miércoles, 10 de octubre de 2012

Bolivia electoral o los avatares de encontrar el camino


Bolivia es un buen ejemplo de democracias y dictaduras: Entre 1825 a 1879 la constitucionalidad de los gobiernos fue azarosa. Por el contrario, los gobiernos entre 1880 a 1934 fueron constitucionales y muchas veces elegidos directamente por el voto ciudadano —aunque con las limitaciones “democráticas” de entonces. Esta época se cierra abruptamente con la Guerra del Chaco. Toro Ruilova y luego Busch Becerra —pero sobre todo éste— significaron un cambio generacional e ideológico, a la vez que el retorno de acciones de facto; el gobierno de izquierda reformista de Villarroel Lopez sería antecedente de la Revolución Nacionalista que seis años después llegaría al poder.

Prehistoria “democrática” boliviana: La democracia restringida

En Bolivia hasta 1952 el derecho a votar estaba restringido al sufragio masculino calificado —podían votar sólo los hombres que supieran leer y escribir— y hasta no mucho antes, avanzado ya el siglo xx, aún más restringido por el sufragio censitario —sólo eran votantes los hombres que cumplían requisitos de nivel de instrucción, de renta y de clase social—, con lo cual se acentuaba la desigualdad.

1952 a 1963: De la Revolución a la perpetuación

Entre las muchas medidas de la Revolución Nacional, el voto universal fue una de las más importantes socialmente, al otorgar este derecho a los analfabetos y las mujeres por primera vez en Bolivia.

El Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) gobernó ininterrumpidamente desde entonces: a Paz Estenssoro le sucedió Siles Suazo —el primer mandatario elegido en Bolivia por votación universal— y a éste, nuevamente, Paz Estenssoro. Pero para la década de los sesenta, el MNR estaba en crisis, enfrascado en su decisión de perpetuarse. Y el quiebre fue interior.

El interregno de las dictaduras

1964 se inicia con un gobierno militar de facto surgido desde el mismo MNR: Barrientos Ortuño. Tanto él como su sucesor —Ovando Candia— matizaron posiciones conservadoras con otras que continuaban el modelo de 1952: Barrientos Ortuño creo el Pacto Campesino-Militar y Ovando Candia nacionalizó —con la tutela de Quiroga Santa Cruz— la Gulf Oil.
Saltando el gobierno nacionalpopulista de Torres González, llegó el septenio del gobierno de facto de Bánzer Suárez —con el MNR y Falange Socialista Boliviana (FSB)—, que trató de darse continuidad en elecciones fraudulentas. Sucesivos golpes militares acercaron a elecciones en 1979, triunfando la candidatura izquierdista de Siles Suazo. Sin embargo, al no alcanzar esa candidatura 50% más uno de los votos válidos y no llegarse a acuerdo en el Congreso, se designó como Presidente interino al titular del Senado, Guevara Arce, hasta la realización de nuevas elecciones en 1980.

¡Democracia o muerte!

El plazo no se cumplió: A poco, Natusch Busch derrocó el nuevo gobierno democrático mediante un sangriento golpe de estado cívicomilitar que fracasó 16 días después por la resistencia popular. Nuevamente, el Congreso definió el interinato presidencial con la titular de la Cámara de Diputados, Gueiler Tejada, la primera mujer en ese cargo; en las nuevas elecciones, Siles Suazo alcanzó nuevamente la victoria pero un mes después el gobierno constitucional fue derrocado por otro golpe militar encabezado por García Meza con la participación y el apoyo de la dictadura militar argentina y muy vinculado al narcotráfico, dictadura que colapsaría poco más de un año después y que transitaría por varios gobiernos militares hasta que una huelga general permite que el nuevo Congreso Nacional —conformado en 1980— designe, ahora sí, a Siles Suazo como Presidente de la República.

Con él se inicia un largo período democrático con los siguientes gobiernos electos —Paz Estenssoro, Paz Zamora, Sanchez de Lozada,  Bánzer Suárez y Morales Ayma— y las sucesiones constitucionales —Quiroga Ramirez, Mesa Gisbert y Rodríguez Veltzé— conforma el segundo más extenso después del de 1899 a 1936.

