No creo que
alguien dude de que Hollywood es la otra capital estadounidense. Desde la
apropiación diaria del gran espectáculo —big show— tan permanentemente presente
en la vida estadounidense, hasta la vinculación con sus dos grandes
expresidentes recientes —Kennedy, el primero en salir a la TV (además de
indiscreto amante de la Monroe) y Reagan con su Guerra de las Galaxias
(espectáculo también)—, Hollywood y su fábrica de fantasías son inseparables de
los hitos del país del Norte.
Y no podía dejar de ser un big show la iza de la bandera
estadounidense en La Habana, en el mismo edificio en que 54 años siete meses y
24 días antes —cuento 13 días de años bisiestos— Larry Morris, Mike East y Jim
Tracey, entonces tres jóvenes marines, la arriaban y ayer, invitados especiales
en “la Embajada” —calificativo que nunca perdió aunque no lo fuera y que la
distinguía sin confusión alguna—, se la entregaban a otros tres jóvenes nuevos
marines —nueva guardia de la Embajada— para izarla.
También es simbólico que la ceremonia fuera el
día después del 89 aniversario del Comandante Fidel, piedra en el zapato de 10
presidentes norteamericanos y su permanente crítico—hoy aún, al menos
parcialmente, inconforme con la nueva situación—, “robándole” la noticia. Porque
hacerlo este día también es muy simbólico —muy Hollywood—: es como un uróboros —la
serpiente que muerde su cola— donde el onceavo presidente desde que «Ike»
Eisenhower rompiera relaciones, las reabre para reiniciar una relación muy
histórica.
Como dijo Kerry —el primer Secretario de
Estado en La Habana en 70 años—, “ha llegado el momento de movernos en una
dirección más promisoria”.
Información consultada
http://ecos.la/9/actualidad/2015/08/14/1131/historico-kerry-en-izamiento-de-bandera-de-eeuu-en-cuba/
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