martes, 4 de agosto de 2015

Y Brasil huele más a queso rancio

                               
Se atribuye a Sócrates «la mentira nunca vive hasta llegar a vieja». Esto se está cumpliendo en Brasil porque José Dirceu de Oliveira e Silva acaba de ser aprehendido nuevamente. Jefe de la Casa Civil de la Presidencia —segundo cargo en importancia— durante el primer gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y su más cercano colaborador durante décadas, en 2012 fue condenado por corrupción a diez años y once meses de prisión por ser el cerebro de la trama mensalão.

Preso un año y medio y en arresto domiciliario por seis meses, Dirceu ahora es arrestado dentro del caso Petrolão —la Operação Lava Jato, que ahora abarca otras entidades estatales como Electronuclear y Caixa Económica Federal y “casado” con Swissleaks— junto con un centenar de importantes empresarios y políticos —como João Vaccari Neto, el segundo tesorero del PT detenido por corrupción después de Delúbio Soares de Castro por el mensalão (ambos involucrado en otros casos)—, pero esta vez le será mucho más difícil excluir nuevamente al expresidente, ya investigado por posible tráfico de influencias en otros países para favorecer a la Organização Odebrecht —involucrada en el Petrolão y con su presidente preso—, financiadora de sus viajes. 

Según el libro Una oveja negra al poder de Andrés Danza y Ernesto Tulbovitz, Lula da Silva reconoció al expresidente uruguayo José Mujica que lidió con "muchas cosas inmorales y chantajes" porque “ésa era la única forma de gobernar” el país, pero el Instituto Lula acusó a los medios brasileños de “imprecisiones para crear interpretaciones equivocadas y divulgar mentiras".

Un refrán árabe dice «la primera vez que me engañes, será culpa tuya; la segunda vez, la culpa será mía»…
 

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