Como si Diônysos —“el
que finaliza el cuidado y la preocupación”— y Hermes —para Homero “el de
astutos pensamientos”, elocuente pero también tramposo— hubieran confluido en
él, el primer ministro Alexis Tsipras ha jugado a ser el Gran Demiurgo griego
con su referéndum confuso donde ganó su consigna: el OXI (No) frente a ceder a
las presiones del Eurogrupo, el FMI y el Banco Central Europeo —la Troika-Medusa.
Presunta jugada política maestra, la amplia victoria del OXI fortaleció a Tsipras
dentro de su país y de su partido, con su imagen renovada de “defensor de la
soberanía” con la que ganó las elecciones el pasado enero pero que se había
desgastado mucho según iba cediendo a las presiones externas.
El domingo pasado
escribí que faltaban capítulos aún en esta tragedia —para Grecia—en tono de
farsa —de Tsipras. Durante meses, él y su ministro de economía Yanis Varufakis
jugaron a aceptar-denegar las reformas que la Troika les pedía, dilatando una
solución a los gravísimos problemas de su economía y, como consecuencia,
volvieron a hundir los indicadores del país a niveles de 2009. Demagogia que,
con independencia de los causantes de la crisis —propios y ajenos—, empeoraba
la crítica situación de la población.
Y continuando el doble
juego, en vísperas del referéndum Tsipras aceptó casi todas las imposiciones de
la Troika —la diferencia era un ahorro adicional de 4 mil millones de euros en
dos años que le exigían y al que él se negaba— pero el Eurogrupo, con la
consulta ad portas, eventualmente no
tomó en consideración esta aceptación.
La imagen tan difundida de
los atenienses bailando y agitando sus banderas en la Plaza Syntagma, con el
discurso de Tsipras celebrando eufórico el No, duró muy poco. Tras cuatro días
de vaivenes, dilataciones e indecisiones, su nuevo ministro de economía Efklidis
Tsakalotos —el bad boy Varufakis había sido sacrificado como en un ritual
dionisiaco— presentaba el jueves a sus homólogos del Eurogrupo la aceptación de
todas las reformas solicitadas —¡incluidos los 4 mil millones!— mientras Tsipras
convencía a su Parlamento.
¿Cesión o cálculo?
Errático comportamiento irresponsable todo el tiempo. ¿Qué pensarán los
helenos?
Información consultada
http://www.elmundo.es/economia/2015/07/11/55a0409c46163f0b2f8b45af.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario