«Hay […] una táctica coyuntural del Evo para
dificultar a la oposición, para dificultar el que se organice». [Xavier Albó Corrons sobre las primarias y la LOP, Los Tiempos, 23/09/2018].
La nueva Ley Nº 1096 de Organizaciones Políticas (LOP) modificó
el proyecto elaborado por el exsenador masista Adolfo Mendoza Leigue, la
socióloga Gabriela Canedo Vásquez, el expresidente de la Corte Nacional
Electoral Salvador Romero Ballivián, el gestor de la Participación Popular Carlos
Hugo Molina Saucedo y el líder campesino e indígena Paulino Guarachi Huanca. Coincido
con María Teresa Zegada Claure cuando afirmaba que la
LOP «será, a la larga, un instrumento
importante y útil para ordenar la configuración del sistema de representación
política en Bolivia» [“El diablo está en los detalles”, El Deber, 13/09/2018] y con Molina
Saucedo de que: «El uso, la manipulación
y el manoseo de que ha sido objeto para satisfacer una necesidad enfermiza de poder,
no disminuye el valor de su calidad instrumental, pensada y diseñada para
fortalecer procesos que debían concluir el año 2025» [“Los tiempos se
acortan”, El Deber, 11/09/2018] pero,
lamentablemente, la ley aprobada por la mayoría absoluta parlamentaria
oficialista «ha
precipitado una coyuntura crítica que pone en juego los principios
democráticos, […] favoreciendo al oficialismo y complicando la participación de la
oposición» [“El diablo está en los detalles”] porque «permite allanar el camino de la repostulación presidencial» frente a «una oposición que está desarticulada, con organizaciones débiles,
escasa institucionalidad, sin claridad sobre liderazgos, y varias
organizaciones aún en proceso de inscripción de su personería» [Zegada
Claure, “El meteorito de las primarias”, El
Deber, 30/08/2018].
Ese “meteorito” de apresuramiento y restricciones que
menciona Zegada Claure y que Albó Corrons define como táctica instrumental para
“saltar” los resultados del referéndum constitucional del 2016 (convencido
el oficialismo que la presunta “legitimidad” como “derecho humano” que le
otorgó el TCP a la re4postulación no sólo es poco creíble en Bolivia
sino inargumentable fuera de ella) surge en un momento en que Bolivia se urgirá
de todos los apoyos posibles de la comunidad latinoamericana, menguados por el
apoyo irrestricto (suicida) que le da a las dictaduras de Venezuela y
Nicaragua. Pero, además, crea la duda de si al participar en esas primarias se
desconoce la voluntad popular del #21F.
Definitivamente no porque (además de que después de las
primarias, el TSE debe decidir si se apega a la plena constitucionalidad respetando
el #21F y niega la participación electoral prorroguista, desoyendo presiones y
compromisos) las organizaciones políticas bolivianas aprendieron del gravísimo
error que para la democracia venezolana supuso la autoexclusión opositora en
las elecciones parlamentarias de 2005, permitiendo la instalación del
“socialismo” bolivariano. (Recordemos que, si el oficialismo recién triunfante en
Bolivia en 2005 necesitó dialogar en el Congreso surgido entonces por no tener
mayoría, a partir de 2009 el “rodillo” oficialista de las mayorías absolutas
del MAS en las Asambleas anuló a las atomizadas minorías opositoras.)
La permanente defensa del #21F es tan consustancial de la
defensa de los valores democráticos como lo será participar (aun en desventaja)
en las elecciones (unidos sin “juntucha” con visión de construir futuro y no
sólo cambiar siglas) porque ambas son expresiones indisolubles de la voluntad
popular, tan democráticas como la que le dio el triunfo a Morales Ayma en 2005.
Información consultada
https://es.wikipedia.org/wiki/Usuario:Mfernadezbolivia/Taller
No hay comentarios:
Publicar un comentario