Hoy
empezamos a carnavalear en Las Bolivias. Si alguna explicación queremos tener
de cuán diversos somos, son las carnestolendas bolivianas: Nuestras formas de
celebrar son tan diferentes —y de orígenes y propósitos tan diversos— como los
pueblos de Las Bolivias que conforman nuestra República.
Orgullo
reconocido por la UNESCO, el Carnaval de Oruro mixea en una misma fiesta el Mal
(el Diablo… el Tío de la mina) y el Bien (la Virgen del Socavón, Patrona de la
fiesta) y en loor de la Virgen —y felicidad de las Cervecerías— miles de
bailarines y músicos recorrerán hoy desde el amanecer hasta pasada la
medianoche muchas calles de Oruro, compitiendo entre sí por lo hermoso de sus
vestuarios, lo exuberante de sus máscaras y tocados —todos obras de arte de
artesanos locales, muchos con heráldica de generaciones en el oficio— y la
simetría y compás de sus danzantes mientras las bandas de música (llegadas de
todo el país) atruenan con la armonía y eufonías de sus acompañamientos. Al
final del recorrido, harán sus votos en el Santuario donde la Virgen —Patrona de
los mineros— reina desde el siglo xvi.
Distinto
por completo es el Carnaval de Tarija, más festivo —como fiesta de vendimia en
la tierra del buen vino y el mejor singani— y de popular alegría, con compadres
y comadres que han ido penetrando en las otras Bolivias junto con la algazara
de migrantes de la comarca. En fin, así es el Carnaval Chapaco: jolgorio de
bailes, colores, flores, comidas, bellezas y licores de la tierra.
En el
Carnaval paceño reina soberano el Pepino —kusillo con mucho mix de la
Commedia dell’Arte— en una fiesta democrática que mezcla lo andino con lo
criollo y que, como muchas veces en La Paz, combina jarana de juventudes y
exhibición de potentes clases medias emergentes dentro del mestizaje.
Potosí
celebra en dos fechas: el Carnaval Minero y la fiesta de San Bartolomé y San
Ignacio: Chutillos o ch'utillu; también, como Oruro, Chutillos es Patrimonio
de la UNESCO y celebrada en agosto, fiestas ambas de folclór, de música y de tradicionales
platerías y tejidos muy finos. Si la fiesta de La Paz tiene de aymara en
costumbres y personajes, los carnavales de Oruro y de Potosí tienen más
sincretismo entre lo prehispánico quechua y lo católico, ya sea el Tata K'ajcha
devenido en Virgen de la Candelaria / Socavón o en San Bartolomé.
El de
Santa Cruz de la Sierra tiene herencia rica, a su dimensión, de las fiestas carnavaleras
brasileras mezcladas con la tradición de las fraternidades y las comparsas. Sin
distingo de edades (hay coronas para todas), compiten belleza, alegría y creatividad
con costumbres endógenas y tradiciones formadas en un país de frontera.
Me
disculparé con tantos amigos en Beni, Pando y Chuquisaca porque en los suyos no
he estado, pero imagino el de Trinidad alegre y lleno de bellezas, al de Cobija
una mezcla de tradición estanciera e influencia (añoranza más) carranguera del
Acre y al de Sucre con la alegría de sus jóvenes estudiantes y la memoria de la
culta Charcas. ¿Me equivoco?, no lo creo.
Me queda
el de Cochabamba, tanto el no-oficial de jóvenes hoy como el oficial Corso de
Corsos (o Carnaval de Carnavales) el siguiente fin de semana, recibiendo a
todos los grupos —bailarines y bandas— que esta semana fueron desde el Valle a
Oruro. Me atreveré a decir que, si quisiera identificarlo, me apoyaría en la
fusión que son las murgas uruguayas.
Claro que
en todos los lugares que quepan habrá políticos/candidatos exhibiéndose y hasta
con gestos munificentes, que es buen momento para salir y que los vean. Que si
no fuera por las crisis que hay y tales como se avecinan, otro Carnaval ellos
serían.
Información consultada
https://es.wikipedia.org/wiki/Carnaval
https://es.wikipedia.org/wiki/Carnaval_de_La_Paz
https://es.wikipedia.org/wiki/Ch%27utillos
https://es.wikipedia.org/wiki/Kusillo
https://es.wikipedia.org/wiki/Murga_en_Uruguay
https://es.wikipedia.org/wiki/Virgen_del_Socavón
https://julietadorin.com/tata-kajchu/
https://www.librosperuanos.com/libros/detalle/12743/el-diablo-en-la-ideologia-del-mundo-andino