ALBA y crepúsculo
“Primero el suelo nativo que nada. Nuestra vida no es
otra cosa que la herencia de nuestro país.” [Simón Bolívar]
La Alianza (originalmente Alternativa) Bolivariana
para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos
(ALBA-TCP) fue creada en 2004 por Venezuela y Cuba como “plataforma de
integración de Latinoamérica y el Caribe”, a la vez que “alianza política,
económica, y social en defensa de la independencia, la autodeterminación y la
identidad de los pueblos que la integran” (http://www.alba-tcp.org/content/alba-tcp).
A estos dos países, se sucedieron las incorporaciones de Bolivia
[2006], Nicaragua
[2007], Honduras
[2008 y retirada
en 2010], Dominica
[2008], San Vicente y las Granadinas, Ecuador y Antigua y
Barbuda [2009]. Otros países de la Región (Haití, Surinam y Santa
Lucia) han solicitado este año su incorporación a la Organización. Es
significativo que el proceso de expansión de la Revolución Bolivariana fuera de
las fronteras de Venezuela se diera ya recuperada la economía del país después
de la fuerte caída de los precios del petróleo de 1998 y 1999 y afianzado el
presidente Chávez Frías en el poder recuperado después del Golpe de Estado de
2002.
A la ALBA-TCP se une Petrocaribe en 2005, como
un Acuerdo de Cooperación Energética orientado a “construir la soberanía y
seguridad energética de los países miembros del Acuerdo” (http://www.petrocaribe.org/). Los países
originalmente firmantes fueron Venezuela, Cuba, República Dominicana, Antigua y
Barbuda, Bahamas, Belice, Dominica, Grenada,
Guyana,
Honduras,
Jamaica,
Surinam,
Santa Lucia,
Guatemala,
San Cristóbal y Nieves y San Vicente y las Granadinas,
incorporándose posteriormente Haití y Nicaragua [2007] y la importancia de esta
organización descansa en que Venezuela asume el financiamiento de una parte muy
importante de los costos de consumo de petróleo de esos países: Según datos de
Petrocaribe, hasta 2009 Venezuela (a través de su empresa estatal PDVSA) asumió
USD 1,4MMM de los USD 3MMM comprados por los 17 países restantes (47% de la
factura energética de esos países hasta ese momento), sin duda fundamental para
muchos de ellos y del que algunos (Cuba en primer lugar) dependen para su
sobrevivencia económica (es muy probable, teniendo en cuenta la recuperación en
costo de los precios del petróleo, que ese financiamiento a larguísimo plazo e
intereses simbólicos esté cercano o superior a USD 3MMM); en general, la escala
de financiamiento es entre 5% y 50% de la factura petrolera, con período de
gracia para el financiamiento de uno a dos años y previendo extensión del
período de pago de 17 a 25 años e interés a 1% si el precio del petróleo supera
los 40 dólares por barril, además de permitir el pago mediante trueque de
productos y la posibilidad de hacerlo mediante la moneda de acuerdo sucre, en
el caso de los países de la ALBA-TCP. A este Acuerdo, de carácter financiero,
se han sumado otros como Petrosur (entre las empresas estatales de
hidrocarburos de Brasil, Argentina, Uruguay y Venezuela para desarrollar todo
el clúster) y Petroandina (firmado entre Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y
Bolivia y del que Ecuador ha sido el beneficiado por la refinación de su
petróleo), integrándose los 3 en Petroamérica como un habilitador geopolítico.
Todo este preámbulo circunstancial era
necesario para analizar la permanencia de estas plataformas integradoras
después de la salida del poder del Presidente Chávez Frías.
(Y hago un preámbulo importante: Para nadie
es un secreto el deteriorado estado de la salud del Presidente Chávez Frías y
la manifiesta imposibilidad de ejercer efectivamente el poder, reflejado en su
cada vez mayores períodos en tratamiento en La Habana. Consecuencia de ello,
con o sin elecciones y que el actual Presidente siga vivo o no, antes de fin de
año habrá un sucesor en el Gobierno venezolano, ya sea prochavista u opositor.
Claro que si hay elecciones y el ganador es opositor, los cambios serán mucho
mayores.)
Ya hemos analizado la significación para la
economía venezolana del crédito petrolero a los países pertenecientes a
Petrocaribe (alrededor de USD 3MMM). Al revisar los rubros de exportación de
los países del ALBA-TCP, la alícuota de exportación de “Combustibles minerales,
lubricantes y materiales relacionados” es de 66%, correspondiendo la parte
principal a Venezuela, país al que también le corresponde gran parte de las
alícuotas de los rubros de importación, al tener una economía básicamente
monoproductora y extractora.
Si bien los cerca de USD 3MMM petroleros financiados
por Venezuela pueden diluirse en un PIB estimado para 2011 de más de USD 315MMM con exportaciones
superiores a USD 94MMM (aunque hay variación entre los datos del BCV y los del
INE) pero la perspectiva de análisis cambia cuando conocemos que sus
importaciones fueron de más de USD 62MMM (una balanza comercial favorable en
USD 32MMM) pero con una deuda pública estimada de más de 36% del PIB y una
deuda externa de más de USD 89MMM (he empleado en mis conversiones la tasa
oficial de cambio de BsF 4,30= USD 1). (Todos los datos fueron tomados de http://www.bcv.org.ve/blanksite/c2/indicadores.asp,
http://www.ocei.gov.ve/index.php?option=com_content&view=category&id=100&Itemid=59
y https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/geos/ve.html#Econ.)
