La Alianza tiene 4 miembros (Chile, Colombia, México y Perú), dos postulantes que buscan adherirse (Costa Rica y Panamá) y 49 Observadores, entre ellos Paraguay, Uruguay y Argentina, miembros del Mercosur. Sus objetivos están centrados en la libre circulación de bienes, servicios, capitales, personas y economía, el impulso del crecimiento y desarrollo económicos y la competitividad y la integración económica y comercial, con énfasis hacia la región Asia-Pacífico.
A su vez, el Mercosur integró desde 1991 a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, a los que se adicionaron Venezuela (2012) y Bolivia (en proceso de ratificación), con Ecuador (Observador en la Alianza), Perú, Chile, Colombia (los tres miembros de la Alianza), Guyana y Surinam como Asociados; sus objetivos constitutivos fueron “la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos” (muy similar a lo que 20 años después decidieron los miembros constitutivos de la Alianza), el “[…] establecimiento de un arancel externo común y la adopción de una política comercial común con relación a terceros” y “la adopción de políticas macroeconómicas y sectoriales entre los Estados Partes […] a fin de asegurar condiciones adecuadas de competencia”. En principio, muy similares objetivos, muy diferentes resultados.
Varias diferencias entre ambos bloques. Una es la simetría en sus PIBs en la Alianza (en 2015, según FMI: sus miembros ocupaban entre el 2do. y 7mo. lugares regionales) y asimetría en Mercosur (Brasil y Argentina 1ro. y 3ro., mientras Uruguay y Paraguay 14vo. y 15vo., manteniéndose en las adhesiones: Venezuela 5to. y Bolivia 13ro.). El crecimiento del PIB es otra diferencia. Según datos del FMI a octubre 2015, se registró un crecimiento promedio positivo en la Alianza (2,4% en 2015 y un 2,9% esperado para 2016). En cambio, tasas menores para el Mercosur: 0,7%en 2015 y 1,1% proyectado para 2016, esto debido al crecimiento negativo de Argentina y Brasil (más Venezuela). Entre las diferencias también figuran la baja productividad y el cumplimiento/ incumplimiento de objetivos. Mientras en el Mercosur se avanzó la formalización estructural (Parlasur, Secretaría Permanente, Sedes), se incumplió en lo sustancial al no levantarse las barreras arancelarias e, incluso, crearse nuevas paraarancelarias, con los dos mayores socios continuamente divergiendo entre ellos, y también entre Uruguay y Argentina. En cambio, la Alianza en sus dos primeros años eliminó la mayoría de los aranceles intersocios y, sin crear estructuras formales (sin sede permanente ni burocracia propia), se avanzó a establecer esfuerzos comunes, ya sea abriendo embajadas conjuntas o uniendo misiones comerciales.
Pero hay diferencias más profundas: en lo comercial, mientras la visión de la Alianza es exógena con múltiples TLCs, el Mercosur es endógeno y proteccionista. También en lo político porque en el Mercosur se tomaban decisiones afines al socialismo del siglo 21 (como la exclusión temporal de Paraguay tras el impeachment a Lugo que permitió incorporar a Venezuela); en contraparte, excepto declaraciones de principios democráticos, la Alianza no ha actuado como organismo político.
El reto hoy para el Mercosur es sortear la demagogia ideológica y desanquilosarse. De lo contrario, corre el riesgo de desaparecer.
Información consultada
http://www.abc.com.py/internacionales/mercosur-en-gran-problema-dice-canciller-uruguayo-1499851.html
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