Tras la Muerte
Cruzada que decretó el presidente
Lasso el 17 de mayo para frenar el juicio político en la Asamblea —apuntando a un golpe de estado parlamentario del correísmo y sus
afines—, Ecuador se lanzó a una rápida elección presidencial y de asambleístas para
sólo 15 meses de mandato, aunque después podrían optar por repostularse.
Así empezaron las postulaciones y las
campañas: nueve candidaturas optando por la Presidencia, la Vicepresidencia y
los 137 escaños de la Asamblea Nacional. Desde el comienzo, lo que parecía un
claro favorito: el correísmo y su candidata —“emergente” porque no fue la
primera candidata para el cargo de Revolución Ciudadana, sino la cuarta
consecutiva— Luisa González Alcívar, quien en 2007 había entrado a la política
de la mano del partido conservador Social Cristiano pero que después saltara a
la Administración Correa. En los sondeos previos a la elección, González mantuvo
un cómodo primer lugar, a distancia de los demás candidatos, seguida de un
fluctuante “segundo pelotón” integrado por Otto Sonnenholzner, Fernando
Villavicencio y Jan Topić, todos anticorreístas.
El asesinato de Villavicencio (un
periodista muy destacado por su lucha contra la corrupción correísta) por un
grupo de sicarios —colombianos, luego capturados y asesinados— en los días
previos a los comicios enturbiaron aún más el panorama, muy agitado con la
narcoviolencia (Ecuador es paso entre Perú y Colombia, dos de los mayores
productores de cocaína del mundo), trastocó un poco el panorama de las segundas
alineaciones, lo que se acentuó en el último debate —postVillavicencio— en que
las manifestaciones de los candidatos se dividían en discusiones dentro del eje
anticorreísmo versus correísmo
(Revolución Ciudadana y aliados) del que escapó un solo candidato: Daniel Noboa
Azín, empresario liberal ubicado en la centroderecha-derecha pero sin ninguna
posibilidad según las encuestas: competía en ellas por el séptimo u octavo
lugar.
El 20 de agosto fueron las elecciones, con
un resultado que desconcertó a analistas y encuestadoras —tan venidas a menos
actualmente— cuando Noboa quedó en segundo lugar con el 23,47%, aún a distancia
de González: 33,61%. Las explicaciones abundaron… y sobraron: si lo imprevisto
de la Muerte cruzada —aunque la
búsqueda de la defenestración del aún Presidente Lasso era meta cantada para el
correísmo—, o la incertidumbre social ante la violencia desbordada (cuarto
lugar en Latinaomérica 2022, tras Venezuela, Honduras y Colombia) o el
asesinato de Villavicencio o que Noboa se saliera del esquema dicotómico
correísmo-anticorreísmo… Lo real fue que un inexperto candidato —sólo dos años
antes había entrado en política ocupando un escaño en la Asamblea Nacional y su
partido (la Acción Democrática Nacional) recién se formó para estas elecciones
de 2023— y joven —35 años— disputaba lo que parecía cantado: la victoria del
correísmo y el regreso de Rafael Correa Delgado, exiliado en Bélgica y penado
por la justicia ecuatoriana. (Faltaba saber si Luisa González sería la Héctor
Cámpora ecuatoriana).
Las quinielas para segunda vuelta se alternaron
entre ambos finalistas pero el 15 de octubre Noboa superó claramente con el
51,83% contra el 48,17% de González y evitó cualquier duda —e impugnaciones—
del correísmo. Con ello, Noboa, hoy el más joven Presidente en la historia
ecuatoriana, marcó tres hitos: derrotó la estrategia del regreso correísta —y
su progresivo fracaso— y demostró el fracaso del veto para él y la
contrapropaganda del indianista Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik y
el tercero: el debilitamiento de éste dentro de su misma base social —población
indígena— cuando Noboa obtuvo sus mayores resultados en las provincias de
mayoría indígena.
Con su victoria, Daniel Noboa confirmó un
cambio de ritmo del país desde las dos anteriores administraciones, además de
lograr el sueño de su padre: cinco veces candidato presidencial, dos de ellas
finalista. Faltará ver su desempeño en los próximos quince meses en los temas
álgidos del país —la violencia prioritaria— y cómo campea la correlación de
fuerzas en la Asamblea Nacional.
