unánime de países miembros—, 37 del Protocolo de Ouro
Preto —decisiones por consenso y con la presencia de todos los miembros— y 12
del Protocolo de Adhesión de Venezuela —vigencia de la adhesión tras la
ratificación por los cinco países. Paradojas geopolíticas.)
Realizadas las
elecciones paraguayas —muy observadas para encontrar potenciales
irregularidades— y asumidas las nuevas autoridades, quedaban invalidadas las
razones que justificaban las sanciones por lo que el bloque procedió a
suspenderlas; sin embargo, para Paraguay quedan aún dos aspectos sin resolver:
el incumplimiento de los tratados y que Venezuela había asumido la Presidencia
Pro Témpore, reclamada por el país mediterráneo. Cartes Jara ha promovido los
reclamos paraguayos al respecto, anunciando la posibilidad que, de no satisfacerlos,
el país no regrese al MERCOSUR, posición apoyada por su propio partido y,
tácitamente, el Liberal —segunda fuerza y que ocupó la presidencia tras Lugo
Méndez— y una parte importante del empresariado, que alega que este año
suspendido —aunque no sancionado económicamente— Paraguay será el país de mayor
crecimiento en Latinoamérica, mientras que a favor del reingreso se han
pronunciado parte del empresariado exportador, el Frente Guasú de Lugo Méndez
—que se redujo a 3,3% en votación, incluida dentro del escaso 9,2% de todo el espectro de la izquierda
paraguaya— y algunos sectores sociales, además de varios representantes
políticos preocupados por el tema migratorio; la “movida” política en este
momento promovida por Cartes Jara es la de relaciones bilaterales con sus
“socios” —invitó a su toma de posesión y se reunió separadamente con Rousseff,
Fernández de Kirchner y Mujica Cordano, aunque el no haber invitado a Maduro
Moros fue una significativa demostración a pesar de los buenos augurios que éste
le enviara—, basándose en que las relaciones con Argentina y Brasil pasan mucho
por el suministro de energía conjunta con cada uno —Yacyretá-Apipé e Itaipú,
respectivamente—, además que las relaciones económicas con Brasil, su principal
socio comercial, no serán afectadas gracias al lobby brasiguayo mientras que
las que tiene con Argentina continuamente sufren las barreras y decisiones
australes, motivo de reclamo también brasilero —y uruguayo más. Dentro o fuera del Mercosur —a pesar de lo que
diga Mujica Cordano— Paraguay crece significativamente —revaluado por la CEPAL
en 12,5% frente al promedio latinoamericano de 3% y que el Banco Central
paraguayo estima en más de 13% a pesar del aislamiento, algo de lo que Paraguay
conoce desde su independencia— frente a actuales “socios” que no lo hacen, en
un bloque proteccionista con alta inflación que con los próximos nuevos
miembros —Bolivia y Ecuador— será sucursal de la ALBA.
Aparte de las
decisiones que Cartes Jara y su administración tomen respecto al Bloque —parte
de la reinserción del Paraguay en la comunidad latinoamericana sin
violentar su dignidad nacional, eliminando definitivamente el estigma impuesto—, el nuevo Presidente enfrentará tres
grandes retos que le obligarán a tomar prontas y oportunas decisiones: en
primer lugar, deberá aprovechar el crecimiento económico pronosticado —uno de
los mayores mundiales— y la baja inflación acumulada para combatir los altos
niveles nacionales de pobreza, sobre todo rurales e indígenas, a la vez que
hacer sostenible ese crecimiento; asimismo, tendrá que promover y lograr la
prometida —en su discurso ocupó
relevancia significativa— inclusión social de todos los paraguayos a
través de la participación política de todos los sectores nacionales —con independencia de “color” político e
ideología, buen recibida por el expresidente Lugo Méndez aunque su Frente Guasú
mantiene una posición crítica frente al gobierno— como única vía para
alcanzar las metas que se ha impuesto. El tercero de los retos no es menos importante
y será el más visible a corto plazo: Impedir que su gestión sea mediatizada por
el clientelismo político de su mismo partido, repitiendo graves y repudiables
errores de los anteriores gobiernos “colorados”, aunque no haya sido privativo
de ellos; a pesar de que el rápido regreso del Partido Colorado a la
Presidencia tras su derrota en 2008 —tras 61 años ininterrumpidos en el Poder,
que sumados con su anterior período (1887 y 1904) lo hacen más longevo
gobernando que el PRI mexicano y el PCC cubano— puede alentar un triunfalismo
falso, el mismo carácter de recién llegado e independencia económica del nuevo
Presidente pueden ayudarlo a evitar.
Otra tarea fundamental aguarda a la nueva Administración: incorporar
los jóvenes —el mayor percentil de la población paraguaya actual— a la
actividad productiva y la política nacional con voz propia y escuchada —no sólo
como objeto de voto—, lo que marcará diferencia para el futuro próximo; por eso
Cartes Jara les dijo en su discurso inaugural: “Ustedes no son el futuro,
ustedes son el presente […] no les pido paciencia, les pido sana
rebeldía."
También mencionada en el discurso, la lucha contra la
violencia es otra tarea importante de la nueva Administración, muy vinculada al
reforzamiento de la justicia y la transparencia y la lucha contra la corrupción
—el Índice de Percepción de la Corrupción 2012 de Transparencia Internacional
ubica a Paraguay en el lugar 150 de 176 países, con 25 puntos de 100 posibles;
en Latinoamérica sólo es superada en corrupción por Venezuela y Haití, con 19
puntos, penúltimo lugar nada envidiable que repitió de los Índices 2011 al 2009.
Los sucesos de Tacuatí —el secuestro y asesinato de cinco guardias de una
hacienda y el posterior ataque a efectivos policiales, ambos por parte del
Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) y no el primero en esta zona, donde
ejerció de obispo el expresidente Lugo Méndez— al día siguiente de la
asunción de Cartes Jara y que “casualmente” también coincide con el final del
juicio por los sucesos de Curuguaty el 15 junio de 2012, detonante de la
destitución de Lugo Méndez. (Se debe recordar que durante el ejercicio
episcopal de Lugo Méndez se le acusó de haber dado santuario en 2005 a los secuestradores
y asesinos de Cecilia Cubas Gusinky —hija del expresidente Cubas Grau—,
miembros del Movimiento Patria Libre, con fuertes vínculos con las FARC
colombianas.)
Por lo pronto, el primer gabinete ministerial de la
Administración Cartes Jara —de los 11 nombrados, 3 son mujeres— ha sido
caracterizado básicamente como “técnico”, aunque el nombramiento cuestionado ha
sido el del Canciller Eladio Loizaga Lezcano por presuntas vinculaciones con la
dictadura de Stroessner Matiauda —también de la ANR.
Estaremos atentos a los próximos 100 días.
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