https://unitel.bo/politica/subnacionales-analistas-ven-a-camacho-mas-cerca-de-sosa-que-de-aguilera_140932?fbclid=IwAR18lCiOn-UEZu-VkrfKcm986Ow4qZrHOE2GXq4MwQEqJei7XhsqHq_EXQU#.X-0qU7URpSw.facebook
jueves, 31 de diciembre de 2020
sábado, 26 de diciembre de 2020
Entrevista en P7 sobre Cuba en el artículo "Los artistas alzan la voz en Cuba en un movimiento que apunta a unificar las protestas"
https://www.paginasiete.bo/ideas/2020/12/20/los-artistas-alzan-la-voz-en-cuba-en-un-movimiento-que-apunta-unificar-las-protestas-278496.html
martes, 22 de diciembre de 2020
Panel en EL DEBER RADIO sobre la crisis de los partidos en Bolivia, en específico de DEMÓCRATAS y el MAS
https://www.facebook.com/eldeberradio/videos/139049121162612/
Un año (¡más!) aún sin fin
Con esta columna cierro mis colaboraciones del 2020 y
volveré a inicios de enero, Dios mediante. En la docena de años que llevo
escribiendo para La Razón, esta
columna de finales de año siempre ha tenido algo de política, mucho de buenos
deseos y algunos recuerdos pero ésta será mucho de elecciones y política.
No podía ser diferente porque la lista es larga: inicio del
proceso electoral general en el 2018, campañas, primarias y elecciones
nacionales en 2019 (fraudulentas éstas más allá de otras narrativas
justificadoras), transición (zarandeada, improvisada y con más yerros en el conjunto
que los actores cualificados que tuvo), nuevas elecciones generales en este
2020 y otras nuevas elecciones en el 2021.
El 2020 fue desde los consensos de noviembre de 2019 que
permitieron la transición (real inicio de este año) y la convocatoria de nuevas
elecciones en enero hasta los conflictos y enfrentamientos (violentos o no) del
período. El proceso electoral del 2020, condicionado sui generis por la pandemia, oficialmente se cerró el 8 de
noviembre con la posesión presidencial de Luis Arce Catacora pero sus
antecedentes y consecuencias son como parteaguas.
Los resultados dieron cuatro consecuencias: la primera, que
nadie auguró la magnitud de los resultados que dieron la victoria a Arce (al
filo de la medianoche del 18 de octubre, en espera de los pronósticos últimos
de las encuestadoras, Sebastian Michel del MAS declaraba en vivo a una
televisora que habían alcanzado el 45% de la votación y ganaban, cuando
realmente obtuvieron el 55,11%); la segunda, que todo el arco de partidos y
organizaciones no-MAS (incluyo JUNTOS, aunque se retiró al constatar los
potenciales resultados) fracasaron en lograr un frente común (o, al menos,
coordinado) y demostraron que no tenían fuerza individual trascendente; la
tercera, que los electores votaron para huir de la crisis (impelidos por el
presunto “milagro económico” del ministro Arce) y que, además, la historia de
éxito (aunque fuera ajena y apropiada) pesó más que el liderazgo de Evo
Morales. La cuarta marcará el futuro perspectivo: ningún liderazgo trascendió
al electorado (ya mencioné para Arce y los votos que obtuvo Luis Fernando
Camacho fueron por un sentimiento regional de reivindicación que fracasó en
2019 pero que sus estrategas supieron apropiar).
Las dos campañas más exitosas: la de Arce, que posicionó “su
capacidad de hacer otro milagro”, y la de Camacho, que posicionó el discurso
engañoso de que “las encuestadoras mentían” y que “sería el presidente” manipulando
aspiraciones de sectores de la población.
Las consecuencias: Todos los liderazgos no-MAS fracasaron
(incluyo Camacho, que no ha trascendido su discurso de 2019) y se impondrá una imprescindible
renovación, que las subnacionales podrán ayudar a clarificar y generar.
Por último: Los dos mayores partidos de Bolivia, el MAS y
DEMÓCRATAS, tendrán que refundarse creativamente para sobrevivir. En el MAS, el
liderazgo de Morales ha sido golpeado (primero ganando Arce con más del 8% de
votos que los manipulados para el Jefazo en 2019 y ahora, en las subnacionales,
por la rebelión de las bases masistas contra los candidatos impuestos por el
expresidente), Arce tendrá que cumplir sus promesas para crearse su propio liderazgo
mientras su vicepresidente David Choquehuanca marca significativas distancias
con Morales y reagrupa los movimientos indígenas de Occidente en su nuevo
liderazgo. Para DEMÓCRATAS, ya sin su líder en una posición de gobierno (por
pedido de su propia cercanía) y golpeado por los resultados de 2019 y la
retirada de 2020 que dejó descolocada y frustrada su dirigencia y bases, tendrá
que reinventarse y contener la migración hacia CREEMOS que se ha apropiado, sin
mucha actualización, del discurso que tuvo entre 2004-2008.
Información consultada
http://eju.tv/2020/04/cronologia-del-coronavirus-en-bolivia/
https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Bolivia_de_2020
https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Bolivia_de_2019
https://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Fernando_Camacho
https://www.cancilleria.gob.bo/webmre/fotografia/3039
https://www.la-razon.com/voces/2020/12/08/desmitificando-bolivia-frente-al-covid-19/
https://www.lexivox.org/norms/BO-L-N1096.html
https://www.telesurtv.net/news/bolivia-asuncion-luis-arce-presidente--20201108-0009.html
martes, 8 de diciembre de 2020
Desmitificando Bolivia frente al COVID-19
Del COVID-19, mucho se ha escrito y dudo que haya alguien
que desconozca del coronavirus porque lo hemos sufrido de una forma u otra o en
muchas. No voy a contar su historia —demasiado se ha escrito— ni cómo se ha
desenvuelto en el caso de Bolivia —los medios han hecho mucho por informarnos,
aunque no pocas veces los datos oficiales de referencia pecaban confundiendo—:
voy a hablar del ahora.
Lo primero es que se ha hecho y se sigue haciendo es un esfuerzo
desde los tres niveles de gobierno en Bolivia por reducir los contagios y
paliar las consecuencias, a pesar de un sistema de salud paupérrimo —¿cuántos
años lleva el pedido del 10% a la sordina en legisladores y ejecutores?—, gestionada
la crisis por un gobierno transitorio atosigado con improvisaciones —y per se las urgidas para enfrentar esta
pandemia—, la pesca en río revuelto de los corruptos y las mezquindades de la
política criolla.
Se habla en muchos países de una Segunda Ola —en Europa
se augura una tercera ya en perspectiva y en EEUU algunos ya la anuncian tras
el relajamiento colectivo por Thanksgiving Day— pero en Latinoamérica aún
gestionamos la primera.
Al domingo pasado, desde el inicio el 10 de marzo Bolivia
totalizaba 145.560 contagiados, 8.995 fallecidos y 124.799 recuperados —aclaro
“vivos”—, lo que daba a ese día un 8,1% de casos aún activos (11.766); los
casos totales representan un índice de morbilidad —“cantidad de personas
enfermas en un lugar y tiempo determinado”— por 100 mil habitantes de 1.251,2,
una mortalidad respecto a contagiados del 6,2% y del 77,3% por 100 mil
habitantes y el 85,7% de recuperados, mientras la incidencia acumulada —“cantidad
de nuevos contagiados por 100 mil habitantes”— en la última quincena es de 14
(España tiene 265 y EEUU 231 en este período).
