2018 es un año pleno de elecciones latinoamericanas presidenciales
y legislativas que ayudarán a solidificar tendencias o —esto más
hipotético— recomponer ejes.
Costa Rica, Cuba, Colombia,
Paraguay, Venezuela, México y Brasil elegirán presidentes —Costa Rica ya votó
en primera y va a ballotage— y sus resultados clarificarán el panorama regional
—junto las ambas de Chile y las legislativas de medio término argentinas del
pasado año—; algo que la consulta popular hecha en Ecuador y las legislativas
próximas de El Salvador —con tendencia al descalabro del izquierdista FMLN
gobernante— reafirmarían.
Para Cuba, su elección presidencial indirecta en abril —vía sus asambleístas nacionales elegidos en marzo— mantendrá hasta entonces la incertidumbre si termina la dinastía Castro con la salida del
Ejecutivo de Castro Ruz el Menor (pero sin dejar el Poder porque sigue dirigiendo el Partido) junto con la
generación insurrecta que ganó en 1959 para la ascensión de un civil (Miguel Díaz-Canel Bermúdez)
al estilo soviético o se prorroga al estilo coreano en Alejandro Castro
Espín, uno de los hijos del actual presidente. Sea cual escenario se dé, éstas y las presidenciales y
legislativas de Paraguay sólo reafirmarán sus status quo.
De ellas, por proximidad y trascendencias, Colombia,
Venezuela y México darán pautas, mientras las de Brasil —en octubre— aún tienen
muchas incertidumbres, incluida la participación de Lula da Silva —por su
condena— y Temer —si la recuperación económica ayuda a su apuesta—, con el
derechista Jair Bolsonaro y el socialdemócrata Geraldo Alckmin gravitando.
En Colombia se mide el Legado Santos a través del éxito de
la participación de los antiguos guerrilleros de las FARC pero —por el rechazo masivo
que ésta ha suscitado, atribuido a “la derecha” (¿acaso podía ser a otro?)— podría
ser su segunda derrota después del fracaso del referéndum de 2016, a lo que
podría sumar las victorias de los candidatos del uribismo. Por su parte, México
se debate entre el populismo de MORENA, el fracasado continuismo del PRI o la
propuesta —desde la centroizquierda a la derecha— de la alianza PAN-PRD, ésta
la que, a fin de cuentas, probablemente podría vencer el 01/07.
Las presidenciales de Venezuela —presuntamente ampliadas
ahora con las legislativas más para barrer los espacios opositores— es el último
esfuerzo de la narcodictadura de Maduro por forzar prorrogarse a como dé lugar,
concitando la no-complicidad de los opositores, el rechazo y aislamiento
mayoritario internacional y el deslave de los últimos vestigios democráticos.
Información consultada
https://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_Mario_Díaz-Canel_Bermúdez
No hay comentarios:
Publicar un comentario