Cerré 2023 con “La
Batalla Cultural” y abro 2024 con “La Batalla por Santa Cruz”. ¿En qué se
parecen sus propósitos de análisis? En el choque de dos modelos, que en el caso
de Argentina —donde particularizaba la
batalla cultural— es entre un modelo populista-rentista-clientelar y otro
de libertad individual —económica, personal, de libre decisión— y que para
Santa Cruz —y no menciono Bolivia porque, aunque la región tiene muchos
elementos comunes con el resto del país, los divergentes son importantes— son
entre un modelo estatista: el llamado Modelo Económico Social Comunitario
Productivo (MESCP) —también rentista-clientelar, estatista y de despilfarro antieconómico,
mantenido a ultranza por «un Gobierno sordo, con una incapacidad para adaptar
su modelo» en palabras de Fernando Hurtado, expresidente de CAINCO
(“Posición Institucional CAINCO”, 26/10/2022)— y otro de desarrollo
autárquico regional y de libre empresa que Pablo Mendieta describe para Santa Cruz cuando menciona que «las instituciones en el siglo pasado fueron determinantes para
promover proyectos de desarrollo y un clima de negocios propicios para la
expansión sostenida de la actividad productiva» (“Por qué ha fracasado
Bolivia”, El Deber, 11/01/2024) pero que,
lamentablemente, ha quedado entrampado dentro de sí por visiones políticas —o
la falta de ellas, confundidas con personalismos voluntaristas— que han llevado
a la desinstitucionalización, la que «hace prever que la dinámica cruceña se
moderaría junto con un aumento de la conflictividad y la polarización que es
adversa al crecimiento y el empleo», como más adelante concluye señala Mendieta.
La reciente
compulsión —porque eso es— sobre si el vicegobernador debe «suplir [no “sustituir”] temporalmente
en ausencia» al gobernador (como fija el Estatuto Autonómico Departamental Artículo
25.I y que ya en 2022 fue “saltado” arbitrariamente) no es el problema en sí
sino una manifestación de la mencionada falta de institucionalidad en la
Región, más peligroso, además, porque el gobierno del MAS y sus asambleístas llevan
tiempo y esfuerzo preparando todas las condiciones para entrar a mandar en
Santa Cruz, «el último bastión opositor» —como
precisa certeramente desde la prisión una carta atribuida al Gobernador Camacho—, lo que ha sido su objetivo desde muchos años y que, desde
2021, está entre sus prioridades y que el arbitrario y violento secuestro del mismo
Gobernador Camacho fue una de sus muchas manifestaciones. Coincido así mismo —como
mencionó Carlos Valverde (Cabildeo
Digital, 05/01/2024)— en que, con la desinstitucionalización y con esta
pelea con el Vicegobernador, el único beneficiado es el MAS: si Aguilera
estuviera en contubernio con el MAS para darle el poder en Santa Cruz, tácticamente
le sería más sencillo o renunciar o esperar que lo detuvieran por no
cumplir con la obligatoriedad que emana de la Sentencia 1021/2023 —que el abogado de Camacho adujo que no ha sido comunicada
por el TCP— y, como también sería detenido el Presidente de la Asamblea,
crearía el vacío legal que beneficiaría al MAS (la correlación de fuerzas
dentro de la Asamblea que permitió la elección de Matkovic en 2021, 2022 y 2023 es hoy menos definida en favor de CREEMOS).
Me queda una
última observación: la cuestionada legalidad de la prórroga de mandato del TCP
y, por ende, de las respuestas que den los
magistrados del TCP prorrogados de motu
proprio a las solicitudes de aclaración, complementación y
enmienda sobre la mencionada Sentencia 1021/2023 —emitida dentro aún del
período constitucional de los magistrados— presentadas el 2 de enero —ya
prorrogados los magistrados— por el Presidente de la Asamblea Legislativa
Departamental (ALD) en nombre de ella y de la Gobernación de Santa Cruz.
La necesidad de diálogo es urgente —el que intentó propiciar el Comité Pro Santa
Cruz, con la mejor voluntad y con un objetivo claro de solucionar proactivamente
las tensiones, fracasó porque obvió una de las reglas fundamentales de un
diálogo en medio de una crisis: la discrecionalidad de esa discusión al
anunciarlo y convocarlos a un encuentro público, lo que no perjudicaría al
Vicegobernador pero sí al Presidente de la Asamblea frente a su universo
próximo y ante la opinión pública. Estoy convencido que para muchos adherentes
de CREEMOS —no escribo militantes
porque no está constituido como un partido sino un asociación, al igual que
COMUNIDAD CIUDADANA— está muy clara la urgencia de detener la confrontación
—cainita en realidad— pero no lo es para quienes hoy, en la Gobernación, ocupan
(medran) espacios de elección popular sin haber sido elegidos.
En esta
confrontación, de seguirla, el desgaste institucional y social será mayor y
nadie podría decir que “ganó”: todos van a terminar loser
loser —perdedor perdedor— mientras
la institucionalidad en el Departamento se desgasta —y junto con ello su
economía, la nuestra— mientras el Gobierno nacional, aprovechando ese ruido
mediático, encubre sus fracasos y la crisis a la que todos nos abocamos y se
apropia de Santa Cruz.
¡Por favor: más cordura y menos hormonas!
Referencias
https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/por-que-ha-fracasado-bolivia_353062
https://gacetaoficial.santacruz.gob.bo/verpdf/estatuto-autonomico-departamental
https://gacetaoficial.santacruz.gob.bo/verpdf/ley-departamental-293
https://www.youtube.com/watch?v=_GUjAxZ2psM&t=7s
https://www.youtube.com/watch?v=0FTNY8vs94E
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