A quien anoche siguiera el debate para la vacancia por
impedimento moral —la misma causal por la que Alberto Fujimori fue destituido
en 2000, sin aceptarle su renuncia enviada por fax— contra el actual gobernante
PPK por supuestas irregularidades corruptas dentro del affaire Odebrecht —que
en Perú ya involucró en distinto grado a sus tres predecesores: Alejandro
Toledo, Alan García y Ollanta Humala— claramente le saltaría un generalizado divorcio
entre razones aparentes y reales.
Sin que yo entre en el fondo de las acusaciones —materia a
debate por la justicia peruana—, los motivos reales de muchos alegatos
congresales iban a las razones políticas, ya fuera vendetta por haber perdido
la elecciones por 0,24% —para el fujimorismo de Fuerza Popular, permanente
bloqueador de la gestión actual, muchos de sus congresistas acusados por otros
hechos corruptos y su líder acusada de aportes ilegales de Odebrecht—, porque
no había cumplido sus expectativas —para el Frente Amplio, izquierdista con
tendencia asaz bolivariana— o para asegurar supervivencia de sus propios
involucrados en eventos del escándalo —incluido su líder, García, para el APRA.
Pocos días antes de sus 17 meses de gobierno, PPK y su
administración se han salvado por muy escaso margen. Sin embargo —y además de
lo que falta legalmente investigar sobre la sindicaciones contra el presidente—,
lo más importante será la gobernabilidad del país y cómo sorteará las dificultades
políticas, hasta ahora grandes pero desde ya magnificadas.
Información consultada
https://elcomercio.pe/politica/serian-elecciones-ppk-vacado-vicepresidentes-renuncian-noticia-483424
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