martes, 6 de agosto de 2013

Bolivia, construir el futuro

“La vida sólo puede ser comprendida hacia atrás, pero únicamente puede ser vivida hacia delante.” [Søren Kierkegaard, filósofo danés]
                                                   
En menos de un año, mis columnas me han dado la satisfacción de coincidir con dos fechas significativas: el 25 de diciembre y el 6 de agosto. La primera me permitió ofrecer mis Bienaventuranzas y ésta, ahora, ofrecer mis votos a Bolivia en su aniversario patrio.

Los últimos años, Bolivia ha sido escenario de cambios diversos, algunos radicales y varios irreversibles, a la vez que ha vivido un auge económico importante. No voy a comentar ni las decisiones políticas ni las económicas del período porque seguro —con laudos y denuestos— muchos otros lo harán. Voy a hablar de educación y futuro.

En educación, Bolivia ha experimentado dos cambios radicales en los últimos 20 años: la Ley 1565 de Reforma Educativa —tampoco fue la primera luego de la Revolución del 52— y la nueva reforma a partir de la Ley 070 “Avelino Siñani - Elizardo Pérez”. No es mi propósito, tampoco, analizarlas sino hacer algunas reflexiones: la primera, que ningún proceso de cambios educativos da resultados en una o dos décadas; segundo, que la extensión de la educación a toda la población en edad escolar —lo que es muy importante— y la lucha contra la deserción se mediatizan y frustran si, a su vez, no se acompaña de un proceso intensivo que incluya superar al profesorado —no es privativo de Bolivia un magisterio mal pagado y con pocos estímulos para estudios de posgrado (ya es un éxito el tener pregrado)—, mejorar los planes de estudio pensando en el rendimiento del alumno y en su inserción a un mundo tecnológico, realizar una verdadera orientación vocacional —para no ser un país con un amplio déficit laboral técnico y un superávit de personas que o sólo manejan palabras o sólo operan cuentas— y, sobre todo, pensar en una educación hacia el futuro y no hacia el pasado.

Y acá es la vuelta de tuerca principal de mi mensaje: Toda la historia latinoamericana —tan fragmentada, lamentablemente— está llena, repleta, de figuras históricas, militares y políticas, también de intelectuales y creadores y, quizás mucho menos, de hombres de ciencia, pero en la mayoría de Latinoamérica el parangón es el prócer guerrero —loables casi siempre pero muchas veces me pregunto si ellos quisieron eso: ser la medida del futuro desde el pasado, en ocasiones más allá de su humanidad real que también los enaltece.

Y si el vivir mirando sólo glorias pasadas es un error para el futuro —en Asia, con muchos más años de historia, hace rato se han dado cuenta—, el idealizarlo por sobre la realidad —incluso: contra ella— puede ser un crimen contra el futuro.

Mis votos de ventura para Bolivia en su aniversario. Mi mejor deseo: futuras generaciones —bolivianas y de toda Latinoamérica— que compartan la mejor educación y formación, una educación mirando al futuro.


 Referencias


No hay comentarios:

Publicar un comentario