domingo, 15 de marzo de 2015

El pecado de informar en Latinoamérica

El reciente informe de la SIP sobre la libertad de opinión en Latinoamérica desnuda la dificultad para informar verazmente en muchos países de la Región.

Periodistas asesinados o exiliados desde Río Grande hasta la Patagonia; leyes que bajo el eslogan de "democratizar la información" lo que buscan es volverla afín al poder existente; uso discrecional y coercitivo de la publicidad pública para anular criticas; regulación creciente en dificultad de acceso para obtener información detallada y sensible del Estado; estigmatización de la crítica, son algunas claras manifestaciones de la coerción estatal sobre 
los medios de comunicación.

Medidas y situaciones que, sin ser privativas de ninguna tendencia política o ideológica, se hace más manifiesta donde el Poder Central tiene mayor centralización. En distintas medidas y con distintos métodos (incluidas otros menos directos como la adquisición de medios por propios o afines, la dificultad para conseguir insumos o la revocación o no renovación de licencias), Venezuela, Ecuador y Argentina (y Bolivia aún en relativa menor medida) repiten un estigma aparentemente superado en los 80: el control de la información y la opinión pública.

A una profesión tan necesaria para la salud de la sociedad como la del informador público, la del periodista, a las dificultades inherentes a la misma se agrega el cuestionamiento de su ética y de su fiabilidad, olvidando que el llamado a juzgarlas es, precisamente, la Opinión Pública mediante el contraste de opiniones y posiciones diferentes. Informar no es hacer política (aunque haya quienes lo practiquen) y la libertad de expresión es la que siempre nos ha hecho libres. Gracias a ella, las Américas somos independientes.



Información consultada

http://www.eluniverso.com/noticias/2015/03/11/nota/4646171/supercom-tilda-injerencia-informe-sip-sobre-libertades

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