¿Somos los peores en Latinoamérica? No; aunque lejos porcentualmente
de los más efectivos: en morbilidad Cuba (0,077) y Uruguay (0,202) (Bolivia
1,251); en mortalidad x morbilidad Uruguay (1,2) y Cuba (1,5) (nosotros 6,2); en
mortalidad x 100 mil habitantes Cuba (1,2) y Uruguay (2,3) (Bolivia 77,3), y en
recuperados Chile (95,4) y Perú (93,1) (Bolivia 85,7), cuando nos comparamos en
morbilidad (1,251) mejoramos sobre República Dominicana (1,446), Belice
(1,984), Colombia (2,751), Costa Rica (2,861), Chile (2.933), Perú (3,027),
Brasil (3,140), Argentina (3,283) y Panamá (4,230) —y de EEUU: 4,510—; en mortalidad
x morbilidad (Bolivia 6,2) estamos mejor que Ecuador (7,0) y México (9,4); en
mortalidad x 100 mil habitantes (nosotros 77,3) nos superan Ecuador (80,9),
Chile (81,8), Brasil (84,3), México (87,7), Argentina (89,3) y Perú (112,8),
mientras en casos aún activos (Bolivia 8,1) nos sobrepasan Haití (10,6), Panamá
(12,2), Guyana (13,8), México (17,1), República Dominicana (19,7), Uruguay
(27,8), Nicaragua (24,9), Paraguay (27,6), Costa Rica (32,1), Belice (48,4) y
Honduras (52,8).
¿Nos acercamos en Bolivia a una Segunda Ola? No hasta ahora,
porque la incidencia acumulada para los pasados 14 días es baja (14) y los
departamentos que la superan (Pando 15; Santa Cruz y Potosí: 21; Oruro: 23, y
Tarija 27) no se desmarcan significativamente.
Aunque el Decreto 4404 flexibiliza las medidas de
bioseguridad entre el 1 de diciembre pasado y el 15 de enero próximo con el
objetivo explícito de promover la recuperación, no descarta la vigencia del
espíritu de estas medidas y, a la vez, establece que serán los demás niveles de
gobierno quienes las definirán para sus territorios sin obviar la preparación
ante un eventual incremento de casos, dejándonos a todos la responsabilidad
consciente de cumplirlas.
En mi próxima columna trataré nuestras peores “endemias”: las políticas. Es el momento de “vacunarlas”.
Información consultada
http://eju.tv/2020/04/cronologia-del-coronavirus-en-bolivia/
http://geoconfluences.ens-lyon.fr/glossaire/endemie-epidemie
http://www.gacetaoficialdebolivia.gob.bo/edicions/view/1335NEC
https://cincodias.elpais.com/cincodias/2020/12/01/economia/1606849725_611001.html
https://cnecovid.isciii.es/covid19/
https://es.wikipedia.org/wiki/Endemia
https://es.wikipedia.org/wiki/Epidemia
https://es.wikipedia.org/wiki/Pandemia
https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/la-tercera-ola-del-coronavirus-complica-aun-nid2511787
https://www.revistaalergia.mx/ojs/index.php/ram/article/view/252/448
martes, 24 de noviembre de 2020
Quo tendimus, Lucho
Para la entrega anterior, al escribirla me motivé en las Vidas paralelas de Plutarco de Queronea
para, en elipsis, escribir mis Vías
paralelas. Hoy me he dado cuenta que estos largos meses de cuarentena —y de
muchas crisis— me han dejado refrescar las lecturas que, con excelente
recuerdo, tuve en la adolescencia; por eso, aprovechando este período de casi
calma —cual “ojo de tormenta”— al escribir entre las elecciones nacionales
—antes, durante e inmediato después— que ya pasaron y las subnacionales que
pronto empezarán y con peligro que me digan petulante, agradeceré a la memoria
del Quo vadis de Henryk Sienkiewicz
el poder preguntarle a nuestro Presidente: Quo tendimus, Lucho (¿Hacia dónde vamos?).
(El “Lucho” se lo agradezco al expresidente Morales que, con coloquialidad y,
muy probablemente como yo ahora hago, sin atrevimiento del ninguneo llamó así
afectivamente al Primer Mandatario.
Con tino y pertinente sagacidad, el Candidato Arce Catacora —antes
Ministro, ahora Presidente— marcó en sus declaraciones de campaña un conjuntos
de actitudes y valores diferenciados entre un “antes” —el “antes de antes” de la
Transición, que vale decir: “antes” de la noche que se “paró” el TREP— y su
“ahora” —que equivaldría a decir “después de elegido”—, lo que, para
tranquilidad de muchos dentro y fuera de Bolivia —en los de “fuera” no sabría
si se incluían las matricias (para estar en onda de despatriarcado) y los
patricios del Grupo de Puebla—, se repitió en frases memorables (cual highlights de lo que sería su manera de gobernar)
de su discurso de investidura: «Nuestro
Gobierno buscará en todo momento reconstruir nuestra patria en unidad, para
vivir en paz», que reforzó al decir: «A
pesar de las diferencias estamos en la obligación de estar a la altura del
pueblo que nos demanda unidad, paz y certidumbre, unidad y complementariedad
entre oriente y occidente, entre el campo y la ciudad, todos somos Bolivia»
y que, en justo homenaje a Marcelo Quiroga Santa Cruz, mártir de la democracia,
confirmó diciendo que «no es el odio lo
que impulsa nuestros actos, sino una pasión por la justicia».
Notables palabras que, unidas a un gabinete de nuevos
nombres, trajeron la sensación que la frase «Este
8 de noviembre de 2020 iniciamos una nueva etapa en nuestra historia, y
queremos hacerlo con un gobierno que sea para todas y todos sin discriminación»
era la mandatoria del Primer Mandatario.
Pero quizás no todos los recién advenidos las oyeron porque
pronto empezó una competición para colegir quien vituperaba más a la Transición
—el “de antes” que sí tuvo muchas sombras pero también nefastas herencias— para
convencernos que “antes de antes” Bolivia fue Jauja, a pesar de que: si en el
súper ciclo de precios extraordinarios para nuestras materias primas ingresaron
más de 50 mil millones de dólares, 32 mil millones de estos dólares fueron para
gasto corriente —en sueldos y jornales se trepó de poco menos de un 1,2
millones de dólares (8 mil millones de bolivianos) en 2006 hasta más de 4,6
millones de dólares (32 mil millones de bolivianos) en 2019—; el PIB bajó de
crecer el 6,8% en 2013 a sólo el 2,9% en 2019 —este 2020, con la pandemia, será
-11,1%—; las RIN cayeron de más de 15 mil millones de dólares en 2015 a poco
menos de 6,5 mil millones de dólares en 2019; el déficit fiscal llegó en 2019 a
casi 2,5 mil millones de dólares —7,7% del PIB, aunque este 2020 se pronostica
que caerá a -11,1% por la
pandemia—, el superávit acumulado del 14,5% entre 2006-2014 pasó a un déficit
acumulado del 36% entre 2015-2019, y la deuda externa trepó de poco más de 3 mil
millones de dólares en 2006 a más de 11 mil millones de dólares en noviembre de
2019 (datos todos del MINEF y el BCB). Con el Ministro Arce y sin pandemia.
Los primeros cien días de gobernar la actual Administración
Arce concluirán el martes de ch’alla tras la k’oa —homenaje e invocación a la
Pachamama— y el periodo de gracia que la opinión pública da a un nuevo gobierno
en cualquier país dará lugar al simbolismo popular y cristiano del Miércoles de
Ceniza. Confiemos que de la gracia no pasemos a unos nemontemi criollos.