Los años de los “Acuerdos”

La asunción de Siles Suazo abre un período histórico que está marcado por elegidos sin mayoría constitucional para ejercer la Presidencia, lo que se repite hasta 2002: En 1985,[1] el MNR —segundo en votación: 30,4%— logra ser gobierno con votos congresales de diferentes partidos y pacta un acuerdo de alternancia de apoyos electorales con Acción Democrática Nacionalista (ADN) —primero, con 32,8%— para gobernar. En 1989, el MIR —tercero en votos: 21,8%— es convertido en Gobierno por ADN —segundo con 25,2%— como consecuencia de que el MNR —ahora primero con 25,6%— no cumplió su acuerdo de alternabilidad. (En estos comicios por primera vez coincidieron las elecciones nacionales con las Municipales.) Conciencia de Patria (CONDEPA), partido surgido en La Paz, aparece por vez primera en estas elecciones con 12,3% de los votos.

Las elecciones generales de 1993 se celebran en un marco legal distinto a las 1989: Tras las acusaciones de fraude en esas elecciones, la totalidad de las fuerzas políticas bolivianas con representación parlamentaria acordaron la formación de Cortes Electorales imparciales, independientes y transparentes y nuevas leyes y cambios en la Constitución Política del Estado. El MNR —en alianza con el Movimiento Revolucionario Tupak Katari de Liberación (MRTKL)— alcanza la primera mayoría en las elecciones —35,6%—,[2] pero tiene que aliarse con Unidad Cívica Solidaridad (UCS) —13,8%— y con el Movimiento Bolivia Libre (MBL) —5,4%— para alcanzar la gobernabilidad y la mayoría habilitante en el Congreso.

Los procesos electorales generales de 1997 se producen con la nueva Ley Electoral de 1996; las circunscripciones electores vigentes hasta entonces cambiaron a un sistema mixto de 78, manteniendo las diez anteriores y aumentando 68 circunscripciones electorales uninominales; otros cambios importantes fueron la reducción de la edad mínima requerida para ser elector —ahora 18 años— y el alargamiento del período presidencial —a 5 años.

Bánzer Suárez logra su aspiración de ocupar nuevamente la Presidencia de la República, ahora por métodos electorales democráticos y con una coalición formada por ADN, Nueva Fuerza Republicana (NFR) y el Partido Demócrata Cristiano (PDC) pero para salvar su aspiración —y mejorar su magro 22,3%— genera una amplia alianza con UCS, MIR-NM, Katarismo Nacional Democrático (KND), Frente Revolucionario de Izquierda (FRI) y CONDEPA-MP.

La siguiente elección (2002) fue no menos reñida: Sánchez de Lozada alcanzó la primera y escasa mayoría —22,5%—, requiriendo los votos del MIR-NM, ADN, FRI, NFR, el Partido Socialista (PS), UCS y FSB y generando la tercera alianza más inestable de la etapa democrática.[3] Factor muy importante en esta elección es la emergencia del Movimiento al Socialismo (MAS).[4]

Para final de este ciclo, el sucesor constitucional de Sánchez de Lozada tras su forzada renuncia —De Mesa Gisbert— postuló gobernar sin partidos pero terminó promoviendo la Bancada Patriótica con parlamentarios de diversas tendencias que le dieron una relativa estabilidad hasta tener que renunciar por la presión de la situación del país.[5]

Es necesario entender importantes sucesos del período.

El primero fue el gran reacomodo de fuerzas políticas que significó la desaparición de muchas organizaciones partidarias: En las elecciones de 1985 participaron 18 organizaciones pero en la de 2002 fueron 11 —7 habían surgido después de 1985. Organizaciones que habían tenido una importancia considerable en la vida política boliviana —FSB, Movimiento Tupaj Katari (en sus dos vertientes), PDC, Izquierda Unida (IU), MNR-I, MBL—, desaparecieron o se minimizaron significativamente.

El segundo suceso importante es el surgimiento de nuevas fuerzas y su trayectoria en el período.

