«Misión cumplida. Moneda tomada, presidente muerto.» [Informe del general
golpista Palacios Ruhmann (11/09/1973.]
Cuando el 11 de septiembre de 1973 Salvador Allende Gossens,
Presidente Constitucional de Chile, se inmoló cumpliendo lo que dijo en 1971: «Tendrán
que acribillarme a balazos para que deje de actuar...», concluía la “vía chilena
al socialismo” e iniciaba una dictadura militar que durante 17 años violó los derechos
humanos en Chile.
En medio de la Guerra Fría, el triunfo de Allende Gossens
—de familia acomodada, fundador del Partido Socialista (PS), parlamentario y
ministro de Aguirre Cerda— en las elecciones de 1970 lo convirtió en el primer presidente
marxista que en Occidente vencía dentro de un Estado de Derecho; el camino que inició
en 1952 y siguió en 1958 y 1964, en 1970 cristalizó con la Unidad Popular (UP) —con
los partidos Socialista, Comunista, Radical, MAPU, Social Demócrata y Acción Popular
Independiente, a los que se sumarían luego Izquierda Radical, Izquierda Cristiana
y MAPU Obrero y Campesino (MAPU-OC). Victoria posible por la tradición democrática
chilena hasta entonces —él mismo presidió el Senado (1966-1969)— y por la histórica
fuerza de su proletariado —principalmente minero y ya manifestado en la República
Socialista (1932)—, además de su importante clase media.
Al comienzo del sexenio se obtuvieron resultados positivos: baja
inflación y crecimiento del PIB de 8%, pero desde 1971 empezaron los problemas
económicos: crecimiento acelerado del déficit presupuestario; caída en reservas
internacionales, suspensión del pago de la deuda externa y balanza comercial
negativa por caída del precio del cobre. En 1973, el país se contrajo 5,57% con
inflación de 606%, caída de salarios reales en 38,6% y déficit de 25% del PGB;
tomas de tierras cada vez más violentas, huelgas —la de transportistas con
apoyo solidario de la CGT peronista— y desabastecimiento. A pesar de esto, la
UP obtuvo 49,7% en las municipales de 1971 y 43,3% en las congresales de 1973,
a la vez que se desarrollaban grupos ultras como Patria y Libertad en la
derecha y Vanguardia Organizada del Pueblo en la izquierda, intensificándose
acciones violentas y en la UP se enfrentaban los que apoyaban la vía legal
—comunistas, radicales y sectores socialistas y del MAPU-OC, junto a
Allende Gossens— y los radicalizados —sectores del PS (procastristas), el MAPU
y el MIR (fuera de la UP)—, reduciendo la capacidad negociadora del presidente,
principalmente con la DC promovidas por el cardenal Silva Henríquez.
El
cruento golpe militar —auspiciado por EEUU y con apoyo inicial de todos
los sectores opositores (incluida la DC, que después se le opuso)— concluyó una
experiencia importantísima latinoamericana. Allende Gossens, demócrata
convencido, murió defendiendo sus ideales en medio de fuerzas centrífugas,
tanto de la oposición como de la UP.
Mi homenaje a su memoria. Ojala las enseñanzas del proceso
chileno sirvan a todos.
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