Información consultada
https://acento.com.do/opinion/primeros-100-dias-de-luis-8851790.html
https://beersandpolitics.com/10-claves-para-fijar-la-imagen-de-un-gobierno-en-los-cien-primeros-dias
https://es.wikipedia.org/wiki/Cien_Días
https://es.wikipedia.org/wiki/Quo_vadis%3F_(novela)
https://radiostocolmanianews.wordpress.com/2017/03/06/que-es-la-despatriarcalizacion/
https://revistaideele.com/ideele/content/gobernar-más-allá-de-los-cien-días
https://www.alainet.org/es/articulo/185776
https://www.cippec.org/publicacion/los-primeros-100-dias-de-gobierno-implementar-o-planificar/
https://www.significados.com/del-dicho-al-hecho-hay-mucho-trecho/
martes, 10 de noviembre de 2020
Entrevista en Radio FRECUENCIA URBANA FM 105.7 (Santa Cruz-Bolivia) sobre el nuevo gobierno
https://youtu.be/IAeKf796s4U
Vías paralelas
No comentaré Vidas
paralelas del gran Plutarco de Queronea pues nada más alejado de mi
propósito y del tiempo de estas Vías:
serán las del retorno —decisión ciudadana por medio— del socialismo populista: Alberto
Fernández Pérez y Luis Arce Catacora.
El kirchnerismo fracasó en 2015 con la economía en
bancarrota tras el fin del boom de
precios extraordinarios de la soya y la falta de previsión tras el síndrome
holandés de los “años dorados” —bonificaciones en lugar de puestos de trabajo,
empobrecimiento acelerado de la clase media, exclusión del crédito externo y
sin posibilidad del socorro de Chávez—; por el autoritarismo del gobierno de
Cristina Fernández de Kirchner —fracasado en las legislativas de 2013 que le
cerró un referendo prorroguista—y por los escándalos de corrupción, pero las
indefiniciones del período Macri y sus desaciertos económicos regresaron el
kirchnerismo —aparentemente light— en
2019.
De este lado del Pilcomayo y el Bermejo, el evismo —versión
boliviana del socialismo 21— llegó a 2019 fracasado en el referendo de 2016—luego
violentado— y en las judiciales de 2017 —repitiendo el 2011— y su dolido recule
en 2018 al abrogar el recién estrenado Código Morales. Lo demás lo paraleliza
con la Argentina al 2015: economía en avanzada y progresiva crisis al final del
boom para el gas y la soya bolivianos
con déficit crónico y creciente del presupuesto, amplia deuda pública,
contracción del PIB; falta de previsión; autoritarismo centralista del gobierno
de Evo Morales Ayma con escándalos de corrupción que pulularon rayando en la
anomia; el quiebre en 2019 con el demostrado fraude electoral y la caída-huída
del evismo —maquillado como “golpe de Estado”. Pero, como el macrismo, el gobierno que le siguió —de transición
constitucional— unió a su inexperiencia e improvisada ineficiencia —con pocas y
destacadas excepciones de mérito— la inopia con la que el mundo se enfrentó a
la pandemia del COVID-19, potenciado aquende por el desfile de ministros: consecuente
descontrol de gestión y descoordinación inicial entre los niveles de gobierno
que facilitó la corrupción de enquistados y propios, agravado por el estado
crítico heredado de la sanidad pública; tormenta que sumó para concluir “perfecta”
el parón de la economía por la pandemia y trajo la añoranza por el pretendido mito
de un “milagro económico” apropiado de indulgencias ajenas, una clase política
asaz mediocre y envanecida —autoengañada y engañando a muchos— y una
candidatura, la de Arce Catacora, que prometió recuperar la bonanza —dando a
suponer que el Presidente Arce corregirá los errores del Ministro Arce— y ser
un “Masismo sin evismo”.
Fernández ha sufrido, a veces con agonía, entre un
pragmatismo moderado y el kirchnerismo duro que le dio la victoria y, pandemia
por medio, el hundimiento de la economía heredada, con una oposición de los
políticos no siempre efectiva pero sí con un creciente rechazo ciudadano. Arce
inicia su gestión con gran expectativa de sus votantes —muchos por el mito del
milagro y no por el evismo—, con potentes promesas que deberá cumplir entre un
evismo recuperando espacios y un Masismo sin Evo: su propio discurso de
investidura estuvo entre la conciliación, la indulgencia con el pasado previo,
la ausencia de autocrítica real —los males: endilgados a la transición— y la
reiteración de promesas de 2005, muchas aún en espera.
La Administración Fernández se ha desgastado mucho y el
descontento ciudadano puede volver a cambiar el péndulo político en 2021 con
las legislativas de medio término. Arce tiene aún todos los beneficios de la
duda ciudadana.
En Bolivia segundas partes fueron convulsas: Bánzer, Goni;
Paz Estenssoro también en el 64, para la tercera cambió la piel en 1985. Espero
que ahora no sea así, por todos nosotros.
Información consultada
http://www.encuestaseleccionesbolivia.bo/
https://es.wikipedia.org/wiki/Alberto_Fernández
https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_legislativas_de_Argentina_de_2017
https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_legislativas_de_Argentina_de_2021
https://es.wikipedia.org/wiki/Mauricio_Macri
https://es.wikipedia.org/wiki/Plutarco
https://es.wikipedia.org/wiki/Víctor_Paz_Estenssoro
https://es.wikipedia.org/wiki/Vidas_paralelas
https://oig.cepal.org/es/paises/5/system
https://www.elestadista.com.ar/?p=13160
https://www.infobae.com/elecciones-argentina-2017/
https://www.la-razon.com/voces/2020/10/27/cual-mas-gano-y-por-que/
domingo, 8 de noviembre de 2020
Entrevista en Página Siete sobre los "Herederos del Poder"
https://www.paginasiete.bo/ideas/2020/11/8/de-campora-luis-arce-los-herederos-del-poder-en-la-region-274083.html
martes, 27 de octubre de 2020
¿Cuál MAS ganó y por qué?
Desde que las elecciones nacionales y pasada la perplejidad tras
los resultados —para muchos, incluido el Sr. Michel que, al filo de medianoche,
mencionaba un 45% obtenido por el MAS—, dos preguntas han permeado los
comentarios y opiniones —descontando los triunfalistas y revanchistas, tan
aturdidos como los demás—: ¿Cuál MAS ganó? Y en la misma lógica: ¿Por qué ganó?
Responderé la segunda primero.
La primera respuesta es que hubo una amplia autonegación de
la realidad. Desde centrarse en el rechazo a Morales y su rosca que tendría
mayoritariamente la población —actora de “las Pititas”— como la razón decisiva
al decidir el voto, o en la negación de las tendencias que anunciaban la
mayoría de las encuestas —el “cártel de las encuestadoras mentirosas” para
Jorge Quiroga y Luis Fernando Camacho—; confiar en que un posible “voto útil”
aparecería como factor de victoria, como en 2019 pero sin necesidad de ganarlo en
campaña directa —reclamándolo como derecho frente a un librero— o por la
infravaloración del verdadero impacto de la crisis económica y social tras el
coronavirus en la gran mayoría de los bolivianos —muchos de la clase media
emergente que dejaban de serlo y otros que cruzaban los límites de las
estadísticas de las pobrezas. Muchos nos equivocamos porque —conscientes los
que opinábamos sí de que el “milagro económico” entre 2008 y 2015 no fue
resultado de ningún arte de barbiloque sino de fenómenos de mercado donde no
incidíamos— no comprendimos que, para los que ahora vivían con muchas escaseces
y avizoraban mucha más, el “milagro” sí sucedió y les benefició y el
“milagrero” era Luis Arce Catacora. Hasta acá mi mea culpa.
Las del 18 fueron elecciones tranquilas, sin conflictos
relevantes ni violencia, algo contra los augurios que llevábamos semanas
esperando. ¿Acaso agosto no fue el desborde la violencia marcada por el
desprecio al prójimo? Lo fue. ¿Acaso Arce y Choquehuanca no eran quienes
representaban el regreso de los violentos? Y entonces empieza la duda.
¿Es que hay hoy “un MAS” —trancado en su pasado de soberbia,
corrupción y despilfarro— o hay “varios MAS”? Como para muchos en Bolivia que pensaron que Luis
Arce Catacora fue “el ministro del éxito económico del MAS” y su
vicepresidencial David Choquehuanca Céspedes “el indigenista conciliador que
relegaron los que ‘se robaron’ el MAS”, también muchos de ellos pudieron pensar
que “había otro (u otros) MAS”. Arce y Choquehuanca hicieron mucho por poner
distancia con Morales: Arce no apoyó los bloqueos de agosto y afirmó que «Evo debe aclarar sus asuntos pendientes con
la justicia»; Choquehuanca repitió en varias ocasiones que «él no era del MAS sino de IPSP».
¿Fueron táctica o convicciones? El tiempo lo dirá.
Como
mencioné en mi anterior columna [“Indecisos (y políticos) golean para el MAS”
20/10], Bolivia llegó a octubre 2020 para terminar un proceso electoral iniciado
en octubre 2018, fracasado en octubre 2019 con el fraude y que llegó ahora tras
tres postergaciones de fecha comicial por la pandemia, sin finalizar la crisis
sanitaria e inmerso dentro de una amplia crisis económica que pondrá en jaque
al próximo gobierno. Pero no sólo fue el cansancio de los electores y todo lo
antes mencionado los que decidieron el voto: también debió pesar el Octubre
Negro de 2003 y cuán posible podría volver la inestabilidad —que hizo saltar
dos gobiernos: a Sánchez de Lozada y a De Mesa.
Si la
estrategia ganadora fue el distanciarse del MAS “duro” y presentar a Arce como
“el mago de la economía”, pronto sabremos si el próximo gobierno podrá —o querrá, quizás— mantener
el equilibrio entre el MAS “duro”, el posible MAS “conciliador” —“renovador”—
y
los no-masistas que votaron por Arce: Un equilibrio azaroso.
¿Arce y los que lo acompañen podrán paliar la crisis? Lo que resulte —por éxito o
fracaso— definirá los
próximos cinco años.
Información consultada
http://www.encuestaseleccionesbolivia.bo/
martes, 20 de octubre de 2020
Indecisos (y políticos) golean para el MAS
El domingo fueron las elecciones. Contra los augurios,
fueron elecciones tranquilas, sin conflictos relevantes ni violencia, una
fiesta democrática celebrada por propios —Presidente Añez, TSE, Conferencia
Episcopal— y ajenos —veedores internacionales. Las recriminaciones y
perplejidades vinieron con las tendencias que, de madrugada, revelaron los exit polls de la empresa CIESMORI y de
la organización TuVotoCuenta.
Al final de la jornada de votación, circuló un presunto
resultado de TuVotoCuenta que daba una diferencia entre Arce (MAS-IPSP) y De
Mesa (COMUNIDAD CIUDADANA) de 44,7% a 32,2%, respectivamente, y Arce —superado el
40% con diferencia del 12,5%— era ganador en primera vuelta.
Los resultados de los los exit polls fueron más amplios aun: CIESMORI dio 52,4% a Arce y
31,5% a De Mesa —Arce pasaba del 50% más un voto, se acercaba al 53,7% de
Morales en 2005 y sobrepasaba el 47,8% del fraude de Morales en 2019—;
TuVotoCuenta dio el 53,0 (Arce) y el 30,8% (De Mesa). En ambas, Camacho tenía
el 14,1%.
¿Por qué estos resultados? Un análisis desprejuiciado
empieza por el cansancio electoral: un proceso iniciado en octubre del 2018 con
la convocatoria a primarias, fracasado en octubre del 2019 con el fraude y que llegó
a octubre del 2020 —tras tres postergaciones por la pandemia—, sin finalizar la
crisis sanitaria y dentro de una crisis económica de amplias proporciones que
tensionará, sin dudas, la gestión del próximo gobierno.
El segundo factor: la desunión de los opositores al MAS
—siete partidos y alianzas— frente a una organización —más que un partido,
aunque en el imaginario lo sea— que, más allá de fricciones internas, estaba
unificado bajo una consigna: volver al Poder. La constatación por las encuestas
—tan despreciadas por candidatos sin opciones— de la incapacidad de ganar llevó
a la bajada de JUNTOS al reinicio de las campañas pospandemia, y, extemporánea
ya, de LIBRE 21 y ADN. ¿Hubiera significado algo la bajada —tantas veces autoinsinuada
antes— de CREEMOS? Si sus votos hubieran migrado todos a De Mesa,
matemáticamente pudo provocar una segunda vuelta pero también hubiera frustrado
sus seguidores, convencidos de su presunto liderazgo —circunscrito en lo
regional, inexistente en lo nacional.
La pandemia de coronavirus desnudó falencias del gobierno
transitorio —además de que abandonó el papel de árbitro para ser participante,
lo que perjudicó el proceso alargado—, de la oposición y sus candidatos y
adelantó —ampliándola— la crisis económica que se preveía gestionaría el
próximo gobierno. Esto ayudó a Arce: como ministro de Economía administró —con
aciertos y desaciertos— el boom extraordinario de ingresos por materias primas que,
entre 2008 y 2014, dio una falsa bonanza al país pero que el gobierno del MAS
logró atribuir, en el imaginario popular, a la gestión de Arce y su partido;
ese mismo imaginario, lejos de la macroeconomía, ahora le atribuyó la capacidad
mágica —suposición muy errada— de poder solucionar la crisis y le dio muchos
votos.
Por último —seguro dejo algo sin analizar—, las mismas
campañas: el MAS-IPSP y CREEMOS se lanzaron en terreno —espero con suficiente
bioseguridad— a captar votos y devotos, mientras COMUNIDAD CIUDADANA se redujo
a las redes y los medios, a medias entre la abulia y, quizás, la soberbia.
El discurso de victoria por Arce tuvo tags positivos —unidad, reconciliación, recuperación— y silencios
manifiestos —sin mención de Evo ni el grupo de Buenos Aires, distanciamiento en
sus mensajes que ya avanzaba desde los sucesos de agosto y posteriores. ¿Cuánto
será cálculo político y cuánto voluntad manifiesta?
El domingo, el parto electoral fue sin violencia. Confiemos que el proceso hasta la proclamación oficial y la transición sigan así.
Información consultada
https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Bolivia_de_2005
https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Bolivia_de_2019
lunes, 19 de octubre de 2020
Entrevistas en EL DEBER RADIO sobre las elecciones
https://www.facebook.com/watch/?v=787743618466596
https://www.facebook.com/watch/?v=350746546144607
https://www.facebook.com/watch/?v=2125123217652953
sábado, 17 de octubre de 2020
Estudio de auge y descenso de Covid considera seguro ir a votar protegido
En mi
anterior artículo sobre el COVID-19 [“Tres escenarios marcan el ritmo de la pandemia hasta el día de las
elecciones” 01/07], describía cómo estábamos en ese momento, qué nos vendría y
cómo enfrentaríamos las anunciadas elecciones del 6 de septiembre. Hoy
nos centraremos en el proceso de cómo vivimos la pandemia y cómo llegamos a las
elecciones, definitivamente fijadas para el 18 de octubre. Para ello, la
seguiremos en las tres etapas que, a hoy, ha transitado en nuestro país: auge, crisis y descenso y
hablaremos de verdades, yerros, mitos y falsedades (el que sea el virus más informado —verdadera
infodemia de verdades y bulos—,
expandido y coercitivo de toda la historia lo hace singular).
Inicio y auge de la pandemia en Bolivia
Un poco tarde para la Región, la epidemia —porque no fue
oficialmente pandemia hasta que el
11 de marzo la OMS la catalogó así—, llegó a Bolivia el 10 de marzo con 2
señoras bolivianas que regresaban de España y de Italia, respectivamente. Y digo
“un poco tarde” porque el COVID-19 había “aterrizado” —literalmente, porque el
primer paciente fue un ciudadano brasilero que llegó por vía aérea a São Paulo
procedente de Italia— el 25 de febrero en la Región, y cuando “aterrizó”
en Bolivia ya había aparecido —además de en Brasil— en México (27), Ecuador
(29), República Dominicana (1/10), Argentina y Chile (3), Colombia, Costa Rica
y Perú (6), Paraguay (7) y Panamá (8); a nosotros nos seguirían Cuba, Honduras
y Guyana (11), Guatemala, Uruguay y Venezuela (13), El Salvador y Nicaragua (18 ), Haití (19) y Belice (23), entre los
países más destacados de Latinoamérica; no obstante, ningún país de la Región
(incluyendo todas las islas del Caribe, las Guyanas y las Islas Malvinas y
Georgia.
