sábado, 27 de abril de 2024

Las Patrias de mi amigo Braulio

 

Heimat es una bella palabra alemana que nos ilumina sobre un sentimiento: la pertenencia. Tiene muchas variantes pero me quedo con dos: Heimatland, que significa “patria” y Heimatregion que nos dice de la “tierra natal”; y aún me quedo con una tercera definición que me regaló hace largas décadas un antiguo profesor: «el lugar donde uno se siente uno».

¡Qué hermosa esa definición! Es donde el individuo es capaz de experimentar la seguridad y la fiabilidad de su existencia, así como un lugar de una confianza más profunda. Es «el hogar como lo contrario de la extranjería y la alienación, como ámbito de apropiación, de penetración activa, de fiabilidad» (Bausinger) y también es —en sociología— «una de las condiciones para la constitución de la identidad de grupo» (Simmel). Sin pecar de pedante, en alemán antes "die Heimat" —un nombre femenino— era el opuesto de "das Elend" —neutro, como si todo fuera indiferente—, la “miseria”, que procede del alemán antiguo "Ali-Lenti": "el otro país" o "el extranjero": así los antiguos germanos entendieron que Heimat equivalía a “felicidad”.

Mi amigo Braulio lo hizo cuando multiplicó su pertenencia e identidad. Orureño y cruceño —boliviano—, burgalés —español— y un poco de montevidiano —uruguayo—, entendió que la Misión que asumía tenía mucho que ver con identidad y, aun más, con transmitir el Amor y la Felicidad.

En 1968 vino a Sudamérica. ¡Y vaya que sí hizo las Américas! No con riquezas materiales: su oro —que repartió a manos llenas— fue de solidaridad, de afecto de muchísimos, de bondad. Trabajó llamado en su Misión desde muy pronto en una de las regiones más pobres de Sudamérica, en Oruro, recorriendo los explotados —y tantas veces reprimidos— centros mineros del Altiplano boliviano, conociendo la miseria —y las injusticias— de una región que había sido tan rica en minería y en las luchas por la libertad.

En Oruro, tuvo un guía envidiable: Julio Terrazas Sandóval, entonces Obispo de la Diócesis. Con él, en 1987 fue ordenado Obispo Auxiliar de la Diócesis y lo acompañó hasta 1991 cuando Terrazas pasa a dirigir la Arquidiócesis de Santa Cruz de la Sierra.

Lo conocí a inicios de 2023, cuando lo visité porque entonces editaba un libro maravilloso con fotografías de mis amigos Tony Suárez y Jaime Cisneros: Entre ángeles y diablos sobre el Carnaval de Oruro —dos años antes declarado por la UNESCO como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad—, y yo estaba buscando autores —historiadores, folcloristas, musicólogos— que, en vísperas de la gran Fiesta Anual, escribieran opúsculos para que los neófitos entendiéramos mejor (me incluyo) la majestuosidad, historia y profunda religiosidad de esta fiesta en honor de la Virgen minera, la Virgen del Socavón. Braulio me recibió con su eterna sonrisa y, con su sempiterno humor, me invitó «a trabajarlo a dos manos», lo que se tradujo en que él escribió y yo sólo edité “El Carnaval de Oruro y la Virgen del Socavón”, hermoso artículo sobre la religiosidad del pueblo de la Villa de Sebastián Pagador.

 Años después me lo encontré de nuevo en Santa Cruz de la Sierra, a donde había yo vuelto y con su derroche de bonhomía nos fundimos en un abrazo, el que repetiríamos cada vez que tenía el placer de encontrarle. Su antiguo mentor y amigo en Oruro, ahora ya Julio Cardenal Terrazas y Arzobispo del territorio, se lo llevó de las montañas a los llanos para que siguiera haciendo lo que tan bien sabía hacer mi amigo Braulio: transmitir bondad y el Mensaje de Jesucristo.