Estos datos, unido a los gastos que
representa la traslación del modelo bolivariano (vehiculado a través de la
ALBA-TCP) mediante donaciones de recursos ampliamente a segundos países
(miembros o no de la Alianza) y no sólo a la población local (a través,
principalmente, de las Misiones), inversiones públicas en esos países (Casas de
la ALBA, por ejemplo) y créditos blandos, significa una erogación muy fuerte de
recursos (tan no renovables como los del petróleo extraído) para la economía
venezolana, más ahora que los precios no se han recuperado a los niveles pico
de julio de 2008.
Retomando la posibilidad (muy probable) de
una disminución de los recursos destinados tanto a la ALBA-TCP como a
Petrocaribe tan pronto como finales de este año o inicios del próximo (sin
descartar la conclusión de estos financiamientos), sin duda trae muy
preocupados a varios países en ambas organizaciones. En el caso de Cuba (Venezuela
es su primer socio comercial y principal proveedor de recursos) y Nicaragua (Venezuela
es su segundo socio comercial, después de EE.UU.), miembros de ambas
organizaciones, una buena parte de sus economías dependen de los beneficios del
comercio y donaciones venezolanas, pero en el caso cubano es fundamental para
la supervivencia del modelo económico vigente en el país. Esto motiva que el
interés del Gobierno cubano en la recuperación —primero— y en la sucesión —ahora—
del Presidente Chávez Frías sea prioritario, resultando en un cada vez más presunto
apoyo de la alta dirigencia política cubana —encabezada por los hermanos Castro
Ruz— a que el actual Canciller venezolano Nicolás Maduro Moros —afín con Cuba—
sustituya en su cargo al Vicepresidente Elías Jaua Milano y se convierta en el
candidato presidencial del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) para
las elecciones de octubre próximo —si no se cancelan— en detrimento del propio
Jaua Milano y de Diosdado Cabello Rondón, actual Presidente de la Asamblea
Nacional e, incluso, de las potenciales de su propio hermano Adán Chávez Frías,
Gobernador del Estado Barinas, y de Jorge Rodríguez Gómez, Organizador del PSUV
(decisión que contaría, además, con el apoyo del General en Jefe Henry Rangel
Silva, Ministerio
del Poder Popular para la Defensa y titular del Comando Estratégico
Operacional de la Fuerza Armada
Bolivariana de Venezuela).
En ese mismo sentido y ante el peligro de
perder su principal aliado y quebrar definitivamente la maltrecha economía de
su país, el ex Presidente cubano Fidel Castro Ruz publicó el 28 de abril su
artículo “Lo que Obama conoce” en su columna Reflexiones de Fidel, donde predice un baño de sangre de continuar
EE.UU. en “promover el derrocamiento del Gobierno bolivariano” ante la
constatación de que “la oligarquía jamás podría gobernar de nuevo ese país”, a
la vez que proclama “la más estrecha unidad de la dirección de la Revolución
Bolivariana” detrás de su líder. (http://www.cubadebate.cu/reflexiones-fidel/2012/04/28/lo-que-obama-conoce/.)
Como conclusión, retomo la idea antes
planteada: El sistema de promover la transferencia del Modelo Bolivariano a
través de la inyección de continuos capitales en la ALBA-TCP y Petrocaribe se
reducirá significativamente o concluirá pues ha fracasado en ambos sentidos:
Para Venezuela, no ha significado la expansión de la Revolución Bolivariana,
más allá de éxitos y afinidades temporales, en muchos casos por la prebenda;
para los países del ALBA-TCP, no ha significado un desarrollo perspectivo —exceptúo
Ecuador, porque no tenía las mismas condiciones que los otros socios—, y para
los demás miembros de Petrocaribe ha conllevado deuda a largo plazo —con
dependencia, aunque es cierto que beneficiosa en el corto— y la dependencia de
un solo proveedor, con las consecuencias potencialmente peligrosas que esto
apareja —sin contar la disciplina impuesta por el proveedor único. Tampoco
puede olvidarse que la dependencia económica pude llevar a dependencia en
decisiones políticas, como confirmara el embajador venezolano ante la OEA y ex
Canciller Roy Chaderton Matos en la promoción por parte de Venezuela y sus
aliados económicos de José Miguel Insulza Salinas para su elección como actual
Secretario General de la OEA.
Cuál de las dos opciones sucede, la
sabremos después de lo que suceda en octubre de este año.
Referencias:
ei.gov.ve/index.php?option=com_content&view=category&id=28&Itemid=31/2_3_2
ei.gov.ve/index.php?option=com_content&view=category&id=28&Itemid=31/2_4_1
http://www.elnuevoherald.com/2012/04/28/1190049/fidel-castro-error-de-obama-puede.html#storylink=cpy
https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/geos/ve.html#Econ
No hay comentarios:
Publicar un comentario