Reubicándonos en Bolivia, el 12
de marzo —con dos casos en el
departamento de Santa Cruz y otro en el de Oruro— el gobierno
nacional tomó las primeras medidas frente a la ya pandemia con la declaratoria
del “Estado de emergencia sanitaria por COVID-19” que debió regir hasta
el 30 de abril pero que, por la situación sanitaria, ha sido extendido
hasta la actualidad con diferentes variables autorizadas por los gobiernos
autónomos de nivel departamental y municipal en dependencia del nivel de riesgo
—la presente etapa, denominada “cuarentena condicionada y dinámica”, sin ser
abierta totalmente, es más flexibilizada y municipalizada.
El 21 de marzo —con 22 casos ya en todo el país: 10 en el
departamento de Santa Cruz, uno en el de La Paz, dos en el de Cochabamba y
nueve en el de Oruro— se emitió el Decreto Supremo 4199 que declaraba
Cuarentena Total en todo el territorio del Estado Plurinacional de Bolivia,
contra el contagio y propagación del Coronavirus y establecía “cuarentena
rígida y obligatoria en todo el país”, conjunto de medidas que empezaron a
funcionar desde el día siguiente, domingo 22 de marzo.
El ministro de Salud que navegó el inicio de la pandemia fue
Aníbal Cruz Senzano, que estaba desde el primer gabinete nombrado por el
gobierno de transición el 14 de noviembre. Aunque aparentemente había un
control sobre la propagación, el 8 de abril —con aún sólo 264 casos
repartidos en los departamentos de Santa Cruz (con casi la mitad de los casos),
La Paz, Cochabamba y nueve en el de Oruro— fue sustituido abruptamente con Marcelo
Navajas Salinas, cuya gestión duró hasta el 20 de mayo y también terminó
abruptamente pero con detención policial: Pocos días antes había estallado el
escándalo de la compra de 170 respiradores artificiales —muy básicos—
fabricados por la compañía española GPA Innova, comprobada las graves
irregularidades del 170% de sobreprecio.
Al momento de explotar el escándalo, aún la situación epidemiológica
no era abiertamente crítica —más 4.900 casos en el período, 438 ese día (casi
el 60% en el departamento de Santa Cruz, sobre todo su ciudad capital)— pero el
escándalo alrededor de esa compra develó graves falencias, hasta entonces
latentes pero poco advertidas, del gobierno de transición: falta de adecuados
controles y transparencia —ésta prometida pero no cumplida—, improvisación y
malísima comunicación gubernamental, discrecionalidad y deficiencia en los
criterios de gestión —la compra irregular partió de dos funcionarios
principales del MinSalud, uno de los cuales había sido por muchos años de la
máxima confianza de la última ministra masista: la justificación dada de evitar
una masacre blanca de exfuncionarios
masistas (en este caso masacre azul)
era ausente de criterio, sobre todo porque el anterior gobierno había sido
expulsado por una insubordinación civil—; así mismo, este desgaste marcó el
inicio de lo que sería, en poco tiempo, el final del proyecto político JUNTOS
con la candidatura presidencial de la presidente transitoria.
La siguiente encargada de la cartera —María Eidy Roca
Justiniano— fue nombrada para enfrentar la crisis que se avecinaba, paliar las
graves deficiencias dejadas por los anteriores gobiernos —criminal tras 14 años
del Masismo, muchos de ellos con sobreingresos externos por el gas y otras
materias primas— y “navegar” la herencia dejada por Navajas Salinas.
Crisis: se desborda la pandemia
El primero
de junio sobrepasamos los 10 mil casos totales desde el inicio de la pandemia y
el 17 los 20 mil; el 22 tuvimos por primera vez en un día más de mil nuevos
pacientes detectados; el 27 —aún en junio— llegamos a 30 mil afectados
totales; el 6 de julio a 40 mil, el 14 sobrepasamos 50 mil y el 20 los 60 mil.
Días antes, el 28 de junio sobrepasamos los primeros mil fallecidos y el 17 de
julio los dos mil decesos por el coronavirus; ese mismo día, alcanzamos los dos
mil nuevos pacientes
detectados en un día. El 27 de julio superamos los 70 mil contagios y el
primero de agosto se superaron los 3 mil nuevos pacientes detectados en un día y sobrepasamos los 3 mil decesos;
al día siguiente nos acercamos muy cerca de los 80 mil contagiados totales y el
9 a los 90 mil. El 15 de agosto superamos las 4 mil víctimas mortales; el 16
sobrepasamos las 100 mil personas infectadas desde el inicio de la pandemia y
el 25 los 110 mil. El 31 de agosto, como cierre de mes, alcanzamos más de 5 mil
decesos, el 6 de septiembre —tras corrección y sinceramiento
estadísticos en Santa Cruz— los 7 mil y el primero de agosto contabilizamos 8
mil; los 120 mil detectados
totales llegaron el 5 de septiembre y el 19 los 130 mil (los 140 mil llegaran a
mediados de la próxima semana si se mantiene la progresión actual).
Son cifras
frías, más dramáticas si pensáramos que no tienen que ser las totales: para los
detectados, muchos asintomáticos o levemente sintomáticos —incluso
enfermos graves, como los que murieron en las calles o fuera de los hospitales—
no fueron comprobados, parte por la poca cantidad de pruebas PCR diarias —el
día que el reporte epidemiológico del MINSALUD anunció más realizadas,
bordearon las 4.800—, por el atraso en los procesamientos de esas pruebas —que
llevó al descarte de alrededor de 10 mil acumuladas sospechosas sin procesar en
un mes— y porque posibles afectados no se verificaban rehuyendo la lamentable
estigmatización social que la epidemia conllevaba para los contagiados. Tampoco
los registros de fallecidos por la epidemia serían definitivos, tanto por los
enterramientos clandestinos, por el atraso en el procesamiento de pruebas como
la demora —consecuencia de las restricciones por las cuarentenas— en actualizar
los datos en el Registro Civil.
Declive de casos
El descenso
de los nuevos casos, la reducción de los fallecimientos y, sobre todo, la
reducción de los casos activos —que aún no me atrevería a denominar franca recuperación porque hay indicios,
leves aún, de aumento de nuevos casos en Santa Cruz y se mantienen indicadores
aún altos en algunos departamentos, principalmente Tarija pero también
Chuquisaca y Potosí— se inicia el 22 de agosto. El día anterior, los
casos activos habían alcanzado su mayor cota (60.928) y, a partir de entonces,
empezó un descenso continuado de los mismos gracias tanto a la reducción en
nuevos casos detectados como a la recuperación de pacientes atendidos, hasta
llegar al miércoles pasado,
14 de octubre, con 28.122 casos activos.
¿Debemos
sentirnos satisfechos? No queda dudas que las medidas tomadas durantes las
cuarentenas y el esfuerzo de los tres niveles de gobierno en paliar las
falencias del sistema de salud —indiscutibles más allá de las críticas
que he manifestado (incluyendo ahora la coordinación entre esos tres niveles),
aunque aún sin satisfacer todas las carencias— incidieron favorablemente en
reducir los casos afectados —sobre todo: “aplanaron” la curva de contagios,
moderando el real desborde de los servicios intensivos— y los fallecimientos,
pero la realidad ha desnudado un sistema de salud que, más allá de la
emergencia de la epidemia, es ampliamente carente.
