martes, 22 de julio de 2014

«Medio vacío, medio lleno...»

La larga y vehemente respuesta a un comentario mío sobre la tragedia del MH17 que un amigo me escribió desde Moscú apoyando argumentadamente (desde su óptica, no la mía) las posiciones prorrusas en las antiguas repúblicas soviéticas separadas de Rusia y el esfuerzo ruso (panrruso más correctamente) para reconstruir un nuevo espacio hegemónico, me hizo meditar sobre la paradoja del vaso “medio vacío, medio lleno”: la interpretación de la verdad.

Es la relatividad de visión de quien emite la “verdad” la que da la aproximación a un hecho que, fuera de esa visión, podría ser incuestionable: Diferente percepción que posiciona “esa verdad”. Si para muchos, los sucesos de Gaza son consecuencia del sionismo imperialista, para otros es del terrorismo de Hamas pero la realidad son los muertos: los de los ataques israelíes hoy, los del terrorismo y los de las guerras.

Volviendo a Rusia, el reposicionamiento geopolítico hoy lógicamente es muy atractivo para sus ciudadanos: la Federación de Rusia es la etapa actual de una gran nación eslava que, desde la Rus de Kiev (porque, paradójicamente, Rusia surge en lo que hoy es Ucrania) en el siglo ix, en épocas ha ocupado lugares principales mundiales y, en otros, se ha dividido o debilitado. Putin aparece después de la desaparición y desmembramiento de la URSS que, por sus crisis económicas y políticas, impactó desfavorablemente en la confianza emocional del pueblo ruso; el discurso de Vladímir Vladímirovich Putin para recuperar la importancia de Rusia y su espacio de influencia le dan (al margen de las críticas de sectores sociales) su popularidad actual del 75,7%, con mucho por su actuación en Ucrania y Crimea. Sin dudas y aunque cara a una mayoría del pueblo ruso, es una visión parcial de «medio lleno» que sólo reconoce una dimensión, la propia, y no la del otro.

Entender esto es también muy importante para los políticos que en Bolivia ahora (y siempre en todas partes) van a competir por la presidencia del país: reconocer a “el otro”. En las últimas campañas ha sido usual que los políticos (de todos los bandos) demeriten todo lo del contrario y sólo ameriten lo propio, hecho o por hacer. Visión falsa que, en percepción del elector, cada vez más se debilita: ni los discursos de muchos opositores de que todo lo que ha hecho el gobierno del MAS es malo (lo cual negaría reales avances de gestión, como tampoco los gobiernos anteriores fueron absolutamente malos porque entonces no hubiera llegado democráticamente el actual) ni todo lo que plantean los opositores no sirve, como sostiene la mayoría de los oficialistas.

Reconocer a “el otro”, entenderlo y respetarlo aceptando su existencia aunque no se comulgue con él, son máximas democráticas. En la medida que los electores maduran, el insulto y la “media verdad” sólo son contraproducentes para quienes lo practican.
Un buen consejo para los candidatos y para algunos “opinadores” porque: “La verdad padece, pero no perece” (Santa Teresa de Jesús, escritora mística española). 



Información consultada

http://es.wikipedia.org/wiki/Rus_de_Kiev

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