El primero cronológicamente fue CONDEPA. Fundado simbólicamente en Tiwanaku para reafirmar su vínculo por los orígenes indígenas del país,[6] fue un partido neopopulista dirigido por el músico y radialista Palenque Avilés que aglutinó a sectores populares e intelectuales nacionalistas. Las elecciones de 1989 fueron su debut y sorprendió al obtener el primer lugar en votación en el departamento de La Paz y un significativo cuarto a nivel nacional; sin embargo, nunca fue un partido nacional, concentrándose en el departamento paceño —sobre todo en las ciudades de El Alto y La Paz, gobernando varias gestiones— y con presencia minoritaria en Oruro y Potosí. Aliada de ADN en 1997, a la muerte de Palenque Avilés en 1997 declina hasta desaparecer.[7]

UCS —otro partido neopopulista— fue fundado por el industrial cervecero Fernández Rojas y, a diferencia de CONDEPA, penetró en zonas suburbanas y periurbanas de todo el país, gracias al asistencialismo de su líder —UCS nunca buscó desligarse del financiamiento de la empresa de su líder ni creó liderazgos alternativos.[8] Apareció electoralmente en 1993 —13,8%— y desde entonces participó en todos los cogobiernos del período. A la muerte de su fundador (1995), como CONDEPA el partido declinó, no sobreviviendo ambos partidos la muerte de sus líderes.[9]   

En el MAS-IPSP confluyen necesidades: las de sectores emergentes rurales: los cocaleros, necesarios de espacios de defensa; las de los diversos sectores de izquierda —muy disminuidos orgánicamente— de recuperarse. Le favorecen: la crisis social del modelo neoliberal; el castigo a la forma de hacer política de los partidos tradicionales; incluso la municipalización del país después 1994. Con la IU como antecedente, heredando la sigla MAS de sectores de izquierda de la FSB y segundo caudal de votos en 2002 —20,9%—, su carismático líder Morales Ayma —caracterizando él “lo popular y marginado” de amplios sectores de la sociedad— y orientado por antiguos dirigentes sindicalistas y de izquierda —con los que rompería luego—, se convierte en un símbolo de alternancia. En 2005 obtuvo 53,7% de los votos, convirtiéndose en la primera vez que un partido obtiene la mayoría requerida para gobernar directamente por el voto popular.

La última de las organizaciones políticas surgidas en el período fue el Movimiento Sin Miedo Por Justicia y Dignidad (MSM). Escisión en 1999 del MBL por discrepancias con el apoyo dado a las políticas neoliberales, ese mismo año su líder visible —Del Granado Cosío— obtiene la Alcaldía de La Paz, lo que repite en 2004 para después pasar la candidatura en 2010 al actual alcalde, Revilla Herrero. Entre 2006 y 2010, el MSM y el MAS tuvieron una estrecha alianza, que posteriormente se rompió abruptamente, quedando el MSM como partido aislado de oposición.

El tercero de los sucesos (retomando el análisis anterior) fue la Participación Popular en 1994, que transfirió muchas de las atribuciones del Poder Central y sus recursos a los Municipios —saltando a las Prefecturas— y que continuó en 1996, en seguimiento de ese empoderamiento, con la creación de las Circunscripciones Electorales y la ruptura del monopolio partidario electoral, con las Agrupaciones Ciudadanas y los Pueblos Indígenas, además del voto directo para elegir diputados uninominales —por circunscripción—, reduciendo el número de parlamentarios electos por listas partidarias —los plurinominales—, decisiones que dieron un cambio radical a la forma de gobernar.

Fin del Modelo y Comienzo del Cambio

Revisemos los procesos electorales del período, donde el fenómeno electoral MAS y Evo Morales —asociación hasta ahora indisoluble e imprescindible— ocupa lugar primordial.

La primera elección del período fue el Referéndum de 2004 sobre el aprovechamiento de los recursos de la explotación del gas natural y su posible venta a Chile. Abrumadoramente, la población contestó Sí las 5 preguntas —con distintos porcentajes— y esas respuestas, más que potenciar su promotor, el Gobierno De Mesa Gisbert, reafirmó al MAS, que se había apropiado de las banderas de Octubre Negro, aunque no fueron sus protagonistas directos.

El segundo, ya con Rodríguez Veltzé, fue las elecciones generales y para Prefectos —novedad— de 2005. Morales Ayma obtuvo 53,7% de votos, con lo cual se convertía directamente en Presidente Constitucional. Consecuencias de estos resultados fueron un Congreso dividido —mayoría del MAS en Diputados y de la oposición en Senado— y mayoría de Prefectos opositores ­—6 contra 3, que después fueron 7 vs. 2.

