domingo, 10 de mayo de 2015

El malestar por la corrupción o quo vadis, Brasilia?


«O pais mais grande do mundo» está muito doente (muy enfermo). Una enfermedad que lo corroe desde mucho tiempo pero que hoy se le revienta en bubas cada vez mayores y pestilentes: la corrupción.

Claro que corrupción no es un nuevo fenómeno en Brasil —recordemos la caída de Fernando Collor de Mello en 1992— pero había sido un fenómeno de motu proprio, ejemplo de iniciativa privada. Pero desde que se destapó en 2005 el mensalão —la compra de votos congresales que el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y su Partido dos Trabalhadores iniciaron recién posesionados en 2003— y hasta hoy cada vez más se descubre que la corrupción pasó de personal a institucionalizada.

La Operación Lava Jato reveló la corrupción en Petrobras —proveedores (sobre todo las principales constructoras del país) que cobraban sobreprecios para pagar coimas a los ejecutivos y financiar partidos, principalmente el PT— que le costó miles de millones de dólares a la empresa y la caída abrupta en su cotización; le han seguido escándalos —incluso previsiblemente mayores— en el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social, en el Conselho Administrativo de Recursos Fiscais  —impuestos defraudados por casi seis mil millones de dólares sobornando a funcionarios— (Operación Zelotes), el Mensalão no Distrito Federal (Operación Caixa de Pandora) y en la Caixa Económica Federal, entre otros. A eso se suma una investigación preliminar sobre tráficos internacionales de influencia de Lula da Silva para la constructora Odebrecht —incluida en Lava Jato— y el BDNES y una economía al borde del desastre —en recesión y con inflación gracias a los proteccionismos y el populismo paternalista del PT que sacó a millones de la pobreza pero también creó millones de parásitos de los bonos, como en Venezuela.

Crisis de transparencia y ética no sólo del Brasil de Lula da Silva. En otros países gobernados por partidos de la izquierda bolivariana recientemente han estallado escándalos mayúsculos de corrupción: Venezuela y el Partido Socialista Unido de Venezuela; Argentina y el Frente para la Victoria, y el Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua. Inclusive se han destapado del Movimiento al Socialismo en Bolivia y en Chile (y no sólo de la variopinta Nueva Mayoría), librándose de denuncias —al menos hasta ahora— Alianza PAÍS del Ecuador y Frente Amplio de Uruguay.

Triste colofón para una etapa y que en palabras de Mujica Cordano sobre Brasil pero extensible al resto: “La corrupción mata a la izquierda.”

Información consultada

http://www.iprofesional.com/notas/208245-Nuevo-escndalo-de-corrupcin-salpica-a-Brasil-en-medio-de-caso-Petrobras
http://www.transparency.org/cpi2013/results

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