“Las
estadísticas son como un bikini: lo que dejan ver es sugerente, pero lo que esconden
es lo mejor.” [Anónimo]
Este fin de semana fue
publicada una encuesta en la que, entre otras interrogantes, se preguntaba si
el encuestado votaría por el Presidente Morales Ayma si éste se presentaba de
candidato a la reelección en 2014. Realizada por Captura Consulting, sus datos
dan un promedio de propensión al voto de 41% de los encuestados, desglosado en
34% en Santa Cruz de la Sierra, 47% en La Paz, 50% en El Alto y 35% en
Cochabamba; en otras dos sobre aprobación de IPSOS Apoyo, Opinión y Mercado (aunque sean preguntas distintas, puede establecerse un equivalente
bastante aproximado entre el sentido de ambas), en enero de este año, la
gestión del Presidente tenía 55% de aprobación, mientras que en marzo la misma
empresa le daba 59%.
Aparte de las
diferencias metodológicas entre ambos estudios (Captura trabaja sobre muestra
de 600 investigados e IPSOS sobre más de un millar, con consiguientes errores
muestrales distintos aunque similares niveles de confianza) y los objetivos
(Captura buscaba tendencias de voto, potenciales sustitutos y aprobación de la
habilitación mientras IPSOS medía aprobación de gestión), ambos estudios tenían
en común lo que Carlos Toranzo Roca advertía en un comentario que “desfigura
las respuestas en esta encuesta” (refiriéndose a la de Captura pero aplicable a
las 3): están aplicadas sólo a poblaciones de los cuatro principales centros
urbanos del país: Santa Cruz de la Sierra, La Paz, El Alto y Cochabamba. Empleando
el recurso bastante heterodoxo (pero necesario porque el INE aún no ha dado los
datos por ciudad) de considerar que la población de la ciudad capital de un
departamento creció en la misma proporción que la global de toda su región, las
cuatro ciudades tendrían cerca de 38% de la población total del país pero no
necesariamente serían representativas del pensamiento de la población en otras
ciudades menores e, incluso menos, del área rural. Si consideramos que el mayor
desgaste de la gestión gubernamental está en los principales centros urbanos
(una hipótesis bastante razonable), tendríamos que tener mucho cuidado con
extrapolar los resultados de estos estudios a nivel nacional, sobre todo
considerando que la principal fuerza del Movimiento al Socialismo está en zonas
rurales (38% del total en 2001; 33% en 2012 según proyección de UNFPA
Bolivia, que atribuyó casi un cuarto de millón más de habitantes al país) y,
después, en zonas urbanas menores (otro posible 25%).
Conclusión: Una potencial distorsión de posibles resultados al
extrapolarla a nacional. (En descargo de ambas empresas y de acuerdo con fichas
técnicas de las propias encuestas electorales de Grupo MORI e IPSOS en 2002 y
de IPSOS y Captura en 2009 y 2010, ninguna encuesta publicada ha sido
totalmente nacional.)
Distorsión que puede incidir en decisiones de estrategia
política, sobre todo en aspiraciones electorales de la oposición.
(Y conste que siempre busco leer las encuestas…).
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