Algunas cifras nos ayudarán a confirmalo: En morbilidad —casos
detectados x 100 mil habitantes—, tenemos un índice de 1.192,2, que en la
Región (22 países analizados) —menor que el promedio regional: 1.593,8— nos
sitúa por delante de Costa Rica (1.776,6), Colombia (1.844,3), Argentina
(2.028,1), Brasil (2.432,3), Chile (2.527,0), Perú (2.643,4) y Panamá (2.892,8)
pero que pudiera morigerarse, para beneficio de las estadísticas nacionales,
por la cantidad de detectados según más o menos pruebas PCR que cada país haya
realizado. El índice mundial al domingo pasado era de 490,0.
Respecto de los decesos, los resultados son menos
auguriosos: el porcentaje de mortalidad versus
morbilidad de Bolivia hasta el domingo ha sido de 6.0%, lo que nos sitúa
sólo mejor que México (10,2%) y Ecuador (8,3%); respecto a la mortalidad de
enfermos de COVID-19 por 100 mil habitantes, con 71,6 decesos nos ubicamos sólo
por delante de Brasil y Ecuador (71,8 ambos) y Perú (103,7). A nivel regional
la mortalidad versus morbilidad era
de 3,5% y la mortalidad por 100 mil habitantes de 35,6; en el mundo, las cifras
eran 2,9 y 14,0, respectivamente a cada indicador.
En recuperados, según datos también del domingo pasado,
Bolivia (73,5%) estaba mejor situada que Guyana (65,8%), Paraguay (64,6%), Belice
(61,2%), Costa Rica (59,7%) y Honduras (38,1%) pero muy lejos de Chile (94,9%)
y Cuba (92,9%). A nivel regional el promedio era 82,4% y a nivel mundial 69,3%.
Elecciones y endemia
En mi artículo de julio, las elecciones fijadas para el 6 de
septiembre por la Ley 691 "De modificación de la Ley 1297 de
Postergación de las Elecciones Generales 2020" pudieron ser un suicidio
colectivo: ese día tuvimos más de 120.500 casos totales, más de 500 nuevos
casos y 40 nuevos fallecidos —tan cerca como el 2 de ese mes se alcanzó el
récord de 102 fallecidos en un día.
Ahora, con cifras significativamente más bajas —sólo Santa
Cruz tiene más nuevos casos que recuperados pero aún bajo niveles manejables—,
el voto de este domingo se convierte en una posibilidad segura, manteniendo las
medidas de bioprotección recomendadas.
Agradezco a Página
Siete que me invitara a escribir ambos artículos —en julio para advertir
del peligro y ahora en octubre para dar a conocer una realidad mucho menos
complicada.
Ejerzamos nuestro derecho. Por la democracia y, también, por
una urgida mejor y adecuada salud pública.
Información consultada
http://eju.tv/2020/04/cronologia-del-coronavirus-en-bolivia/
https://covid19.healthdata.org/bolivia-(plurinational-state-of)?view=total-deaths&tab=trend
https://es.wikipedia.org/wiki/Aníbal_Cruz
https://es.wikipedia.org/wiki/Cuarentena_en_Bolivia_de_2020
https://es.wikipedia.org/wiki/Marcelo_Navajas
https://es.wikipedia.org/wiki/María_Eidy_Roca
https://es.wikipedia.org/wiki/Pandemia_de_COVID-19_en_América
https://gisanddata.maps.arcgis.com/apps/opsdashboard/index.html#/bda7594740fd40299423467b48e9ecf6
https://www.as-coa.org/articles/¿dónde-está-el-coronavirus-en-américa-latina
https://www.bbc.com/mundo/noticias-52747870
https://www.bbc.com/mundo/noticias-53921192
https://www.cepal.org/es/temas/covid-19
https://www.france24.com/es/20200825-seis-paises-america-latina-afectados-mundo-covid19
https://www.latinamerica.undp.org/content/rblac/es/home/coronavirus.html
martes, 13 de octubre de 2020
Voto convencido, esperanzado o por miedo
No voy a hablar del contenido de las encuestas porque,
aunque pudiera argüir que el artículo 116 b) de la Ley Electoral N° 026/2010 me
ampara el hacerlo hasta el miércoles 14 de octubre porque no es «difusión o publicación de estudios de
opinión en materia electoral» como restringe el artículo 130 a) de la misma
Ley pero como un medio me censuró (autocensura) la grabación de una entrevista
en vivo donde les comparaba encuestas, prefiero no hacerlo.
Pero como nada me inhibe de hablar en general, voy a
hacerlo, con la complicidad de ustedes, mis lectores.
Entre el 8 y el 11 pasados se difundieron 4 encuestas (me
abstengo de identificarlas), con lo que llegamos a 10 encuestas realizadas a
partir del 22 de julio (sólo considero las encuestas de carácter nacional
autorizadas por el TSE) y con ellas llegamos a un status de equilibrio (emocional, claro) inestable y al límite:
¿habrá segunda vuelta?, ¿alguien ganará en primera? El margen entre los síes y los noes de los dos primeros ubicados (no los menciono para evitar
susceptibilidades legales) en tres de ellas es entre uno y dos puntos
porcentuales, redondeados. Y acá va el dilema conflictual: las encuestas dan
entre 10 y 22 puntos porcentuales para indecisos: ¡el tercer “candidato con más
‘intenciones’” sería… el que no sabría aún por quién votar! Claro que esas
respuestas encuestadas pueden ser para “marear la perdiz” de los estrategas y
encuestadores pero en el atribulado y constreñido (en adhesiones) panorama
electoral pospandemia captar indecisos es la opción A+ de cualquier estratega.
(Para los que están preguntándose qué pasa con el voto exterior como alícuota
del total de habilitados, el porcentaje global es el 4,1 y los mayores aportantes
Argentina (1,9%), España (0,8%) y Brasil (0,6%), cuyas intenciones no fueron
encuestadas pero que tienen claras tendencias “históricas”.)
No voy a pedir a Argos Panoptes que nos preste alguno de sus
cien ojos para ver mejor ni que Tiresias o Calcas nos auguren. Sólo
categorizaré un poco los posibles motivadores de votos.
Primero tenemos un
“voto convencido”, aquél que un elector —fanático o no— proveerá al lema
o candidatura que le empatiza y que deviene en el voto duro, o inamovible. Luego está el “voto esperanzado”, aquél que el elector asigna a
un lema o candidatura —y muchas veces: una consigna— que moviliza sus
aspiraciones; un ejemplo claro de este voto es el “voto útil” de 2019: para
sacar al MAS del Poder y que migró de varias candidaturas hacia la que daba más
opciones de lograrlo. Por último, me referiré al “voto por miedo”.
El “voto por miedo” no es racional: es puramente
emocional. Responde a una única afirmación, que puede expresarse de diversas
formas: «me aterra la vuelta del
MAS», «no quiero que regrese el MAS»… « ya no puedo vivir bajo el MAS» (espero
que nadie se ofenda por estas alusiones tan precisas e intencionadas).
Como emoción, el miedo debe estar en la base de Maslow: el
miedo puede ser tan fuerte motivador como el hambre. Y el miedo —ése que está
al final del callejón sin salida y aparece cuando ya se pierden las opciones
con esperanza— puede, en poco días, cambiar totalmente —trastocar— los augurios
previos para una elección: ya pasó —por esperanza— en la semana del silencio
electoral del 2019, ¿y qué no pasaría por miedo?
Quizás —sólo quizás— esta semana —incluyo el domingo con el
bolígrafo frente de la papeleta— sea de muchas decisiones abruptas (quizás no).
Lo cierto es que aritméticamente —oh Diofanto— sólo hay dos candidatos —no tres—
que podrían —si el voto ciudadano lo decide— presidir Bolivia los próximos
cinco años pero también hay muchos sentimientos encontrados, asentados en la
memoria del país.
Confiemos que el parto sea sin violencia.
