jueves, 8 de octubre de 2015

Varapalos y sofismas: el arte de perder imponiendo y “ganar” perdiendo


En 2011 comencé mi colaboración con este sitio amigo con un artículo (“Un round electoral con final inesperado”) sobre el fiasco de las elecciones para elegir los 56 integrantes de los diferentes estamentos del Poder Judicial boliviano: Tribunal Supremo de Justicia, Tribunal Constitucional Plurinacional, Consejo de la Magistratura y Tribunal Agroambiental. Sin embargo, esta elección —orientada a cerrar los cooptamientos de los Poderes del Estado por el Movimiento al Socialismo (MAS): Ejecutivo, Legislativo (con más de 2/3 después de las elecciones de 2009), Electoral y Judicial.

Hasta ese momento, el MAS había avanzado con paso ascendente en todas las elecciones nacionales que participó desde su toma del poder: Presidenciales 2005: 53.7%; Asamblea Constituyente 2006: 50.7%; Referéndum Revocatorio 2008: 67.4%; Referéndum Constituyente 2009: 61.4%; Presidenciales 2009: 64.2%. (En las Presidenciales 2014 obtuvo 61.36%.) Sin embargo, en esas elecciones judiciales, los votos contrarios a los candidatos —por lo tanto, a estas elecciones: nulos y blancos estuvieron entre 59 y 63% (la información del sitio web del Órgano Electoral ya no incluye información anterior a 2012 y la que incluye posterior no es completa en todos los casos o no funciona el vínculo), creándose Órganos Judiciales con muy baja representatividad y, por ende credibilidad. El tiempo dio la razón al desacuerdo porque muchos  elegidos han sido posteriormente criticados por su mala actuación e, incluso, defenestrados —aunque, también, algunos de éstos por razones políticas.

La paradoja es que los resultados fueron consecuencia de motivaciones ciudadanas más que de las consignas partidarias de la oposición. Una oposición boliviana fraccionada que ha obtenido sus mejores resultados en las elecciones locales y regionales más por los candidatos que las por las mismas organizaciones y ha sido ausente fraccionada en las nacionales. Fenómeno de decisión ciudadana que vuelve a repetirse en los Referéndums para aprobar los Estatutos Autonómicos de 5 Departamentos —Chuquisaca, La Paz, Cochabamba, Oruro y Potosí— y Cartas Orgánicas Municipales u Originarias de 5 municipios Cocapata, Tacopaya, Huanuni, Totora Marka y Charagua Iyambae.

Los resultados son significativos: En Chuquisaca, sobre 90,7% de votos válidos, el NO ganó con 57,4%; en La Paz, sobre 91,8% de votos válidos, el NO ganó con 68,1%; en Cochabamba, sobre 92,0% de votos válidos, el NO ganó con 61,6%; en Oruro, sobre 92,0% de votos válidos, el NO ganó con 74,0%, y en Potosí, sobre 90,8% de votos válidos, el NO ganó con 68,1%. (Datos OEP/TSE.)

Por su parte, para sus Cartas Orgánicas Municipales, en Cocapata (Cochabamba), sobre 85,8% de votos válidos, el SI ganó con 56,7%; en Tacopaya (Cochabamba), sobre 84,1% de votos válidos, el SI ganó con 56,8%, y en Huanuni (Oruro), sobre 90,9% de votos válidos, el NO ganó con 58,3%. Para el Estatuto Autonómico Originario de Totora Marka (Oruro), sobre 93,3% de votos válidos, el NO ganó con 70,0%, y para la Autonomía Guaraní Charagua Iyambae (Santa Cruz), sobre 95,8% de votos válidos, el SI ganó con 53,3%. (Datos OEP/TSE.)

La conclusión es simple: La población de los cinco departamentos donde se consultó sobre sus Estatutos Autonómicos los rechazó. En el caso de las Cartas Orgánicas Municipales, dos de los tres municipios consultados la aprobaron; el Estatuto Autonómico Originario para Totora Marka fue denegado mientras que la Autonomía Guaraní Charagua Iyambae fue aprobada.

