En “Por angas o por mangas, ¡qué ‘semana’!” [La Razón] auguré
una semana muy complicada y aunque el TSE se adelantó a habilitar al binomio
prorroguista para unas “primarias” que sólo servirán para esa mendaz habilitación.
Luego, el miércoles 5 la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos realizó su Audiencia Pública sobre el pedido de organizaciones de la
Sociedad Civil boliviana sobre “Reelección en Bolivia, la sentencia 84/17 y la
Convención Americana” (de Derechos Humanos: el Pacto de San José), oyendo los
alegatos de las organizaciones demandantes sociales y del Estado
boliviano (sustituidos los magistrados que emitieron la sentencia por
funcionarios gubernamentales). Y de colofón, ayer se realizó el masivo paro
cívico nacional contra la re4postulación —sectores “cívicos”
progubernamentales no lograron morigerar su contundencia.
Después de éstos, ¿qué quedaría por hacer contra el
prorroguismo? No son pocos los pasos siguientes.
Sobre el fallo del TSE, ya se han mencionado demandas de
inconstitucionalidad y contra los vocales habilitantes, que no concluirán por
la cooptación oficialista del (dizque) Poder Judicial pero serán mediáticamente
importantes. Si la CIDH decide trasladar a la Corte respectiva la demanda —con
independencia de lo que demore y de que no se respete la decisión final—, será
un fuerte argumento legal y mediático. Además, la resistencia ciudadana seguirá
con marchas, protestas, tribunas y medios —acá y en el exterior—, paros
(puntuales o indefinidos) y, sobre todo, la principal herramienta de los
cocaleros y el MAS antes de ser gobierno: los bloqueos, imprevistos y
contundentes.
Sí, queda mucho más.
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