Siempre me ha sido irritante cuando sofistas —flagrantes
mentirosos— han querido vendernos gato
por liebre. Con el Censo y con la baladí “mesa técnica” —propaganda para
propios y para incautos y “justificación” para “expertos internacionales” más
cómplices que inútiles convidados de piedra (hasta que demuestren lo contrario)—
fue un patético ejemplo de “sordera corporativa”, al modo del Rey desnudo de Andersen.
Argumentos fundamentados por la mayoría del país para un Censo 2023 fueron tan
tercamente negados como lo fue —en 2012 y ahora— la alharaca en coro ministril
de “racismo” contra incluir el concepto de mestizo en la boleta censal —siempre
repito que quienes lo gritaban, olvidaban cómo sus jefes de La Habana, epítomes
del socialismo 21, sí lo incluyen. Pero todos los han seguido y conocen, así
que huelgo de recontarlo.
Vivir del cuento
es la forma figurativa de describir la mitomanía. También patético es el
mitómano que defiende una mentira, peor cuando —por formación profesional— debe
entender cuán falaz es. Vivir del cuento
es seguir agarrándose —con manos y pies y dientes seguramente— al mito —el cuento— del Milagro Económico del Modelo
del MAS, “milagro” que sólo duró mientras nuestras materias primas primarias se
compraban abundantemente y con buenos precios por chinos, hindúes y otros BRICS
para luego caer en la mayor deuda externa del país, entre otras linduras: cerró
2021 con USD 12.697 millones de deuda externa (BCB) y una deuda pública total a
mediados de ese año de más de USD 26 mil millones (traducido en que cada
boliviano “debemos” USD 2.200) (Fundación Jubileo), lo que representaba el 80,48% del PIB ese año
(FMI) —como comparación, en 1985 (año hiperinflacionario) fue del 155,3%—, con
un déficit público del 9,33% —puesto 174 de 192 países (es verdad que mejoró un
puesto, desde el 175 en 2020, en plena pandemia, cuando el déficit alcanzó
12,72%— y RIN de USD 4.219 millones (BCB) —de ellas, USD 2.527 millones eran en
oro a diciembre 2021 (BCB)—, cayendo un 358% desde los USD 15.123 millones al
cierre de 2014, fin del boom. Aún no
entiendo por qué algunos ministros saltaban como monitos de organillero sin
pandereta el martes.
Pero volvamos a las razones —gubernamentales, claro— del no-Censo.
Tres son los principales argumentos de la renuencia del
gobierno a contabilizarnos con resultados antes del 2025 —el anuncio “buenista”
de última hora que los resultados estarán a los pocos meses del censo el primer
semestre del 2024 encubren que (sin Pacto Fiscal) la redistribución de recursos
sería en el PGN para 2025—; sin redistribución de representatividad en las
elecciones de 2025 —“quizás” para 2030—, y sin poder contrastar el padrón
electoral para antes de esas elecciones. Vamos por orden.
En un interesante estudio comparativo de la población y de
la Coparticipación Tributaria 2022 para Gobiernos Municipales y GAIOC con datos
proyectados del INE para 2022 (“¿Cómo se redistribuiría la coparticipación
tributaria en los municipios con datos del censo?”, Fundación Jubileo,
27/10/2022), de los 339 municipios y GAIOC, para 284 se reducirían sus recursos
de coparticipación tributaria mientras que para 55 aumentarían. Revisemos la
data proyectada del INE respecto del Censo 2012: 135 disminuirían su población
neta; los que disminuirían sobre el 25% serían tres de Oruro y tres de La Paz; de todos los que disminuyen, sólo 11
sobrepasan los 20 mil habitantes, por lo que la emigración es de zonas rurales
a otras urbanas o urbano-rurales. Si contamos sólo los municipios de 30 mil
habitantes o más, representan el 76% de los bolivianos; es decir: Bolivia es un
país fundamentalmente urbano, como hace tiempo defiende Carlos Hugo Molina.
Lo cual nos lleva a
otro aspecto delicado: Si el 76% de la población vive en municipios
mayoritariamente urbanos, como Susana Seleme pregunto ¿por qué de 63
circunscripciones uninominales (no IOC), corresponden a áreas urbanas menos del
43% de éstas?, generando una distorsión grave del concepto un
ciudadano=un voto.
Emilio Martínez (“Arce
y una guerra en dos frentes”) habla de
Arce y «una guerra en dos frentes [con Morales y con Santa Cruz y el país] que sólo se explica por la
intransigencia y la falta de visión de Estado»: ¿intransigencia o la permanente táctica del laissez
faire, madre de tantas crisis
para el gobierno de Arce?
Me queda decir, como
Pablo Mendieta (“La (no) Bolivia
de 2025”): «Es
nuestra no-Bolivia a la que nos encaminamos hacia el 2025».
Información consultada
https://datos.bancomundial.org/indicator/DT.DOD.DECT.GN.ZS?locations=BO
https://datosmacro.expansion.com/deficit/bolivia
https://datosmacro.expansion.com/deuda/bolivia
https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/la-no-bolivia-de-2025_303336
https://es.tradingeconomics.com/bolivia/foreign-exchange-reserves
https://expresiones.info/vivir-del-cuento/
https://publico.bo/opinion/arce-y-una-guerra-en-dos-frentes/
https://publico.bo/opinion/los-pecados-capitales-de-la-politica/
https://www.bcb.gob.bo/webdocs/publicacionesbcb/2022/04/02/Adm_RIN_2021.pdf
https://www.eldiario.net/portal/2022/03/30/suben-deficit-fiscal-para-2022-a-85/
https://www.ine.gob.bo/index.php/censos-y-proyecciones-de-poblacion-sociales/
https://www.la-razon.com/economia/2022/07/27/entre-enero-y-el-14-de-julio-de-2022-las-rin-caen-11/
https://www.la-razon.com/politico/2020/06/24/el-derecho-a-los-18-anos/
https://www.lostiempos.com/actualidad/opinion/20221028/columna/suntzu-lucha-censo-buen-gobierno
https://www.oep.org.bo/padron-electoral-biometrico/
https://www.paginasiete.bo/opinion/editorial/el-pais-ideal-salido-de-un-discurso-MY5032169
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