2016 será el del final de un ciclo de la
política latinoamericana y el presumible inicio de otro. El período
boliviariano, fundamentado en los ideólogos del denominado socialismo del siglo
XXI (principalmente Heinz Dieterich Steffan como también Atilio Borón, James
Petras, Giulio Santosuosso, Marta Harnecker y Wim Dierxsens, entre otros),
llega a su fin con la estrepitosa crisis venezolana y las contracciones de las
economías del resto de los países afines: graves en Brasil, Argentina y Ecuador
(ésta la menos visibilizada pero no por ello significativamente menor) y menos
en Uruguay, Bolivia (aunque pudiera ponerlo en peligro la cada vez mayor caída
de precio de los commodities, la contracción de la economía brasileña y la reorientación
argentina) y Nicaragua (beneficiado por la bajada del petróleo pero con afectado
por la crisis venezolana), mientras que para Cuba, ante el peligro de su
dependencia económica con Venezuela le ha llevado pragmáticamente, junto con
EEUU, a iniciar soluciones para sus diferencias.
El bolivarianismo, que mezcló postulados del
pensamiento de Simón Bolívar con otros del fracasado marxismo-leninismo
soviético (aunque Karl Marx fue muy crítico del Libertador en su artículo “Bolívar
y Ponte” de 1858 para The New American
Cyclopedia y en una carta suya a Engels de ese año), surgió al final de otro
de los ciclos políticos y económicos latinoamericanos: el entonces fracasado de
las democracias neoliberales que sustituyeron al cruento período (también
fracasado) de las dictaduras del Plan Cóndor y la Doctrina de la Seguridad
Nacional. La denominada Revolución Bolivariana, surgida cruentamente del
Caracazo de 1989, logró el poder en 1999 con la elección de Hugo Chávez Frías, permitiendo
recuperar el impulso de expansión de la menguada y en crisis Revolución Cubana,
a la que apuntaló, proyectándose internacionalmente gracias a los petrodólares
venezolanos a través de la ALBA, los Foros de São Paulo y Social Mundial y el
grupo de organizaciones internacionales que creó (UNASUR, CELAC).
El venezolano socialismo del siglo XXI (aunque
HChF se consideraba un discípulo de Fidel Castro Ruz y su revolución, la
coexistencia y alianza del modelo bolivariano con la empresa privada que le era
afín le marca la principal diferencia) fue expandiéndose con diferentes matices
desde un grupo ortodoxo (“duro”) conformado por Argentina, Bolivia, Ecuador y
Nicaragua, y otro de afines en diferente grado con Brasil y Uruguay y del que Honduras
y Paraguay integraron eventualmente.
Hoy, cuando Argentina cambió del kichnerismo a
la centroderecha, en Venezuela la oposición obtuvo los 2/3 de la Asamblea
Nacional (victoria que HChF nunca alcanzó, excepto cuando la oposición no
participó en elecciones en 2005) el mismo día que 16 años antes HChF llegara al
poder, Cuba se acerca a EEUU y en Brasil se destapan gravísimos casos de
corrupción en medio de un creciente crisis económica y de gobierno (mientras Correa
Delgado desiste de relegirse ante la situación económica desfavorable y las
protestas populares y Morales Ayma va a un referéndum incierto para seguir
gobernando), los ideólogos bolivarianos deberían cuestionar (como ya lo han
hecho Dieterich y Petras) su modelo
asentado en el populismo, la centralización del poder, la falta de
transparencia, corrupción y pretensión de continuismo que provocan su propio
final y el inicio de un nuevo ciclo.
Información consultada
http://www.telesurtv.net/news/Las-medidas-de-Macri-antes-de-asumir-la-Presidencia-20151204-0053.html
Excelente analisis.
ResponderEliminarMuy agradecido.
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