“Resulta totalmente imposible gobernar un pueblo si éste ha perdido la
confianza en sus gobernantes.” [Confucio]
En “Cosechar líderes” (24/07) reclamaba la ausencia de
liderazgos en Santa Cruz y la necesidad imperiosa de construirlos.
Principal
actividad de los partidos —y huelga decir: no caudillistas— es formar nuevos
liderazgos que les den continuidad, pero la crisis del sistema de partidos en
Bolivia ha truncado esta fundamental supervivencia política: Convergencia
Nacional no es partido sino es (fue) consecuencia de la urgencia de sobrevivir;
el Movimiento Sin Miedo es, aún hoy, Del Granado Cosío —aunque, como en el PRD
mexicano, surjan alternativas que se destacan y militancias valiosas— y su
búsqueda de ser el equilibrio rehúye el centro perfecto; Unidad Nacional no
deja de ser Doria Medina Auza —con Murillo Prijic como figura regional— y mientras no supere parecer un
partido-propiedad no logrará más réditos que los del fracaso en 2009 —su
búsqueda de Unidad opositora debe salvar el pecado pretendido del beneficio—;
los VERDES (Verdad y Democracia Social, agrupación ciudadana que no se debe
confundir con homónimos ecologistas locales y foráneos) es Costas Aguilera
y hoy aún no es alternativa —como no fue en 2008. Para el final, el Movimiento
al Socialismo: surgido desde el MAS-Unzagista —desgajamiento izquierdista en
1987 de la Falange Socialista Boliviana—, devenido en MAS-IPSP (Instrumento
Político por la Soberanía de los Pueblos) en 1997 y en el Poder desde 2006,
ahora —con vistas a 2014— trata de configurar sus liderazgos secundarios en
Congresos regionales pero choca con un problema: el liderazgo capital de
Morales Ayma ocluye cualquier otro porque, en el imaginario social, el MAS es —y
seguirá siendo— él, su Líder.
Toda esta paráfrasis me ayuda a regresar a Santa Cruz de la
Sierra, la ciudad donde vivo y de la cual me siento parte y me duelo y
avergüenzo por la des-gobernabilidad —que no tiene que interpretarse como «ingobernabilidad»,
que es “falta de” cuando lo que pasa es “abuso” (con nosotros)— que hoy la
aqueja.
“Disidentes”, “oficialistas”, “opositores” son vertientes de
un mismo problema: Un Poder municipal, azaroso desde hace meses y vergüenza en
su Legislativo, que deja sin balance y librado a su singular albedrío al Ejecutivo
y que ofende con peleas y chicanas a todos los cruceños —nacidos o por decisión
propia—: Eso es “Carnaval” en Septiembre, su aniversario.
Días atrás, en FB el periodista Tuffí Aré —uno de los
formadores de Opinión principales y más mesurados del Oriente— posteaba que un
concejal “disidente” invitado a su espacio “Asuntos Pendientes” de El Deber
Radio había denunciado que “hay empresas que se repiten en los contratos de
diversas obras del municipio” [sic] y
algunas de las respuestas midieron el pensamiento social actual: “y porque [copio textual] la denuncia despues de dos años ??? o es que
antes no se fiscalizaba????” Y alguien repetía la propuesta que circula:
revocatorio de todos los munícipes y nuevas elecciones locales ya.
Yo la comparto.
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