Hay hombres que llegan en momentos ancilares y que, aun con
propia angustia, se imbuyen para curar las llagas de un cuerpo enfermo y
salvarlo aunque, a veces, la enfermedad —más allá de la proba voluntad, el gran
esfuerzo y el profundo empeño— es irreversible e irremediable.
El martes pasado falleció Mijaíl Serguéyevich Gorbachov,
hombre reverenciado y agradecido por muchos y odiado por otros. Todos los que
vivieron oprimidos tras la Cortina de Hierro y también los que cada día
esperaban un holocausto nuclear lo loaron; los nostálgicos del socialismo real —el sistema comunista:
la falacia marxistaleninista— y muchos de sus compatriotas —los que medraban
del apparatik y muchos que sólo
conocieron las migajas que les daba el sistema— lo vilipendiaron, lo odiaron.
En buena medida, la actuación de Gorbachov —secretario
general del Partido Comunista de la URSS y presidente de la Unión Soviética— se
imbrica, años después, con la que Nikita Jrushchov —primer secretario del PCUS
y primer ministro de la URSS— intentó desestalinizando el país e incluso aplicando
reformas de carácter bastante liberal, las mismas por las que la vieja guardia
de la nomenklatura lo defenestró en
1964 hasta que Gorbachov asciende al poder en 1985.
¿Gorbachov fue un reformista dentro del sistema o, por
diferencia, un “curandero” que trataba de salvarlo? Su actitud durante los años
que gobernó la URSS y después como ciudadano común lo confirmaron como un
reformista convencido de urgentes cambios necesarios para acercar el Poder a la
sociedad —en el tiempo y a pesar de las diferencias, lo entiendo como
Francisco.
La Unión Soviética se desmoronaba y, a la vez, implosionaba:
Con una productividad irrisoria —tras siete décadas de sólo consignas, sin
iniciativas ni estímulos—, servicios de nivel casi presoviético, con el ascenso
social restringido a la fidelidad política y como vitrinas externas los viajes
al espacio y una pretendida fortaleza militar basada en el poder nuclear, la
economía se deshacía con el liderazgo soviético colapsado con la guerra de
Afganistán, los países que le parasitaban en Asia, África y Latinoamérica
—incluso en “su” Europa oriental— y los ingentes gastos para mantener la competencia
militar frente a la Guerra de las Galaxias reageniana. Y mientras la economía
quebraba, el país que agrupaba a tantas naciones e idiomas implosionaba con
conflictos étnicos y religiosos: Armenia y Azerbaiyán —repúblicas soviéticas—
enfrentadas en guerra y con pueblos absorbidos (muchos tras la Segunda Guerra
Mundial) que querían lograr su independencia.
Gorbachov se atrevió a ser un estadista demiúrgico: ante una
economía soviética en crisis —consustancial al modelo “socialista real” estatistacentralizador—,
Gorbachov buscó dos soluciones profundas:
la "perestroika" (o reestructuración) y su herramienta:
la "glasnost" (apertura), a la vez que se enfrentó al sistema
caduco que regía el país desde 1922 con la única arma posible: la democracia, con
elecciones libres para diputados del Pueblo por primera vez desde que en 1917
hubo aún cierta pluralidad para elegir los dos primeros Congresos Panrusos de
los Sóviets de Diputados de los Obreros y Soldados —que los bolcheviques de
Lenin, en minoría en estos Congresos, hicieron fracasar con el derrocamiento
violento del Gobierno Provisional y su toma del Poder.
Durante su mandato, Gorbachov buscó poner fin a la Guerra
Fría, concluyó la sangrienta y prolongada guerra soviética en Afganistán
iniciada en 1978 por Leonid Brézhnev, firmó con los EEUU un tratado que
limitaba el despliegue de misiles terrestres de mediano y corto alcance en todo
el mundo y no intervino contra los procesos democratizadores de sus satélites
en Europa del Este —como sí hizo Brézhnev con la Primavera de Praga en 1968 y
Jrushchov en Hungría en 1956.
Gorbachov renunció a sus cargos en 1991 tras el fracasado
intento de golpe de Estado de los sectores más conservadores y la creación de
la Comunidad de Estados Independientes poco antes de que se independizaran las
antiguas repúblicas soviéticas.
Premio Nobel de la Paz en 1990, Gorbachov coincidió
históricamente con fuertes liderazgos antitotalitarios: Ronald Reagan en EEUU,
Margaret Thatcher en el Reino Unido junto con el Papa San Juan Pablo II, más
Helmut Kohl en Alemania. Convencido socialista democrático, intentó salvar su
país y su esfera de influencia aplicando las recetas de democracia y libertad
económica; falló en ello pero dejó clara la definitiva inviabilidad del sistema
que quiso reformar.
http://biblioteca.clacso.edu.ar/Argentina/iigg-uba/20140625074722/399-1489-1-PB.pdf
https://es.wikipedia.org/wiki/Asamblea_Constituyente_Rusa
https://es.wikipedia.org/wiki/Comunidad_de_Estados_Independientes
https://es.wikipedia.org/wiki/Congreso_de_los_Sóviets_de_Todas_Las_Rusias
https://es.wikipedia.org/wiki/Duma_Imperial_de_Rusia
https://es.wikipedia.org/wiki/Elección_de_la_Asamblea_Constituyente_Rusa_de_1917
https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_Afganistán_(1978-1992)
https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_Unión_Soviética_(1953-1985)
https://es.wikipedia.org/wiki/Leonid_Brézhnev
https://es.wikipedia.org/wiki/Margaret_Thatcher
https://es.wikipedia.org/wiki/Mijaíl_Gorbachov
https://es.wikipedia.org/wiki/Nikita_Jrushchov
https://es.wikipedia.org/wiki/Perestroika
https://es.wikipedia.org/wiki/Revolución_húngara_de_1956
https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-53156304
https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-62733521
https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-62733523
https://www.publico.es/internacional/perestroika-glasnost-giro-gorbachov-dio-urss-caida.html
https://www.telam.com.ar/notas/202208/603370-gorbachov-union-sovietica-perestroika.html
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