Sus votos permitieron a Morales Ayma y el MAS convocar en 2006 la Asamblea Constituyente y el Referéndum Nacional Vinculante sobre Autonomías. Para la primera, se logró una variada composición de opositores como de aliados; para la segunda, los resultados favorecieron promover las autonomías.[10] A éste le siguió el Referéndum Revocatorio de 2008 —aprobado por la mayoría opositora en el Senado y que fue un error estratégico y fracaso para la oposición—, que ratificó abrumadoramente (67,4%) el proceso de cambio y sacó de sus gobiernos a los prefectos opositores de Cochabamba y La Paz.

El siguiente proceso electoral fue a inicios de 2009 con el Referéndum para aprobar la Nueva Constitución Política del Estado (NCPE), redactada entre 2006 y 2007 y modificada por el Congreso Nacional en 2008. Fue aprobada por 61,4% de los votos válidos.[11]

Tras estos resultados y promulgada la NCPE, el Gobierno Morales Ayma convocó a elecciones en diciembre de ese mismo año y obtuvo 64,2% de resultados válidos, nuevamente el más alto histórico y quebrando la capacidad de convocatoria electoral de la oposición. Se cerraba un ciclo ascendente que se inició en 2005 con 53,7%, continuó en 2008 con 67,4%, se reafirmó en 2009 con 61,4% y concluyó con este 64,2%.

¿Qué pasa después?: Aceleración de los procesos

Para las municipales y departamentales de abril de 2010 el panorama cambia abruptamente: 
De las 10 ciudades principales —9 capitales y El Alto—, el MAS-IPSP sólo logra 3: Cobija, El Alto y Cochabamba, por mínima diferencia. En Gobernadores —los antiguos Prefectos—, el MAS logra triunfar en 6 departamentos. En total, la votación para el MAS-IPSP en este proceso electoral descendió a 49%, una pérdida de 15% en 5 meses, confirmando que su voto pasaba, en gran medida, por la candidatura de Morales Ayma y no por su Organización; además, la pérdida de muchas de las grandes ciudades —y casi fue de todas— demuestra que el voto duro gubernamental se circunscribía fuera de lo urbano.[12]

El otro “round” fue las elecciones judiciales de 2011. La mala información ofrecida sobre los múltiples candidatos pero, sobre todo, la susceptibilidad sobre el proceso y sus alcances —observado por la OEA— llevó a que los votos nulos y blancos fueran mayoría: 57,7% en el Tribunal Agroambiental; 58% en el Consejo de la Magistratura; 57,9% en el Tribunal Constitucional Plurinacional. Esto llevó a una bajísima representatividad de los funcionarios judiciales electos.

¿Mañana?

No habrá ningún proceso electoral nacional hasta diciembre de 2014, cuando se realicen las próximas elecciones generales y, posiblemente por temporalidad, departamentales y municipales.

Al momento, para las generales algunos líderes opositores —el más visible en ello es Doria Medina Auza— están tratando de formar consensos y crear una Mesa de Unidad, como en Venezuela. En la medida en que se constituya podrá empezar a ser una opción frente a un MAS-IPSP con signos de desgaste —aunque en proceso de institucionalización interna, que pudiera darle un nuevo impulso—, pero ya Del Granado Cosío se ha opuesto a entrar en ese acuerdo.[13]

Nada, en absoluto, es definitivo aún. El desenvolvimiento de la economía nacional en los próximos 2 años —un imponderable muy significativo—, las exportaciones por venta de hidrocarburos, las relaciones con Brasil y el Mercosur, incluso las elecciones del 7O en Venezuela pueden ser factores que condicionen y muevan realmente la decisión popular en 2014.

Todo queda por ver.