Con la aprobación de su Estatuto, el municipio Charagua pasa a convertirse en la primera Entidad Autónoma Indígena Originaria Campesina (EAIOC) de Bolivia. Esto, a la vez de iniciar el avance hacia una real plurinacionalidad al reconocer el Estatuto que el guaraní es un “pueblo-nación” —algo muy posicionado históricamente por este pueblo—, tiene una gran connotación en el futuro de las demandas de autonomía porque pasa a un escalón superior, federalista, al establecer una asociación entre naciones del mismo nivel con el Estado, regida por tres estructuras de gobierno: Ñemboati Reta (Órgano de Decisión Colectiva, la máxima instancia de decisión, conformada ascendentemente por Ñemboatimi o Asamblea Comunal, Ñemboati o Asamblea Zonal y Ñemboati Guasu o Asamblea Autonómica), Mborokuai Simbika Iyapoa Reta (Órgano Legislativo que normará los procedimientos y decisiones definidas por el Ñemboati Reta) y Tëtarembiokuai Reta (Órgano Ejecutivo que los ejecutará).

No queda dudas que este proceso de aprobación de modelos autonómicos con las excepciones de Cocapata, Tacopaya y Charagua fracasó. ¿Por qué?

Una de las explicaciones aceptadas es que en la mayoría de los casos la divulgación de los documentos sobre los que se iba a votar fue muy deficiente, ya fuera por considerarse que el voto consigna o la influencia de la imagen presidencial iban a prevalecer —en todos esos casos, había sido redactados por Asambleas Legislativas Departamentales o Concejos donde el partido de gobierno tenía el poder de decisión— sin mayor necesidad. Sin embargo, sólo considerar ésta —que ciertamente influenció— es simplista.

El período para aprobarlos estaba condicionado por la impostergabilidad ante la necesidad de realizar en enero —primero, trasladado a febrero por imposibilidad técnica de cubrir el voto en el exterior en los centro mayoritarios en la primera fecha— el siguiente referéndum, dirigido a que la población autorizara el cambio constitucional que permitiría una nueva reelección presidencial —según se interprete la pregunta que se va a refrendar, podrían ser dos más: hasta la re re re re. Lo impostergable de las consultas autonómicas fue un factor general que atentó contra la divulgación.

Precisamente esa impostergabilidad salvó la permanencia del Ministro de Autonomías, pues su corto tiempo en el cargo —considerando el período de años transcurridos de todo el proceso de elaboración por las ALDs y posterior validación por el Tribunal Constitucional— lo debió eximir de la responsabilidad del fracaso.

Sobre ello, fue importante la incidencia de factores regionales —fuerte rechazo de entes cívicos y gremiales a incumplimientos de promesas estatales, sobre todo en Oruro y Potosí; ruptura en la verticalidad del MAS en Chuquisaca desde la anterior elección regional; rechazo por las principales autoridades regional y locales en La Paz, entre otros—, así como el liderazgo contrario de los entes cívicos. En contraposición, la influencia de los partidos políticos de oposición —exceptuando, quizás, a SOL.BO que gobierna en La Paz, departamento y capital— fue poco trascendente.

Es interesante que el gobierno buscara la forma de revertir la percepción sobre estos resultados, ya fuera acusando a los defensores de la autonomía como a “promotores del separatismo” y la “oligarquía nacional” y a EEUU como hizo el Presidente Morales Ayma o, más elaborado el sofisma, en palabras del Vicepresidente García Linera “como constatación de que la población no quiere autonomías, sino gobiernos centrales fuertes"...

Tras estos rechazos, procede la elaboración de nuevos Estatutos que no podrán ser consultados hasta, al menos, 2018. Quedan pendientes de aprobar por la población los Departamentales de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, sin fecha aún.

Queda una fuerte interrogante: Conocer si, como dicen algunos analistas y muchos representantes gubernamentales, el rechazo en estas consultas no tendrá correlato con los resultados del próximo Referéndum Presidencial pues en éstos fueron asuntos de intereses regionales y en el otro se verá la continuidad del Proceso de Cambio, además de la gravitación directa de la imagen presidencial. O, por el contrario, si hay un inicio de desgaste en la percepción del ejercicio del Poder y es necesario un cambio en el Proceso de Cambio

El 22 de febrero próximo se conocerá la respuesta. 

Información consultada

http://boliviadecide.blogspot.com/2015/09/el-referendo-de-reeleccion-seria-en.html

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