martes, 3 de febrero de 2015

Refrescando la Región…


El jueves pasado concluyó en San José de Costa Rica la III Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) con la presencia mayoritaria de los  jefes de Estado o Gobierno de los 33 países del Caribe y Latinoamérica miembros.

El gran tema oficial de la Cumbre era reducir la pobreza, un combate regional que, según el Banco Mundial, entre 2002 y 2012 logró bajar de 48% a 25% (CEPAL menciona 28%) la pobreza moderada y de 25 a 13%  la extrema, éxitos que podrían revertirse por la baja recuperación económica mundial y la tendencia negativa de precios de las materias primas que, según lo reafirmado  por la secretaría ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena Ibarra, contrajeron el crecimiento del PIB latinoamericano en 2014 a sólo 1,1% (pronosticado 2,0-2,2% en 2015), a pesar del importante crecimiento que tuvieron Panamá (7%), Bolivia (5,5%) y Perú, República Dominicana y Nicaragua (5%, todos datos CEPAL). El compromiso acordado fue erradicar la pobreza extrema en la región en los próximos cinco años, que será objetivo central para la nueva Presidencia Pro Témpore encabezada por el mandatario ecuatoriano Rafael Correa Delgado.

Sin embargo, el tema que acaparó más espacios fue el inicio de la distensión entre Cuba y EEUU, problema que ha estado presente en todos los foros regionales desde hace muchos años y ha concitado la solidaridad común con independencia de tendencia ideológica. Aunque sólo se han dado los pasos iniciales (el levantamiento total del embargo a Cuba depende de posibles largos y difíciles procesos congresales en EEUU), la expresada mutua voluntad política es el mayor avance en ese sentido en las últimas cinco décadas y el beneficio para ambos países es inobjetable: para Cuba, una necesidad de supervivencia económica luego de la crisis venezolana y las consecuencias que le trae aparejada; para EEUU, doble, porque le elimina un importante tema de confrontación con la Región (relaciones que le son necesarias en este momento económico mundial) y porque le beneficia económicamente por la posibilidad de un importante nuevo mercado (sobre todo para los estados agrícolas, precisamente los menos afines a la Administración demócrata y que podrían ser decisivos apoyos a la próxima candidatura presidencial de ese partido).

La nota discordante la dio Nicaragua, con problemas con Costa Rica pero que ahora y ante la desaparición (en avance, al menos) del conflicto Cuba-EEUU, intentó introducir en los debates el de la independencia de Puerto Rico, a pesar que en el referéndum sobre el estatus político de Puerto Rico de 2012 sólo 5,54% favoreció la independencia sobre 1.317.029 votos válidos en un universo de 2.351.158 posibles votantes. Esta acción concitó el repudio, incluso de muchos de sus aliados.

En abril, será la VII Cumbre de las Américas en Panamá, la primera a la que es invitada Cuba. En este proceso de acercamiento y distensión, ¿seguirán siendo necesarios, si lo fueron, organismos y Cumbres casi (o sin casi) idénticas?

Referencias


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