La elección de mañana domingo será la más
impredecible del último período democrático y, con mucho, la de las opciones
más extremas: Un libertario —Milei, “anarcocapitalista” se describe— y un
peronista “de mercado” (no encuentro otra forma para quien ha sido peronista
moderado y luego kirchnerista para pasar a ser peronista no kirchnerista y
volver a ser el abanderado “reformista” del gobierno K) —Massa, el actual
ministro de Economía.
Después de los errores de las encuestas para las
PASO y el imprevisto batacazo libertario, para la primera vuelta el carnaval de
pronósticos con los punteros volvió a aumentar la incertidumbre, cuando sólo
una empresa de análisis —brasileña además— pronosticó el primer lugar para
Massa sobre Milei, que terminó absorbiendo al sector PRO de Juntos x el Cambio,
aunque con dudas sobre otros integrante, principalmente los de UCR, su segunda
fuerza.
Demos un paso atrás. En 2015, Cambiemos (similar
composición de JxC) ganó la elecciones tras Mauricio Macri y potenció el
tradicional bipartidismo argentino desde el siglo xx (con los “baches” del Peronismo del General y las
dictaduras militares tan seguidas en Argentina) pero la ambivalencia en
decisiones del macrismo (la política del desastroso gradualismo en las
reformas económicas) le abrieron el camino nuevamente al kirchnerismo —ya muy
debilitado— en 2019 con el “inefable” (por inútil y decorativo) Alberto
Fernández.
Con un Gobierno Fernández donde sucedieron todos
los desastres y males (pandemia incluida), CFK tuvo que intervenir en un
momento en que la negociación por la deuda con el FMI estaba en punto muerto,
la inflación en alza, las Reserva del BCA camino de cero, las deudas
multiplicadas y con vencimiento, y ella —AF sólo firmó el decreto de
nombramiento— posicionó a su antiguo correligionario (adversario a veces)
Sergio Massa, entonces Presidente de Diputados, como súper Ministro de
Economía, absorbiendo todos los entes y poderes colaterales.
Empecemos por las PASO. De los cinco frentes que
obtuvieron su pase a elecciones, sólo dos —La Libertad Avanza y Hacemos x
Nuestro País— presentaban un único postulante: en LLA, Javier Milei, quien
obtuvo el 29,86% de los votos —por sobre todos los pronósticos—, y en HxNP Juan
Schiaretti (gobernador de Córdoba) con el 3,71%; en los otros, y luego de una
campaña interna “sangrienta” en Juntos x Cambio Patricia Bulrrich logró el
16,81% —28% la sigla, sumando las dos opciones—; en Unidad x la Patria
(kirchnerismo y postkirchnerismo), Sergio Massa logró el 21,43% —27,28% la
sigla—, mientras que en el Frente de Izquierda y de Trabajadores UNIDAD, Myriam
Bergmann pasó a elecciones con el 2,61%, Datos no menos importantes es que la participación
en la PASO fue del 70,43% y los votos en blanco (que no cuentan en los
resultados) el 5,44%.
El primer lugar de Milei y LLA (en realidad, Milei
“es” La Libertad Avanza), además de fortalecer y dar impulso a la candidatura
de Milei, remeció todos los debates en Latinoamérica y llevó a nuevo primer
plano la inacabado discusión entre liberalismo “duro” —libertarismo—, estatismo
y keynesianismo (o capitalismo de Estado), además de resucitar las discusiones
sobre el capitalismo —y sus componentes— como verdadera vía de desarrollo.
Para la primera vuelta electoral, el oficialismo
(léase: Massa) aplicó una batería de beneficios populistas-electorales a través
de incentivos fiscales (reducción de impuestos) y monetarios (congelamiento de
precios y de la moneda y mejora de las transferencias monetarias, entre otros)
para favorecer la candidatura del Ministro-candidato, en la expectativa que la
alta inflación (143% interanual) no le impediría movilizar al 43% de la
población más pobre dependiente de esos “bonos”.
Y resultó para el oficialismo: la participación
aumentó del anterior 70,43% al 77,65%: un incremento de votación del 7,22%. Massa
(con la promesa de que «de
presidente haré lo que hice de ministro») obtuvo el 36,78%
—un incremento del 9,5% sobre las PASO, con más votos porcentuales que el mismo
incremento de participación, lo que demuestra la “efectividad” de convocatoria
y de las medidas populistas-electoralistas tomadas— y Milei el 29,99%
(aumentando levemente el 0,13% respecto de las PASO). Bullrich (23,81%, por
debajo de lo obtenido por la sigla en las PASO), Schiaretti (6,73%,
prácticamente duplicando la votación de las PASO) y Bergmann (2,69%) quedaron
fuera de opciones, por lo que Bullrich y Schiaretti se convirtieron en opciones
de alianza con cualquiera de los dos candidatos: Bullrich (en realidad Macri)
inmediatamente con LLA (y fraccionando sectores de JxC) y Schiaretti sin dar
señal de acercamiento a alguno, aunque dejando claro que no apoyaría a Massa.
(Con este dato, se hace más significativo que Milei haya cerrado su campaña
presidencial precisamente en la ciudad de Córdoba, la que, junto con Mendoza,
el kirchnerismo tiene más rechazo).
¿De dónde pueden captar ambos candidatos?
Ninguno de los anarcosocialistas de Begmann (en las antípodas ideológicas de
ambos, esperando la “revolución proletaria”). De Schiaretti es muy posible que
una parte interesante de su caudal —anticentralista y de vocación productiva,
además de sus enfrentamientos con CFK— pueda moverse a Milei y muy difícil a
Massa. Quien puede aportar a ambos es JxC: el macrismo del PRO y sectores
afines aporten a Milei y mientras otros —principalmente de UCR— pudieran
favorecer a Massa, aunque su líder Lousteau declaró: «Milei es un peligro futuro, Massa un peligro presente».
Según el Código Electoral Nacional
argentino, «en la segunda vuelta [es
elegida la fórmula] que obtenga
mayor número de votos afirmativos válidamente emitidos». En la última
encuesta de Áltica (17/11), con 4.500 entrevistas a electores, Javier Milei tendría el 56,4% de intenciones
mientras Massa recibiría el 43,6% (una disminución del 4% respecto de la
anterior), mientras que el promedio de 15 encuestas que recopila El País (17/11) deja un posible
resultado abierto con una leve ventaja para Milei: el 51,1% versus el 48,8% de Massa, una diferencia
de 2,3 puntos porcentuales que «bastaría
para un vuelco en la victoria con un cambio de la mitad, de 1,2 a favor de uno
de los candidatos» (El País) porque significaría en contra del otro.
¿Quién ganará? Quien movilice más votantes.
Es la elección entre el postkirchnerismo —más de lo mismo— y el
ultraliberalismo: un desconocido. La más impredecible.
Referencias
https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_presidenciales_de_Argentina_de_2023
https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_primarias_de_Argentina_de_2023
https://www.clarin.com/opinion/esperar-dolar-devaluacion-despues-domingo_0_R2JEVUv9al.html
https://www.infobae.com/politica/2023/11/15/quien-gana-el-balotaje-2023-segun-la-ley/
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