Tras más de cincuenta años en Hispanoamérica cumpliendo la Misión que el Señor y la Virgen le encomendaron, mi amigo Braulio, carmelita descalzo que —como fiel discípulo de Santa Teresa de Jesús y de San Juan de la Cruz— vino a Nuestra América para transmitirnos Su Mensaje, regresó a España.

Querido amigo Monseñor Braulio Sáez García, Obispo Auxiliar Emérito de Santa Cruz de la Sierra, siempre estará en el corazón de tantos amigos que labraste en Oruro y en Santa Cruz y en Bolivia toda, porque tú —indiano ubérrimo en Amor y en Fe— has sabido hacernos parte de tus Patrias: tus Heimats de ambos lados del Océano y la Patria Celestial que compartimos.

Hasta algún día nuevamente, amigo Braulio.

 

Información consultada

Heimat und Identität. Probleme regionaler Kultur. Wachholtz, Neumünster 1980 (22. Deutscher Volkskunde-Kongress in Kiel vom 16.–21. Juni 1979), p. 20.

http://hispanoteca.eu/Foro/ARCHIVO-Foro/Hacer%20las%20americas.htm

https://celam.org/guia_detalle.php?id=286         

https://es.pons.com/traducción/alemán-español/Heimat#google_vignette

https://es.wikipedia.org/wiki/Braulio_Sáez_García

https://es.wikipedia.org/wiki/Heimat_(concepto)

https://es.wikipedia.org/wiki/Julio_Terrazas_Sandoval

https://es.wikipedia.org/wiki/Orden_de_los_Carmelitas_Descalzos

https://es.wikipedia.org/wiki/Oruro

https://www.nytimes.com/2018/02/28/opinion/america-heimat-germany-politics.html

sábado, 20 de abril de 2024

Las Bolivias después del Bicentenario 3

Empecé esta serie de columnas para responderme una pregunta: ¿Qué nos espera después del Bicentenario? Sin embargo, cada vez me detengo más en el camino para llegar a ese Bicentenario y lo que nos esperará a las Bolivias (el que con redobles de tambores siga diciendo “una” Bolivia, no conoce cuán grandes y diversas son las Bolivias donde vivimos).

Un camino que estos días está con muchas piedras, la mayoría de nuestras propias cosechas. Comenzaré por nuestros amores persas —y no me referiré a los tan literarios de Cosroes y Shirin ni a los no menos idealizados de Layla y Qais Majnún, dos versiones de Romeos y Julietas persas sino a los más pedestres (y peligrosos) de los “amores ideológicos”—, “amores” peligrosos para Bolivia porque nos alineamos con un teocracia enemiga real (y muy efectiva) de todo lo que represente libertad individual y de pensamiento y derechos de las mujeres, entre otras represiones, lejos de las “libertades”, “igualdades” y “derechos” que dicen preconizar los sociatas 21 y su falsa progresía indianista; ¿en qué nos beneficia alinearnos con un país aislado y repudiado, en crisis económica?: en nada a nosotros —y a ellos sí por nuestro uranio, como a los rusos de una filial de Rosatom que postularon para el litio con menos conocimiento que nosotros (y eso es mucho decir después de estar tantos Evoaños de dilapidar muchos cientos de millones, como ahora se confirma pero siempre se sabía). Los acuerdos militares con Irán despiertan la preocupación de los vecinos, sobre todo de los argentinos, antes alineados con Irán (eso CFK por sobre sus muertos de la AMIA) y ahora con Israel. (Es para pensar que Argentina se disculpó con Chile por la denuncia sobre iraníes allá al norte y ni chitón con la protesta boliviana sobre la que nos tocó).