Información consultada
https://es.wikipedia.org/wiki/Adivinación_en_la_Antigua_Grecia
https://es.wikipedia.org/wiki/Argos_Panoptes
https://es.wikipedia.org/wiki/Calcas
https://es.wikipedia.org/wiki/Oráculo_griego
https://es.wikipedia.org/wiki/Tiresias
https://es.wiktionary.org/wiki/mantis
https://pdba.georgetown.edu/Electoral/Bolivia/Ley26-2010.pdf
https://www.oep.org.bo/wp-content/uploads/2020/08/Calendario_Electoral_EG_OCT_2020.pdf
https://www.oep.org.bo/wp-content/uploads/2020/09/Estadisticas_PEB_EG_2020.pdf
martes, 6 de octubre de 2020
(No)debate, «perversa encuesta» y Diofanto
El final de semana pasado hubo dos eventos anunciados como
debates pero realmente muy diferentes: Después de 18 años (aquél en el que el
candidato Manfred Reyes Villa arguyó desconocer a su suegro), candidatos
presidenciales bolivianos se encontrarían juntos frente a Bolivia para
presentar sus ideas.
El primero, con la asistencia de todos ellos y organizado
por la Federación de Asociaciones Municipales de Bolivia (FAM) con
participación de la Confederación Universitaria Boliviana (CUB) con
el pretencioso nombre del Gran Debate y que resultó un no-debate (foro) sin
periodistas, para que los candidatos dijeran sus posiciones más que propuestas
en sí; quizás lo más rescatable fue cuando el candidato del MAS aclaró que él
arreglaría todo lo que el ministro de Economía del MAS (él mismo) erró en el
cuatroceno pasado. Quedaron varias susceptibilidades en la audiencia: el evento
fue transmitido por la Red ATB (la preferida del Masismo y de bajísimo rating);
era efectuado en el hotel Radisson de Santa Cruz de la Sierra, operado por la Sociedad
Nulife Hoteles SRL cuyo accionista mayoritario es Juan Valdivia Almanza,
principal accionista de Gravetal y exdiputado del MAS; por último, el
coorganizador fue Max Mendoza Parra, presidente de la CUB y miembro del
CONALCAM (masista), experto en lides universitarias donde lleva 28 años como
estudiante sin egresar.
El del domingo, en La Paz, fue muy diferente desde su
organización (Confederación de Empresarios Privados, Asociación Nacional de
Periodistas, Fundación Jubileo y UMSA, entre otros) y con patrocinio de
organizaciones internacionales; con periodistas conocidos (Myriam Claros y
Tuffí Aré) y los candidatos asistentes hicieron lo que se espera de un debate:
réplicas y dúplicas a los comentarios de los otros.
Hubo dos ausencias: de los candidatos del MAS y de CREEMOS.
El del MAS se justificó diciendo que estaba comprometido para una entrevista en
vivo en la Red UNO la que, casualmente, fue cambiada de otro día ya anunciada
para ese domingo dejando dudas si era un gafe grave de coordinación (imposible
cuando dirigía Marcos Montero, recientemente fallecido) o una
intencionalidad de boicot al debate. Por su parte, el candidato de CREEMOS
arguyó que, como el candidato Carlos de Mesa (COMUNIDAD CIUDADANA) se ausentaba
si el del MAS no asistía, no iba aunque perdía la oportunidad de ser el
candidato presente con más intenciones de voto; al final, De Mesa asistió tras
el reclamo de las organizaciones a cargo mientras que los asesores de CREEMOS
no le advirtieron a su candidato que esos “anuncios de ausencia” son tácticas
para que, al confirmar después la presencia, se realce la imagen de importancia
(por el reclamo y condescendencia con éste) del candidato que presuntamente iba
a ausentarse; así, el candidato de CREEMOS no aprovechó la oportunidad de
captar entre los aún muchos indecisos.
No analizaré el desempeño de cada candidato ni en sus
afirmaciones: voy a sus actitudes. Posiblemente los largos años sin este
ejercicio democrático (Morales Ayma, por razones obvias, siempre lo eludió),
llevó a algunas actitudes excesivas de los candidatos de ADN y, sobre todo,
Frente Para la Victoria. Preocupante sí, y mucho, que el FpV negara
credibilidad al actual Tribunal Supremo Electoral y, aun así, participara de
unos comicios en los que no confía, negándose a aceptar desde ya los
resultados, en una actitud muy similar a la sostenida por el MAS.
Por último: Quiroga (y antes Camacho) acusó de manipuladas
las encuestas avaladas por el TSE que no le benefician. Las encuestas de
intención de voto son fotografías de un momento dado y, por ende, susceptibles
a modificarse por factores relacionados con la campaña o la situación del país.
Faltan aún otras hasta el 18 y ese día sabremos de su fiabilidad.
Así es la democracia… y la Arithmetica de Diofanto de Alejandría.
Información consultada
http://www.ceub.edu.bo/portal/index.php/18-slider/147-confederacion-universitaria-boliviana
https://eldeber.com.bo/bolivia/miembro-del-conalcam-observara-a-candidatos_117519
https://es.wikipedia.org/wiki/Arithmetica
https://es.wikipedia.org/wiki/Chi_Hyun_Chung
https://es.wikipedia.org/wiki/Diofanto_de_Alejandría.
https://es.wikipedia.org/wiki/Myriam_Claros
https://es.wikipedia.org/wiki/Pitágoras
https://www.telesurtv.net/news/bolivianos-primer-debate-presidencial-20201003-0020.html
martes, 22 de septiembre de 2020
Nuevo panorama, aún dudoso escenario
Desde el 18 de agosto han salido cuatro encuestas que fueron
marcando tendencia: Mercados y Muestras (1: 18 de agosto y 2: 15 de
septiembre), CIESMORI (6 de septiembre) y TuVotoCuenta (16 de septiembre). La
de IPSOS, anterior a MyM1, era sólo urbana y con mayor error de muestra.
En votos totales (incluyendo los que no se cuentan en
resultados finales, como voto en blanco
y nulo, y las no definidas, como voto secreto y no sabe/no responde) y redondeando los porcentajes de intención de
voto, la candidatura de Luis Arce Catacora (MAS) transitó entre el 23% (MyM1), 26%
(CIESMORI), 25% (MyM2) y 29% (TVC), lo cual podría dar a suponer que tuvo un
repunte entre mediados de agosto y de septiembre del 6% (entre CIESMORI y TVC
se reduce al 3%), en parte atribuible por los errores muestrales; también, el
estudio de agosto estuvo inmediato con los conflictos violentos de ese mes y en
septiembre inferiríamos que las denuncias de estupro para su líder autoexiliado
no incidieron. De todas formas, ya que esas fotografías (eso son las encuestas
de intenciones de votos) dan un leve ascenso al masismo (luego de la caída
respecto a la prepandemia), es bueno analizar al resto de los candidatos y
variables para conocer de dónde recibió las nuevas intenciones aportadas.
Carlos de Mesa Gisbert (COMUNIDAD CIUDADANA) obtuvo, en
porcentajes, el 23 (MyM1, empatado con Arce), 17 (CIESMORI), 22 (MyM2) y 19
(TVC), valores más altos en MyM y menores en CIESMORI y TVC; en éstos dos, el spread con Arce es de sólo el 2%,
“bailando” en los errores muestrales. En el mismo período, Jeanine Añez Chávez
(JUNTOS) pasó del 12 (MyM1, lejos del 18% en febrero por la misma
encuestadora), 10 (CIESMORI), 8 (MyM2) y 8 (TVC), una diferencia aproximada del
4% entre la primera y la cuarta encuesta pospandemia que (considerando su
caudal electoral) no hubiera ido para el MAS. El siguiente, Luis Fernando
Camacho Vaca, transitó entre el 6 (MyM1), 7 (CIESMORI), 8 (MyM2) y 10 (TVC,
posible error muestral) y el resultado de TVC le dio el tercer lugar pero aún
significativamente lejos de De Mesa. El resto de los candidatos siempre
salieron de las posibilidades parlamentarias y de mantener su sigla.
