Nadie que
esté en Bolivia y no sea un fanático evista o un medrador de la Cosa Pública
—que no tiene que ser evista ni arcista sino sólo bandearse los ojos como
Themis y olvidarse de su “cojeo inescrupuloso”— dudará que la Gran Batalla de
nuestra sociedad es por la Democracia.
Democracia
es el Fin Mayor pero ¿cómo lograrlo? El Maestro Sun desde el siglo v a.C. nos da sus recetas en su El arte de la guerra de Sun Tzu (Sūn Zǐ Bīngfǎ),
el tratado estratégico para militares, empresarios y políticos —y hasta enamorados y matrimonios en
crisis—: las Grandes Batallas se ganan ganando primero —con estrategia— las
Batallas Intermedias.
Y las
primeras Batallas importantes que tendremos en el camino de reganar la
Democracia son «las elecciones judiciales
este año y su antípoda: el referéndum constitucional de reforma de la Justicia»
(“Oposición, con mayúscula”, P7, 14/01/2023).
E inmediata va la receta infalible: «Un
frente unido por el NULO a las primeras [las elecciones judiciales este
año] y por el SÍ al segundo [el
referéndum constitucional de reforma de la Justicia] son imprescindibles».
¿Receta
fácil? ¡Para nada! Considerando que después del regreso a la democracia en 1982
—después del 1952 fue distinto mientras le duró al MNR su hegemonía— y antes
del empoderamiento del MAS-IPSP, lo más parecido a “unidad” que existió fueron
los gobiernos de la Democracia Pactada —no siempre muy armónicos— pero que, a
final de cuentas, aseguraban la gobernabilidad. La última experiencia de una
unión amplia de la mayoría no-MAS fue para 2005 con PODEMOS, aunque su
variopinta suma y flojo liderazgo —no-liderazgo después de su tunda electoral—
dio algunos fatales resultados, ya fuera de los desentendimientos PODEMOS-UN o
el craso empujón —vía expedita por su mayoría podemista— al revocatorio de 2008
que le costó a la oposición las prefecturas —ahora gobernaciones— de La Paz y
Cochabamba y mucho de su iniciativa.
Esa
dispersión de candidaturas y frentes —primer craso error— tuvo su “mejor”
momento antes de los comicios de 2020 en los de 2015, cuando MDS y UN fueron
unidos en Unidad Democrática y terció PDC en una relación no permanente (aunque
la ganancia para toda la oposición respecto de 2009 fue un senador y dos
asambleístas más, aun en minoría). Para los de 2019 —las del fraude mayúsculo
del MAS—, fue mayor la división de frentes pero su composición de la Asamblea
Plurinacional en 2020 le arrebató al MAS-IPSP su rodillo de 2009 y 2015 en
Diputados: vacuo éxito por los desentendimientos y estrecheces de miras de
ambas corrientes.
Una segunda
grave falencia es la de los caudillismos. Sin ir muy atrás, las oposiciones
después de 2005 se armaron sobre caudillos: Morales para el MAS-IPSP —después
de “barrer” los liderazgos provenientes del IPSP— y una lista de caudillos que
no acaudillaron fervores —Quiroga (doble fracasado), Reyes Villa, Mesa o Doria
Medina— o sólo lo arrastraron regionalmente —Costas (que no se atrevió a
“quemarse” nacionalmente) o Camacho. Una buena advertencia en palabras de
Germán Antelo «necesitamos un líder, no
un caudillo» (El Mundo,
19/01/2023) que se entiende mejor desde la tercera pifia capital: la falta de
estrategia —o, generosamente para los asesores: la falta de actores políticos
estratégicos—; quizás otra buena caución está en Proverbios 10:19: «Sé prudente y mantén la boca cerrada».
Un elemento
esencial de cualquier estrategia reivindicativa es que no puede ser un suceso
regional —por mucha fuerza local que tenga— ni obviar a los políticos sino debe
concitar la unidad de voluntades nacional: la defensa del censo terminó en una alargada
demanda básicamente cruceña —que con las preguntas 3 y, sobre todo, 4 del
segundo multitudinario Cabildo se atizó resta y no suma, «desatino —estratégico, de soberbia y falta de sentido de nación— […],
que días después Calvo [Rómulo] repitió
en una entrevista: “en Bolivia no nos quieren”» (“Censo, paro y la política
de las Santa Guindillas”, P7,
25/11/2022).
Para este
Cabildo Nacional del próximo 25 —necesitado de más explicación, porque
voluntades las hay— sí se ha buscado la unidad de toda la ciudadanía que no
está conforme con la destrucción de la Democracia y la libertad a través de la
coordinación entre las organizaciones cívicas. Y aunque el reto es grande —por
el tiempo faltante y por las elecciones próximas de los representantes cívicos
cruceños— la expectativa y la esperanza lo son también.
Esas son
las armas: debemos velarlas como el
Hidalgo de la Mancha.
Información consultada
https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Bolivia_de_2020
https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Bolivia_de_2014
https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Bolivia_de_2009
https://es.wikipedia.org/wiki/Referéndum_revocatorio_de_Bolivia_de_2008
https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Bolivia_de_2005
https://es.wikipedia.org/wiki/Escrúpulo
https://www.lostiempos.com/actualidad/opinion/20221028/columna/suntzu-lucha-censo-buen-gobierno
https://www.paginasiete.bo/opinion/columnistas/oposicion-con-mayuscula-CE6006576
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