José Rafael Vilar
@jrvilar


[1]     Está vigente el sistema establecido en la Ley Electoral de 1980: una circunscripción nacional y nueve departamentales, éstas para la elección de congresales —senadores y diputados—, todos con origen plurinominal (por lista cerrada de Partido, bloqueada y adosada a la elección de presidente y vicepresidente). Además, no se contaba con un Padrón Electoral permanente.
[2]     Los cálculos de totales los tuve que hacer personalmente porque el sitio de la OEP (http://www.oep.org.bo/proces_electoral/procesos1985_1995/Estadisticas_Generales_1993.pdf) sólo tiene desagregados departamentales.
[3]     La más caótica fue la UDP en 1982, cuando el protagonismo del MIR por el poder y los divergentes intereses ideológicos del PCB hicieron fracasar desde adentro al Gobierno de Siles Suazo. El segundo fue en 1997, una amplia alianza basada en espacios de poder —y consecuentes “pegas”— que demostró su falta de coherencia.
[4]     Después Movimiento al Socialismo – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP).
[5]     De Mesa Gisbert consiguió evitar la asunción de los inmediatos sucesores constitucionales —primero, el Presidente del Senado, Vaca Diez del MIR, y consecutivo el de la Cámara de Diputados, Cossío Cortez, entonces del MNR— y facilitó la Presidencia Provisional para el Presidente de la Corte Suprema Rodríguez Veltzé, sin sindicación política.
[6]     El mismo lugar utilizado posteriormente por el MAS-IPSP en sus asunciones gubernamentales y otros eventos significativos.
[7]     En 2002, la última elección en que participó, CONDEPA obtuvo menos de 0,4% de los votos válidos.
[8]     Muchos de sus dirigentes estaban vinculados gerencialmente a la CBN. Esto, con matices menos agudos, se repite actualmente en Unidad Nacional del industrial cementero Doria Medina Auza.
[9]     UCS pudo sobrevivir algunos años aún en la Alcaldía de Santa Cruz de la Sierra que ocuparon sucesivamente sus dos hijos. Posteriormente, sus intentos de resurgir han sido efímeros; un nuevo anuncio fue reciente, para las generales de 2014, sin más precisiones.
[10]    Lamentablemente, no puedo incluir datos por las páginas correspondientes de la OEP no están habilitadas. Los que incluyo a partir de este lugar son tomados de otros sitios.
[11]   La opción de 5.000 hectáreas como extensión máxima de tierra que podría tener un ciudadano incluida en una pregunta adicional se aprobó por 80,7% de votos válidos.
[12]    No obstante, duplicó su presencia en localidades menores.
[13]    Lo que sólo afectaría al liderazgo de Del Granado Cosío dentro del MSM y reforzaría la posición, menos taxativa en apariencias, de Revilla Herrero.

Bibliografía

domingo, 7 de octubre de 2012

Paisaje después de la Batalla


NOTA: Las cifras empleadas sobre Venezuela son referencias oficiales, tomadas directamente o a través de terceros que citan las fuentes.

El 7 de Octubre es la fecha de las elecciones en Venezuela y yo estoy a 24 horas de ese momento. Con independencia de quien las gane, el día siguiente —qué cabe, con todo lo que ha pasado hasta ese momento: para la oposición, lograr la unidad estratégica y ascender en las preferencias de los electores; para el oficialismo, superar el cáncer del Presidente, mantener su voto duro, “lanzar atrás” la quiebra económica— es el Día después de la Batalla.

El panorama para el próximo Presidente de los venezolanos se vislumbra complicado: una inflación galopante —entre 2001 y 2011, la anual promedio ha rondado 24,5%, la de 2011 fue de 26,8% y la acumulada del período es de 905,2%; para este año, el presupuesto estatal calcula entre 20 y 22% pero el FMI prevé 31.6%— que merma significativamente los ingresos de la población. Por otra parte, si bien su presupuesto para este 2012 es de algo más de USD 69 G (millardos o mil millones) —calculado a BsF 4,3 por dólar, que es significativamente menor que la tasa común (20% o más), por lo que no sería irreal reducir este presupuesto a USD 55 G, con ingresos petroleros brutos (si se vendiera todo el petróleo a precios de mercado, lo cual es irreal) de USD 82 G, considerando que se mantenga el precio actual de USD 101,58/barril WTI (USD 74 al promedio semanal de futuros de USD 90,30/barril) y con producción de 2,24 M barriles/día (OPEP), lejísimo de la meta oficial de 5 M para 2015—, una buena parte está comprometido con los endeudamientos con China —entre USD 36 G y 40 G—, Irán y Bielorrusia, destinándose en el presupuesto 18% —más de USD 12 G (no deducida la inflación)— al servicio de las deudas públicas interna y externa, que alcanzan USD 96 G —y la externa en buena parte es pagada con petróleo a precios muy por debajo del mercado— y BsF 185 G —la interna: USD 43 G  (no deducida la inflación)—, lo que hace una deuda pública total hasta julio de este año de casi USD 139 G, aproximadamente 200% del presupuesto de la gestión. A esto hay que sumarle que Venezuela, en 6 años (2006-2011), ha gastado USD 15 G en armas, de ellos 11 G en un solo proveedor: Rusia.

