Ayer Venezuela votó
masivamente y Nicolás Maduro Moros fue confirmado por el CNE como el futuro
Presidente por una diferencia de 1,59% de los votos válidos.
Una victoria pírrica
si no entiende que hay un país dividido: una mitad que votó por Chávez Frías
–el verdadero candidato del PSUV– y otra mitad que votó por un cambio –y que
aún no le acepta. A NMM, si la revisión de votos lo confirma, le tocará
gobernar un país con muchos problemas –económicos, sociales, políticos– y su
gobernabilidad será muy difícil, sobre todo si mantiene el triunfalismo de su
discurso de victoria.
Los próximos meses
serán decisivos para Venezuela y el legado político de HChF; en ellos, la
capacidad de consenso será fundamental: obviarla puede significar su fracaso.
Tres tareas
importantes para el próximo gobierno: Aprender a gobernar sin necesidad de
arroparse en su antecesor; comprender que hay que conciliar y no dividir más al
país, y sacar a Venezuela de sus crisis.
Tareas pendientes de
14 años que no son imposibles. Pero muy difíciles sin Chávez Frías.
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