martes, 7 de julio de 2015

Palas se fue del Ática


A fines del año pasado, la Ópera Nacional de Grecia estrenó la ópera “La asesina” del compositor Yorgos Koumentakis, basada en la novela homónima de Aléxandros Papadiamandis de 1903 con lo que rompió su tradición de óperas mitológicas.
Trágica dentro del gran espíritu clásico de Esquilo, Sófocles, Eurípides y Aristófanes, Frangoyanú —la protagonista de “La asesina”, anciana comadrona pobre de inicios del siglo XX— empieza a matar a las niñas que nacen para evitarles la miseria y termina ella misma muerta.

A pesar de las aparentes disimilitudes, hay muchas semejanzas con la Grecia hoy. Un país que fue asesinando su futuro al engañarse en populismos y dilapidar lo que no tenía, proceso que se inicia en 1981 cuando Grecia entró en la entonces Comunidad Económica Europea (CEE) —hoy Unión Europea— como su décimo país miembro.

¿Grecia estaba en condiciones de entrar en la Comunidad? La respuesta es no, por sus problemas estructurales agudizados por un consuetudinario endeudamiento creciente, políticas arbitrariamente populistas e irresponsables y una corrupción galopante. Entonces, ¿por qué la recibieron? Sencillo: geopolítica, porque Grecia era la frontera sur de Europa, una cuña para detener a la —entonces poderosa— Unión Soviética.

Grecia hoy para muchos políticos es ejemplo de “víctima del capitalismo” pero olvidan que —sin disculpar la gran parte de culpa que tuvieron los banqueros europeos con sus préstamos gananciosos, y muchos gobiernos de la Unión en no mirar la falsedad de la economía griega— fueron los políticos griegos, de derecha y socialistas, los que fomentaron el populismo desenfrenado y hicieron gala de corrupción —pero ninguno de ellos, como los políticos argentinos que fomentaron los bonos soberanos, está en la cárcel porque es más fácil culpar a otros. También lo fue su pueblo que vivió una Jauja dionisiaca de gran prosperidad falsa y la disfrutó a sabiendas que no era real: fue uno de los países con más muertos que “cobraban” pensión; los marcapasos en los hospitales griegos costaban 400 veces más que en los británicos; burocracia excesiva de casi 25% de la población activa; más del 25% de los griegos no pagaba impuestos... Su deuda en 2013 era 177,10% de su PIB.

Desde 2009, el país ha vivido con gran inestabilidad hasta este año que Alexis Tsipras llega al poder combinando su SYRIZA —izquierda radical— con el derechista ANEL. Con gran pragmatismo, ya en el poder fue cambiando su discurso hasta acercarlo a sus acreedores, lo que le ha provocado un desgaste político incluso en sus filas. Y éste es el momento de la jugada política maestra de Tsipras: la convocatoria de un referéndum para que los electores griegos decidieran si aceptaban las presiones de la Unión Europea o no —el gobierno promovió el No y más de 60% de los electores lo apoyó. Tsipras salió fortalecido, posiblemente no con la Unión pero sí internamente y podría convocar a elecciones que seguro ganaría mayoritariamente.

¿Pero Grecia? Faltan capítulos aún.


Información consultada

http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/actualidad/mundo/euro-cae-tras-triunfo-del-no-en-referendo-griego.aspx

No hay comentarios:

Publicar un comentario