Estos números nos llevan a pensar que, con independencia de qué candidato gane el 7O —aunque indiscutiblemente si gana HCR será más aguda la reducción—, Venezuela a partir de 2013 tendrá que reducir su tutela de los países de la ALBA-TCP y demás aliados. La misma tiene 2 componentes principales: La venta de petróleo y derivados a precios subsidiados y con amplios beneficios de pago, por una parte, y la transferencia de fondos en ayuda, por otra. Basta recordar que Venezuela compró a Argentina (que no pertenece a la ALBA-TCP pero es su aliado estratégico) USD 3.100 M de su deuda externa para salvarla de un default, y la República Argentina en febrero de este año le debía alrededor de USD 5.700 M por combustible.

La ALBA-TCP surgió bajo las premisas de exportar la Revolución Bolivariana y posicionar regionalmente a Venezuela como país líder. Gran parte —por no decir casi toda— la influencia de Venezuela se ha manifestado por las donaciones y por las ventas subsidiadas de combustibles a sus miembros: La ayuda anual a Nicaragua es de USD 600 M/anuales; a Cuba vende 100 mil barriles/día a precios subsidiados (alrededor de 40% por debajo del mercado) y con condiciones sumamente blandas (25 años y 2% de interés anual) —buena parte del mismo es revendido a precios internacionales, lo que constituye una ayuda adicional—, además de muchas otras transferencias; estas ventas son similares a las del resto de los países integrantes de PETROCARIBE con Venezuela (Cuba también es parte): Antigua y Barbuda, Nicaragua y San Vicente y las Granadinas (también miembros de la ALBA-TCP), República Dominicana, Bahamas, Belice, Dominica, Grenada, Guatemala, Guyana, Honduras (actualmente suspendida, aunque la página de la organización http://www.petrocaribe.org/ la mantiene pero la respectiva a PETROCARIBE de PDVSA http://www.pdvsa.com/index.php?tpl=interface.sp/design/readmenuprinc.tpl.html&newsid_temas=48 ni la menciona), Jamaica, Surinam, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves, Haití y El Salvador. Esto no contempla donaciones a otros países, entre ellos Bolivia (miembro de la ALBA-TCP) ni a movimientos sociales y políticos de terceros países.

No queda duda, después de estos análisis de cuál será el futuro: el Paisaje después de la Batalla del 7O.


