Siempre defiendo la libertad y la democracia,
por eso en celebré las Primaveras Árabes y critiqué las falsas democracias de esa
Región (dictaduras con formalidades democráticas) pero he visto que muchas de esas
Primaveras devinieron en fanatismos confesionales.
El primer brote primaveral
fue en octubre de 2010 en el Sahara Occidental. Le siguió Túnez en marzo siguiente, la única democracia lograda;
tras Túnez, le siguieron protestas menores
en Argelia, Líbano, Jordania, Mauritania, Sudán, Yibuti,
Somalia, Kuwait, Marruecos y Omán y Arabia Saudita. Complicadas fueron las de Iraq (que a poco le costaron el
poder al primer ministro Al-Maliki) y Bahréin, que terminó con la ocupación del país por tropas del Consejo de Cooperación
del Golfo encabezadas por Arabia Saudita
y Emiratos Árabes Unidos para fortalecer la monarquía.
Así, hasta las más largas Primaveras: la egipcia,
hoy apaciguada, y la yemení, complicada por tribalismos que llevaron a la intervención
saudí. Y también Libia y Siria, las más cruentas. En Libia, las protestas populares
se convirtieron en una rebelión contra la dictadura de Gadafi, que cayó y fue asesinado.
Por su parte, la violencia desatada por Al-Asad contra las protestas por
democracia desencadenaron una rebelión popular respondida con tropas y bombardeos
aéreos. Originalmente liderados por el Ejército Libre Sirio (prácticamente hoy desaparecido)
y el Consejo Nacional, del mismo se fueron desgajando grupos cada vez más radicales
de tendencia salafista suní (como es Arabia Saudita y como fue Al-Qaeda) hasta llegar
al terror del grupo yihadista takfirista sunní DÁESH (EIIL o Califato del Estado
Islámico), dominando grandes territorios en Siria e Iraq con suma crueldad.
La estrategia occidental fue cortoplacista, sin
involucrarse directamente, apoyando a grupos rebeldes, muchas veces poco
conocidos, con dinero, asesores y armas (caídas en manos salafistas). Como en
Afganistán donde el apoyo a los muyahidines opuestos a la URSS se convirtió en
Al Qaeda, en Iraq y Siria el apoyo terminó en Al Nusra y el Califato,
aterrorizando toda la región y provocando oleadas de refugiados (mezclados con migrantes
económicos) que colapsan a Europa y crean una inesperada crisis humanitaria…
Y para confundir, múltiples intereses: Israel
contra Hezbollah e Irán; Turquía contra los kurdos; salafistas suníes contra
chiíes; Irán contra Israel; las monarquías contra Irán… Y Rusia, con un Cáucaso
a punto de explotar plagado de extremistas islámicos y buscando reposicionarse
como potencia.
¿Qué pasará? Hoy, dos coaliciones con
intereses distintos combaten con bombardeos (hasta ahora) al DÁESH: una, con EEUU,
sus aliados occidentales, Turquía y los países del Golfo; la otra (hasta ahora más
efectiva), de Rusia, Iraq, Irán y Siria (y con China cerca).
Cientos de miles de muertos y muchos más huyendo
hacen meditar cómo fue hecho. Peor si
Donald Trump, campeón del conservadurismo en EEUU, considera que el mundo hoy sería
más seguro con Saddam Hussein…
Información consultada
http://www.datos-bo.com/Mundo/Actualidad/qSi-EEUU-y-sus-aliados-atacan-a-Siria-Rusia-no-intervendraq
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