Ayer, dos millones de cruceños pararon contra la
repostulación de Evo Morales. Contundente, contra vaticinios oficialistas y
contra la obligatoriedad de abrir oficinas del gobierno central so pena de
sanciones, demostró que el boliviano —ayer el cruceño, pronto todos— sigue teniendo firme la consigna de NO
al prorroguismo y la defensa de la voluntad popular expresada democráticamente
en el referéndum constitucional del 21F de 2016.
Más allá
de sofismas de letrados sumisos —algunos hoy involucrados en la narcocorrupción— interpretando írritamente los convenios internacionales para cumplir las órdenes
llegadas desde la Plaza Murillo y más allá del contubernio cómplice del Órgano
Electoral para forzar una candidatura negada mayoritariamente, el paro cívico
demostró que la consigna de NO a la repostulación y SÍ a la democracia sigue
muy vigente y creciente.
Junto con el NO del
21F, este paro también reafirmó el reclamo insistente para que todos los
vocales del TSE renuncien y se garanticen elecciones libres en octubre.
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