José Rafael Vilar
@jrvilar




Referencias


martes, 2 de octubre de 2012

Juzgando la Administración


El domingo 7 de Octubre —el mediático 7O— Venezuela va a elecciones generales y, por primera vez en 14 años de gobernarla Hugo Chávez Frías, Venezuela juzgará cómo se administró su Modelo Social.
Éstas serán unas elecciones sui géneris: Ambos candidatos —Chávez Frías por el oficialismo y Capriles Radonski por la oposición— coinciden en la permanencia del Modelo Social actual porque reconocen los beneficios que las Misiones y los Bonos han tenido para los más desposeídos del país, redistribuyendo parte —entre USD 450 y 500 mil millones— de los ingresos petroleros. Ambos coinciden, además, en que la corrupta y discriminadora Cuarta República no puede regresar. Pero ahí terminan las coincidencias.
La primera observación: La inflación. Entre 2001 y 2011, la inflación anual promedio ha rondado 24,5% (acumulada: 905,2%); por rubros, el tercero más afectado es el de Alimentos y bebidas no alcohólicas con un promedio de 30,4% (¡y acumulada de 1.710,5%!). Esta inflación disminuye cualquier transferencia de fondos (donaciones, bonos, subvenciones) y los más afectados son los estratos inferiores (los más favorecidos, precisamente, por esas transferencias). Aclaración: A pesar de esos niveles, no llegó aún a los de las IV República, cuando entre 1985-1998 fue de 12.871%, según el INE venezolano.
Si bien en los 14 años de Gobierno bolivariano se ha reducido la pobreza de 56% a 26% y la extrema de 26% a 7%, ¿cuál ha sido realmente ese impacto tras las deducciones de la inflación?
El segundo problema es el endeudamiento de Venezuela. Después de que en 2000 Chávez Frías estuvo en uno de sus peores momentos económicos (precios del barril de petróleo entre USD 35 y 20 y caída consecuente de la renta per cápita), en 2008 vivió la bonanza mayor cuando el precio del barril de petróleo alcanzó alrededor de USD 147 (aunque posteriormente bajó y fluctuó hasta estar hoy en USD 100,58, como Venezuela produce actualmente, según diversos cálculos, entre  1,99 a 2,24 millones de barriles/día, lejos de la meta oficial de 5 para 2015 pero... saque la cuenta). A pesar de esa riqueza, a fines de 2009 el PIB venezolano cayó en -3,3% y en 2010 -1,4%. ¿Por qué? La causa está en los planes de exportar la Revolución Bolivariana, cuya principal vehículo es las ventas de petróleo muy subsidiadas (con descuentos de hasta más de 40% de su precio), lo que le ha llevado a endeudamientos, principalmente con China (que suman USD 20 mil millones para financiar proyectos de desarrollo a cambio de suministros futuros de petróleo y USD 16,3 mil millones en proyectos joint venture en la industria petrolera venezolana).
El tercer factor: la inseguridad ciudadana. Venezuela tiene una de las 5 mayores tasas de asesinatos per cápita a nivel mundial, con 19.336 homicidios en 2011. A eso hay que sumarle los secuestros, asaltos y las bandas armadas delincuenciales.
Estos tres factores —pero no sólo ellos— decidirán, y mucho, al momento de emitir el voto el 7O. Porque no se votará sobre el Modelo, sino sobre el Administrador.

Referencias

      

martes, 18 de septiembre de 2012

Intolerancia de ida y vuelta



Una vez más, los fanatismos (de ida y vuelta) desatan una violencia que se ha cobrado varias vidas
La Razón / José Rafael Vilar
00:19 / 18 de septiembre de 2012
El 11 de septiembre se recordaron los atentados terroristas suicidas en EEUU por la red yihadista Al Qaeda que causaron miles de víctimas. El 11-S “cambió” la visión del mundo desde Occidente: con violencia y sin seguridad, que desde el final de la Segunda Guerra Mundial las habíamos circunscrito (cómodamente) a lugares muy lejanos o recónditos; y desde entonces Al Qaeda y Bin Laden se convirtieron en epítomes y sinónimos de fanatismo e intolerancia, pero tras la bandera de combatirlos se creó una imagen asociativa falsa de ser musulmán y ser fanático.
Obviando diferencias culturales entre cristianos, hebreos y musulmanes (y dentro de ellos), la primera confluencia es el compartir elementos religiosos: son las religiones monoteístas más seguidas; cristianos y musulmanes comparten a María y Jesús (para los musulmanes es un Profeta), así como cristianos y judíos compartimos libros sagrados. Europa (de donde con mucho descendemos culturalmente, aunque lo reneguemos) fue casi “musulmanizada”, y los conocimientos científicos y filosóficos griegos nos llegaron (rescatados y enriquecidos) con los musulmanes durante el período más oscurantista de la Edad Media. Y, por si nos faltara otra herencia, nos proveyeron del “cero”.
Los yihadistas (minoría dentro del Islam) se han apropiado, en nuestro imaginario, del concepto de “musulmán” y nos han llevado (con ayuda de algunos medios y el silencio de gobernantes) a catalogar a todos los musulmanes como violentos, sanguinarios e incivilizados. También para el musulmán común muchas de nuestras acciones pueden parecerles de un fanatismo abrumador.
¿Qué diferencia hay entre el fanatismo de Ayman al-Zawahiri (actual líder de Al Qaeda) o del clérigo ciego Omar Abdel Rahmán, el de los pastores Terry Jones (responsables de protestas que provocaron la muerte de siete funcionarios de NNUU en Afganistán) y Wayne Sapp, quemando —como inquisidores medievales o como nazis, más cercanos— el Corán frente a sus congregaciones? Quizás sólo los recursos a su alcance.
Coincidiendo con el 11-S, se subió a YouTube un avance del filme independiente Innocence of Muslims (Inocencia de los Musulmanes); la versión original se proyectó en junio en un pequeño cine de Hollywood. El filme ridiculiza a los musulmanes y a su profeta Mahoma (que aparece como un obseso sexual y sus discípulos como inmorales y violentos, vinculándolos con la pedofilia). El resultado: violentísimas protestas en países con población musulmana (incluida Europa), que alcanzó su mayor tensión en Bengasi (Libia) cuando manifestantes exacerbados quemaron el Consulado de EEUU, matando al embajador John Christopher Stevens y a otros tres funcionarios.
Se identificó como presunto productor de la película (que ya “tiene” siete muertos) al egipcio cristiano copto Nakoula Besseley Nakoula, ferviente seguidor del predicador copto ortodoxo Zakaria Botros (egipcio exiliado que pregona la supuesta inmoralidad del profeta Mahoma). Una vez más, los fanatismos (de ida y vuelta) cobran vidas, y elementos radicales han generado violencia.