El segundo país en decidir su ritmo será
Argentina este domingo. Previo a ello, el 13 de agosto los electores fueron a
las PASO y dejaron un resultado que cambió el debate político: el libertario —se
describe como anarcocapitalista— Javier Milei y su movimiento La Libertad
Avanza obtuvieron la mayor votación en las primarias (29,86%), relegando al
macrismo de Juntos por el Cambio (28%) y al neokirchnerismo —de alguna forma
hay que llamarlo aunque su candidato mismo quisiera quitar la K del alfabeto—
de Unión por la Patria (27,28%) al segundo y tercer lugar, respectivamente, y
provocando una hecatombe política; acompañándolos en la boleta del 22 pero sin
posibilidades entrarían Juan Schiaretti, del denominado Peronismo Federal y
Myriam Bregman, trotskista, por el Frente de Izquierda y de
Trabajadores-Unidad.
Me centraré en las candidaturas de Juntos
por el Cambio, de Unión por la Patria y de Milei —Milei es La Libertad Avanza—, tres modelos y tres vías diferentes:
la interna de Juntos por el Cambio fue “sangrienta” y su propuesta se asemeja a
repetir la política económica de la gestión macrista anterior con énfasis en la
seguridad —el “modelo Bukele” es casi tendencia horizontal actualmente; la
candidatura de Unión por la Patria se debate entre que el candidato que promete
“un futuro nuevo y mejor” es el mismo ministro de Economía que, además de no
arreglarla, populista y electoralmente está dejando un polvorín encendido al
próximo gobierno —¿imaginará que no sería de él?—, además de desmarcarse todo
lo públcamente imaginable posible del kirchnerismo de CFK y el presidente
Fernández como si fueran de otro universo en el que él no es su ministro.
Milei es otra narrativa: Empezó
enfrentándose a todo el mundo —incluido del Papa Francisco, el primer argentino
mucho más importante que los futbolistas—, con propuestas libertarias ortodoxas
—no liberales— y un discurso anticasta que hereda mucho del grito de fines de
2001 y de 2002: ¡Que se Vayan Todos! ¿El
resultado?: Los jóvenes —que no se sienten representados por el sistema
político— junto con buena parte de la clase trabajadora y los sin trabajo —que
durante largos últimos años no han sido beneficiados por el estado de la
economía y el mercado laboral argentinos, anclados en el bonismo— se han
fascinado con el “¡Dinamitemos todo!”
que es sustrato de Milei.
Los sondeos de intenciones de voto
favorecen principalmente a Milei seguido de Massa —a pesar de todo su esfuerzo
económico-populista electoral de las últimas semanas— y dejan en tercer lugar a
Bullrich, sin expectativas —en pronósticos— de poder discutir una segunda
vuelta aunque —paradójicamente— si Bullrich y Milei fueran a una segunda vuelta
podría mejorar su performance.
En conclusión: Nada está cerrado, aunque
Milei tiene las mejores bazas para cerrar el ciclo K sin importar lo que siga y
pasar a posiciones no sociatas.
Las otras elecciones de las no se habla
tanto en estas tierras son las elecciones regionales de Colombia del
próximo 29 de octubre donde se elegirán los gobernadores para los
32 departamentos, los diputados de las Asambleas Departamentales y los alcaldes
de 1.102 municipios, además de concejales municipales y ediles.
Estas elecciones se han narrado como un
plebiscito del gobierno Petro, en su peor momento de aprobación (32% versus el 60% de desaprobación) luego de los últimos escándalos políticos, la
pérdida de aliados y sus desbarres y desatinos públicos. Peor si consideramos
que —a diferencia de las presidenciales donde el voto capitalino, más progre, tiene mucho peso— en departamentos
y alcaldías los intereses son locales y las estructuras no precisamente de la
izquierda sociata 21 de Petro.
Referencias
https://es.wikipedia.org/wiki/Acción_Democrática_Nacional_(Ecuador)
https://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Fernando_Galán
https://es.wikipedia.org/wiki/Daniel_Noboa
https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_legislativas_de_Ecuador_de_2021
https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_legislativas_de_Ecuador_de_2023
https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_presidenciales_de_Argentina_de_2023
https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_presidenciales_de_Ecuador_de_2023
https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_primarias_de_Argentina_de_2023
https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_regionales_de_Colombia_de_2023
https://es.wikipedia.org/wiki/Fernando_Villavicencio
https://es.wikipedia.org/wiki/Guillermo_Lasso
https://es.wikipedia.org/wiki/Héctor_José_Cámpora
https://es.wikipedia.org/wiki/Jan_Topić
https://es.wikipedia.org/wiki/Luisa_González
https://es.wikipedia.org/wiki/Otto_Sonnenholzner
https://www.celag.org/colombia-dinamicas-actores-proximas-elecciones-regionales/
https://www.elespectador.com/politica/elecciones-2023/
https://www.javeriana.edu.co/pesquisa/elecciones-2023-que-esta-en-juego/
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