«Todo idealismo frente a la necesidad es un engaño.». [Friedrich Nietzsche]
Estos días mucho se habló del mar propio para Bolivia. La
asunción de la presidente Michelle Bachelet Jeria despertó expectativas bolivianas
de cercana solución… más de las racionales.
Basaré mi análisis en el concepto de necesidad: “carencia
que se reconoce”. ¿Por qué “reconocida”? Porque si el sujeto (individual o colectivo)
con esa carencia (lo que le falta) no la identifica como tal (porque no tiene
la experiencia para reconocerla), podrá vivir siempre sin esperar (sin expectativa)
solucionarla: Como ejemplo, hasta fines del siglo xix no existía energía eléctrica y por eso no era necesidad
pero hoy no podríamos vivir (al menos como conocemos) sin ella; no obstante,
hay aún muchas zonas en el mundo donde no se conoce y no se la espera porque no
hay expectativas de que sea necesidad.
Lo anterior me justifica que, más allá de las expectativas
en Bolivia de solucionar la carencia del mar, para Chile no es necesario
solucionarla, hoy al menos; incluso, tras el reciente fallo de la CIJ (que
redujo el mar territorial chileno) y con el diferendo del triángulo terrestre latente
aún que complicaría más esa solución esperada, posiblemente (repito: hoy) a
Chile le sea necesario no solucionarla.
Y remarco hoy porque en un pasado cercano hubo momentos que
Chile sí necesitó solucionar la necesidad boliviana. Uno, en 1975, el conocido
Abrazo de Charaña entre los dictadores Augusto Pinochet Ugarte y Hugo Banzer
Suárez; en ese momento, era necesidad para el gobierno de facto de Chile romper
el aislamiento internacional tras el sanguinario golpe de 1973 y la solución
inmediata era restablecer relaciones con su vecina Bolivia (casualmente en
vísperas del inicio del Plan Cóndor, que los involucró) para abrir una brecha
en ese aislamiento y que, a su vez, solucionaba la necesidad boliviana de mar
mediante un intercambio territorial. El otro fue, progresivamente, entre 2001 y
2003 cuando la necesidad chilena de abastecerse de gas llevó a despertar
expectativas bolivianas de recuperar su cualidad marítima a través de abastecer
del energético a Chile. Ambos fracasaron, el primero por rechazo en Bolivia al
canje territorial y oposición peruana a la cesión de ex territorios perdidos (como
en 1950), el segundo nonato cuando (ante la inseguridad de abastecimiento
boliviano y luego argentino) Chile optó por el LNG.
En este momento, más allá de discursos y automotivaciones,
incluida la llamada “diplomacia de los pueblos”, para Chile no es necesidad
solucionar la mediterraneidad boliviana. Considerando que Ilo no es aún
solución (ni en plazo mediato porque Perú no ha ratificado los acuerdos ni aún hay
condiciones logísticas), la solución para la necesidad pasa por basarse Bolivia
en la realpolitik y dialogar (negociar) suficiente y adecuadamente sobre todo
aquello otro en que Chile necesita de Bolivia, considerando que, por ahora, el
tema mar está descartado por Chile hasta el fallo respectivo de la CIJ.
Referencias
http://la-razon.com/suplementos/especiales/Chile-alego-negociacion-Charana-litigio_0_1988201202.html
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