Otro peligro está en la retoma de la retórica de “nuestros envidiosos enemigos” (no hace falta mencionar que, si hasta ahora eran los chilenos de variada ideología, ahora se les suma a los gauchos libertarios) y, una vez más, nos pasamos de weones: Arce llama a defender el litio porque (denuncia sin nombre) “un país vecino pretende controlar los recursos naturales mediante ‘operaciones especiales’”, olvidando que el litio boliviano está bajo el Salar y que —tras muchos años y autoelogios inútiles— seguirá ahí por muchos años, gracias a angurrias —por coimisiones—, ineptitudes y “amores” del Poder. ¿O el arcismo creerá que el alineamiento con López Obrador contra Ecuador —que erró entrando con violencia en territorio de México luego que populismo zurdo errara en incumplir el artículo 3 de la Convención sobre Asilo de Caracas que prohibía dar asilo a personas «inculpadas o procesadas en forma ante tribunales ordinarios competentes y por delitos comunes, o estén condenadas por tales delitos y por dichos tribunales», como era el caso— le beneficiará…? Las denuncias sobre nuestros vínculos con Irán, escondidos bajo la nebulosa de secretismos, obligan a pedir como Rodríguez Veltzé cuando reclamó: «La gravedad de su denuncia Presidente, lo obliga a transparentar los convenios con potencias extranjeras».

De acá al Bicentenario falta poco más de un año, algo menos que para las elecciones generales pero más que para unas (hipotéticas aún) judiciales y otras (tan hipotéticas también) primarias. ´¿y cómo llegaremos, con un MAS dividido (¿llegará al 2025 como lo conocimos?) sin discurso ni narración (el andinocentrismo marxistoide implosionó) y una oposición (oposiciones más bien) ni chicha ni limonada (porque los discursos nacionalistas, neoliberales y socialdemócratas ya se probaron y fracasaron?

Tela hay para muchos cortar. Hasta la próxima.

 

Información consultada

https://brujuladigital.net/economia/rodriguez-veltze-la-gravedad-de-su-denuncia-presidente-lo-obliga-a-transparentar-los-convenios-con-potencias-extranjeras-

https://brujuladigital.net/politica/como-la-expansion-del-regimen-de-iran-en-bolivia-encendio-las-alarmas-por-la-seguridad-de-america-latina

https://eldeber.com.bo/pais/arce-acusa-a-un-pais-vecino-de-balcanizar-bolivia-e-insta-a-los-cadetes-del-colegio-militar-a-defend_363575

https://es.wikipedia.org/wiki/Cosroes_y_Shirin

https://es.wikipedia.org/wiki/Layla_y_Majnún

https://rosatom-latinamerica.com/press-centre/news/uranium-one-group-de-la-estatal-rusa-rosatom-firm-convenio-con-boliva-para-la-industrializaci-n-del-/

https://rosatom-latinamerica.com/press-centre/news/uranium-one-group-de-la-estatal-rusa-rosatom-firm-convenio-con-boliva-para-la-industrializaci-n-del-/

https://unitel.bo/noticias/politica/arce-llama-a-defender-el-litio-y-dice-que-un-pais-vecino-pretende-controlar-los-recursos-naturales-mediante-operaciones-especiales-EG11711566

https://www.acnur.org/fileadmin/Documentos/BDL/2002/0038.pdf?file=fileadmin/Documentos/BDL/2002/0038

https://www.infobae.com/politica/2024/04/17/patricia-bullrich-denuncio-que-hay-fuerzas-iranies-en-bolivia-tenemos-el-maximo-nivel-de-alerta-de-seguridad/

https://www.perfil.com/noticias/politica/busca-generar-confrontaciones-bullrich-denuncio-la-presencia-de-fuerzas-iranies-en-bolivia-y-el-gobierno-de-arce-la-desmintio.phtml 

sábado, 13 de abril de 2024

Las Bolivias después del Bicentenario (y va el # dos)

 

«El decurso de los acontecimientos hace preguntarse a muchos qué está pasando en este país, en el que la polarización política ha pervertido y contagiado a los medios de comunicación y muestra ya preocupantes evidencias en el comportamiento de la calle. La respuesta [es:] la clase política es la peor que hemos tenido desde hace casi medio siglo. […] La clase política en general, la de las democracias en particular, es manifiestamente mejorable y lo que está fracasando es el sistema de representación».