Los indecisos
transitaron por 19-17-21-10 y los ninguno/blanco/nulo
entre el 11-9-11-18 (no incluyo voto secreto), por lo que podemos concluir que la
reducción de los indecisos (excepto
MyM2) pudo beneficiar a Arce y, menos, a Camacho (aunque quizás su leve ascenso
pudo beneficiarse más de los candidatos residuales).
Analizando proyecciones promediadas sobre votos válidos
(prorrateando indecisos/voto secreto
y obviando ninguno/blanco/nulo) en
los estudios de septiembre, Arce obtendría el 38% (37-37-40; TVC lo dio ganador
en primera), Mesa el 28% (24-33-26, favorecido por MyM2 y entre 10 y 14% debajo
de Arce), Camacho el 13% (12-12-14, sin posibilidades y a entre 16 y 18% de
Arce) y Añez el 11% (14-12-8).
El jueves 17, tras las últimas proyecciones muy desfavorables,
la presidente preventivamente decidió bajarse para evitar la victoria del MAS.
Esto tendrá dos efectos: el reacomodo de los votos de JUNTOS (que beneficiarían
principalmente el voto útil a De Mesa y, quizás, una fracción a Camacho) y la
posibilidad de que entre los cuatro candidatos residuales hayan nuevas bajadas.
La próxima encuesta confirmarán una fotografía muy diferente:
Las posibilidades de Camacho de competir en ballotaje son nulas (debería
duplicar sus intenciones de voto); Arce sólo tiene posibilidades de contraerse;
el voto útil va a decidir y los votos que se drenen del voto útil sólo beneficiarán
la mayoría legislativa masista, como analizó Jimena Costa recordando que, para
2014, Raúl Peñaranda demostró cómo los votos al PDC redujeron los elegidos para
bancadas no masistas y potenciaron los 2/3 del MAS.
Información consultada
https://es.wikipedia.org/wiki/Chi_Hyun_Chung
https://es.wikipedia.org/wiki/Feliciano_Mamani
https://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Fernando_Camacho
https://es.wikipedia.org/wiki/María_de_la_Cruz_Bayá
https://tuvotocuenta.org.bo/Resultados
https://www.paginasiete.bo/opinion/2020/9/20/encuesta-renuncia-tendencias-268685.html
https://www.unitel.tv/noticias/nueva-encuesta-nacional-arce-26-2-mesa-17-1-anez-10-4/
viernes, 18 de septiembre de 2020
Entrevista sobre la renuncia de la Presidente Añez a su candidatura y el proceso electoral en Radio Universidad (Córdoba-Argentina)
https://ar.radiocut.fm/audiocut/jose-rafael-vilar-analiza-panorama-electoral-bolivia-luego-renuncia-jeanine-anez/
Lamentablemente, la comunicación se cortó casi al final.
Panel sobre el proceso electoral y la renuncia de la Presidente Añez a su candidatura en el que participé en El Deber Radio (Bolivia)
https://www.facebook.com/eldeberradio/videos/1194463364271266/
viernes, 11 de septiembre de 2020
Panel sobre el proceso electoral y el futuro que participé en El Deber Radio (Bolivia) hoy viernes 11.09.2020 junto con otros analistas
https://www.facebook.com/eldeberradio/videos/346018179871596/
martes, 8 de septiembre de 2020
Sin liebres, la hora de las tortugas
El domingo pasado, la Red UNITEL difundió la tercera
encuesta de intenciones de voto que este año preparó CIES MORI para la Red,
también la tercera autorizada por el OEP después de la pandemia y la tercera
vía telefónica. Analicémosla.
Lo primero significativo es que todos los candidatos bajan
en el histórico de las tres de CIES MORI (que mantendré en pro de comparación):
en votos no ponderados (totales), respecto del 15 de marzo pasado Luis Arce
(MAS-IPSP) baja del 33,3% al 26,2% (-7,1%, lejos también de la primera de CIES
MORI del 16 de febrero donde obtuvo el 31,6% de las preferencias), Carlos de
Mesa (COMUNIDAD CIUDADANA) del 18,3% al 17,1% (una caída del 1,2%, aún en el
margen de error del 2,2% y que retoma el mismo valor de febrero) y la actual presidente
Jeanine Añez del 16,9% al 10,4% (-6,5%, lejos del 16,5% en febrero).
Al resto de los candidatos, más lejano, lo encabeza Luis
Fernando Camacho (CREEMOS) que del 7,1% baja al 6,9% (en febrero tuvo el 9,6%);
Chi Hyun Chung (FPV) del 3,8% baja a 3,3%; Feliciano Mamani (PAN-BOL) desde el
1,9% baja al 0,6%; Jorge Quiroga (LIBRE 21) del 1,7% mejora al 2,5% (dentro del
margen de error), y Maricruz Bayá (ADN) “sube” del 0,0% al 1,0% (en marzo ADN no
tenía candidato). El resto de los datos obtenido es: No sabe/No responde 16,6%,
Blanco/Ninguno 6,6%, Voto secreto 6,1% (ya decidido) y Nulo 2,7%, por lo que el
universo de votos válidos no incluiría los porcentajes de Blanco/Ninguno/Nulo
(9,3%) y sí incluiría los de No sabe/No responde/Voto secreto, un margen de
22,7%; éste es el caudal para captar votos los punteros (incluso en Voto
secreto, que puede mutar).
Resumiendo los votos válidos con prorrateo proporcional de
los Ns/Nr/Secreto, el MAS-IPSP tendría el 37,3% de las intenciones válidas
(sobre el que se ha denominado “voto duro”: alrededor del 35%), CC 24,2%, JUNTOS
14,4%, CREEMOS 12,4%, FPV 5,9% y LIBRE 3,8% mientras PAN-BOL y ADN estarían por
debajo del baremo del 3% de votos válidos (0,7% y 1,3%, respectivamente).
Tomando esas intenciones proyectadas, el MAS-IPSP estaría al 2,7% de lograr ganar
en primera vuelta y al 13,1% de su más cercano (CC) y al 22,9% del siguiente
(JUNTOS), lo que hace imprescindible una reorganización y sinceramiento de las
candidaturas para provocar una segunda vuelta y no una victoria del MAS-IPSP,
con independencia que éste pueda seguir bajando; en ello influenciarán también
los negativos de cada candidatura, analizados por CIES MORI pero no divulgados
(a pesar de que eran mencionados por los comentaristas durante el programa
televisivo de la presentación).
Desde el punto de prelación regional, en marzo el MAS-IPSP
ganaba en 4 regiones (La Paz, Cochabamba, Oruro y Pando), JUNTOS en 3 (Beni,
Santa Cruz y Tarija) y CC en 2 (Potosí y Chuquisaca). A la fecha, la encuesta
de intenciones revela que el MAS-IPSP capturó Tarija a JUNTOS y Potosí a CC,
mientras CREEMOS logró preeminencia en Santa Cruz. En la posibilidad de
recuperar territorios perdidos, a CC le será difícil (no imposible) superar la
diferencia del 9,3% con el MAS-IPSP en Potosí, mientras que a JUNTOS sería un
poco menos para recuperar Tarija (5,7% a favor del MAS-IPSP), a la vez que el
3,9% tras CREEMOS puede ser remontado, como pasó en las encuestas de febrero a
marzo.
Como conclusión, no hay nada definitivo: el MAS-IPSP es muy
probable que siga bajando, CC debe dejar esperar el debilitamiento del resto
(sobre todo porque en La Paz, su origen, pierde al 17,9% de diferencia) y
JUNTOS debe hacer una profunda reingeniería estratégica para competir de
segundo (y recuperar Santa Cruz, asegurando dos senadores y primera mayoría de
plurinominales, además de potenciar sus uninominales). Hora de correr.
Información consultada
http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/Colecciones/CuentosMas/Esopo.pdf