martes, 4 de septiembre de 2012

“Carnaval” en septiembre


 “Resulta totalmente imposible gobernar un pueblo si éste ha perdido la confianza en sus gobernantes.” [Confucio]

En “Cosechar líderes” (24/07) reclamaba la ausencia de liderazgos en Santa Cruz y la necesidad imperiosa de construirlos. 

Principal actividad de los partidos —y huelga decir: no caudillistas— es formar nuevos liderazgos que les den continuidad, pero la crisis del sistema de partidos en Bolivia ha truncado esta fundamental supervivencia política: Convergencia Nacional no es partido sino es (fue) consecuencia de la urgencia de sobrevivir; el Movimiento Sin Miedo es, aún hoy, Del Granado Cosío —aunque, como en el PRD mexicano, surjan alternativas que se destacan y militancias valiosas— y su búsqueda de ser el equilibrio rehúye el centro perfecto; Unidad Nacional no deja de ser Doria Medina Auza —con Murillo Prijic como figura regional— y mientras no supere parecer un partido-propiedad no logrará más réditos que los del fracaso en 2009 —su búsqueda de Unidad opositora debe salvar el pecado pretendido del beneficio—; los VERDES (Verdad y Democracia Social, agrupación ciudadana que no se debe confundir con homónimos ecologistas locales y foráneos) es Costas Aguilera y hoy aún no es alternativa —como no fue en 2008. Para el final, el Movimiento al Socialismo: surgido desde el MAS-Unzagista —desgajamiento izquierdista en 1987 de la Falange Socialista Boliviana—, devenido en MAS-IPSP (Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos) en 1997 y en el Poder desde 2006, ahora —con vistas a 2014— trata de configurar sus liderazgos secundarios en Congresos regionales pero choca con un problema: el liderazgo capital de Morales Ayma ocluye cualquier otro porque, en el imaginario social, el MAS es —y seguirá siendo— él, su Líder.

Toda esta paráfrasis me ayuda a regresar a Santa Cruz de la Sierra, la ciudad donde vivo y de la cual me siento parte y me duelo y avergüenzo por la des-gobernabilidad —que no tiene que interpretarse como «ingobernabilidad», que es “falta de” cuando lo que pasa es “abuso” (con nosotros)— que hoy la aqueja.

“Disidentes”, “oficialistas”, “opositores” son vertientes de un mismo problema: Un Poder municipal, azaroso desde hace meses y vergüenza en su Legislativo, que deja sin balance y librado a su singular albedrío al Ejecutivo y que ofende con peleas y chicanas a todos los cruceños —nacidos o por decisión propia—: Eso es “Carnaval” en Septiembre, su aniversario.

Días atrás, en FB el periodista Tuffí Aré —uno de los formadores de Opinión principales y más mesurados del Oriente— posteaba que un concejal “disidente” invitado a su espacio “Asuntos Pendientes” de El Deber Radio había denunciado que “hay empresas que se repiten en los contratos de diversas obras del municipio” [sic] y algunas de las respuestas midieron el pensamiento social actual: “y porque [copio textual] la denuncia despues de dos años ??? o es que antes no se fiscalizaba????” Y alguien repetía la propuesta que circula: revocatorio de todos los munícipes y nuevas elecciones locales ya.

Yo la comparto.



Referencias