«Si construyen una celda para mi hijo, que
construyan dos más…» Eso dijo el patriarca Odebrecht —Emilio— cuando detenían a
su hijo Marcelo —presidente de Odebrecht— en la Operação Lava Jato y su
final fue agorero: “una para Lula y otra para Dilma.”
Para Luiz Inácio Lula da Silva ha pasado a
indicios legales y no por el escándalo de Petrobras porque recién se le abrió
una investigación penal por posible tráfico de influencias con gobernantes de
otros países para favorecer a la constructora Odebrecht en obras realizadas en
la región y África. La Organização Odebrecht —la mayor constructora de
Latinoamérica y el séptimo conglomerado empresarial de toda la Región en 2014— está
acusada de ser parte de la red de sobornos pagados a Petrobras, gran parte de
los cuales sirvieron para financiar partidos… en primer lugar el gobernante Partido
dos Trabalhadores (PT) del expresidente Lula da Silva y de la actual Rousseff. Pagados
por Odebrecht, entre 2011 y 2014 Lula da Silva realizó viajes a distintos
países —Colombia, Perú, Ecuador, Venezuela, Panamá, República Dominicana, Cuba,
Bolivia y Ghana— para dar conferencias y, presuntamente, conseguir que sus
gobiernos concedieran importantes proyectos públicos a la Organização financiados
con 1,600 millones de dólares por el estatal BNDES… otra vía directa al
gobierno petista.
El PT e indirectamente Lula da Silva habían
sido muy golpeados por el anterior caso de compra de votos congresales: el mensalão,
en el que 11 principales dirigentes del PT fueron condenados y del que Lula da
Silva estuvo exonerado entonces, aunque ahora hay otra investigación que lo
involucra directamente. Hoy, nuevamente, el PT está en el ojo de la tormenta —su
tesorero está preso por el escándalo Petrobras— y un fuerte cuestionamiento de
toda la clase política, principalmente del PT, se ha afianzado en la población.
Con Rousseff a un paso del impeachment, el PT
remecido por denuncias y él mismo investigado, las posibilidades de un retorno
al Palacio de Planalto pueden ser difíciles. Quizás sea a Carandiru.
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