En los libros fundamentales para las principales religiones monoteístas
(Biblia cristiana y Tanaj hebrea aunque menor en el Corán mahometano), el pecado
original es eje conceptual del comportamiento humano imperfecto que desobedece un
mandato divino. Una visión más holística y menos teológica sería la de “pérdida
de la inocencia”.
Este preámbulo me introduce (también holísticamente) en una controversia
que, como parteaguas, divide irreconciliablemente a favor (los menos, sólo
Costas Aguilera) y en contra (los más): la propuesta de Juan del Granado Cosío de
reabrir el debate sobre la capitalidad, que ya en 2007 transversó la Asamblea Constituyente
y al país.
Más allá de que si se tergiversó lo propuesto (como sostiene
Del Granado Cosío), no creo que haya sido un desliz (una “metida de pata”). Para
ello me baso en varios elementos. El primero, el autor: Hábil tribuno (artífice
de la condena al exdictador García Meza Tejada en 1993), experimentado líder político
(en el MIR primero, el MBL después y, ahora, en el MSM) y estratega (desde la Alcaldía
de La Paz coexistió con seis presidentes, entre otros Bánzer Suárez, Sánchez de
Losada, Mesa Gisbert y Morales Ayma, del que fue principal socio hasta romper
en 2010 más por protagonismos políticos que, entonces, por conceptos divergentes).
El segundo, la coyuntura: desde lo externo al MSM, las definiciones políticas para
los comicios generales de 2014 (y no digo campañas porque éstas se iniciaron anticipadamente
en 2010) conforman dos grandes bloques, uno del partido de gobierno y sus aliados
(donde ya no está JdGC) y otro, aún disperso pero que terminará integrando al Frente
Amplio y a los Demócratas Sociales (donde él no quiere estar porque sería protagonista
secundario); también posicionarse frente a la propuesta a nadie beneficia
porque es como la duda de Habacuc: si se apoya es mal pero si no, puede serlo.
Desde lo interno, el MSM está renovándose con su reciente IV Congreso (que al
escribir ésta aún no concluye) al habilitar espacios para decisiones colectivas
y que avanzará en sustituir los liderazgos tradicionales por nuevos (como los del
actual Alcalde Revilla Herrera o Herrera Salinas, entre otros).
Con independencia de los resultados en solitario que el MSM podrá
obtener en 2014 (magros sin duda), tendrá que desechar su visión aislada si no quiere
encerrase dentro su bastión paceño, como le pasó a CONDEPA.
A Revilla Herrera, en un artículo a comienzos de 2011 lo
comparé (en su proyección) con Marcelo Ebrard Casaubón, en cargo equivalente a
alcalde de Ciudad de México y que buscaba sacar al PRD mexicano del aislamiento
y la confrontación impuestos por su entonces líder Andrés Manuel López Obrador
(AMLO, antecesor de Ebrard Casaubón en su cargo). El PRD no hizo alianzas,
quedó segundo en las elecciones (meta inalcanzable hoy para el MSM) y AMLO se
“retiró” del partido, mientras Ebrard Casaubón avanza a dirigirlo y apuesta
alcanzar la Presidencia de México. Comparación sin connotaciones… aún.
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