Una visión panorámica que describe a cabalidad más de cuarenta años de crisis latentes y de crisis reales —con “momentos” (no más que eso) entre ellas de fuertes medidas rectificativas, a veces dolorosas pero imprescindibles, a veces vilipendiadas pero efectivas— para nuestra Bolivia.

«Las clases dirigentes no pueden alegar inocencia ante la crispación creciente de la sociedad, animada y promovida por los medios de comunicación, financiados unos, amenazados otros, o financiados y amenazados a un tiempo, por el poder».

Agregaré silenciados —de muchas formas: algunas “legales” las impositivas y las financieras pero tan deleznables como las mafiosas y violentas de las dictaduras— los medios que intentaron resistir las amenazas, como en recientes fechas lo fueron Página Siete y Los Tiempos y un poco antes El Diario y lo fue también el único medio escrito verdaderamente nacional: Presencia.

«[…] La falta de diálogo entre los diferentes es el origen fundamental del deterioro de la política, convertida en espectáculo de pésima calidad, cuando no en prácticas mafiosas como  los  casos de corrupción demuestran. Estos tienen que ver de ordinario con el insaciable apetito de financiación [y aun] con la liberalidad interesada de los gobiernos, dispuestos a  fomentar subvenciones de todo tipo, a personas e instituciones, con el pretexto de combatir desigualdades sociales».

Bonos y sinecuras, clientelismo sin meritocracia; bonos y ayudas que fomentan la dependencia clientelar pero que para los que realmente es su única forma de subsistir —los únicos para los que sí es justicia social— les hace olvidar el fracaso de la Política en crear un sociedad de hombres y mujeres libres e independientes gracias a su trabajo digno y a sus salarios justos, fracaso consecuencia de modelos siempre fracasados vendidos como panacea pero que sólo producen pobreza y, poco luego, miseria.

Los textos resaltados no se refieren a Bolivia ni los escribió un boliviano pero bien la reflejan y cualquiera que escriba con independencia de criterio pudo suscribirlo. Son de Juan Luis Cebrián, exdirector de El País (1976-1988) y expresidente del Grupo Prisa (2012-2018) en España (“Bambi y la polarización”, The Objective El País se lo censuró—, 09/04/2024) y se refieren al actual momento de España (“momento” del que Cebrián puede hablar con mucho conocimiento, porque siempre fue conmilitón del Poder), con el socialismo prostituido a conciencia  por una rosca abyecta decidida a enquistarse en el Poder por cualquier modo—en loor de algunos amigos honrados que, a pesar de todo, aún apuestan por el socialismo diré que tiene que haber, por ellos, uno de personas forradas de ilusiones sinceras. ¿Acaso las frases no reflejan nuestra Bolivia ahora y el cainismo que nos espera camino del Bicentenario —y podría agregar las incompetencias egoístas de la que debe ser su “acera de enfrente”?   

El artículo de la semana pasada lo escribí pensando en dos queridas amigas de quienes entonces no quise hablar para no ofender sus modestias pero rectificaré porque un amigo me recordó que honrar honra, como dijera Martí: lo concebí pensando en Susana Seleme Antelo y Paula Peña Hasbún, orgullo ambas para Bolivia y, en particular, para Santa Cruz.

Éste de hoy lo pienso en dos amigos españoles, amantes fieles de Bolivia y siempre activos colaboradores y hermanadores de nuestros pueblos: Ramón Emilio Mandado —quien me proveyó el artículo de marras— y el P. Juan Manuel Díaz, profesores universitarios también en Bolivia y de los que he aprendido trabajando con ellos.

Pero no será ésta la última entrega de “Las Bolivias después del Bicentenario”…

 

Información consultada

https://theobjective.com/elsubjetivo/opinion/2024-04-09/bambi-la-polarizacion/

sábado, 6 de abril de 2024

Las Bolivias después del Bicentenario

Desde febrero ha encontrado artículos de opinión que me han sido muy interesantes lecturas, ya sea por coincidencia o por discrepancia. No me queda duda que la resiliencia de quienes expresamos nuestras opiniones es tan poderosa como el amor por la libertad de expresarse e informarse del boliviano común, aquél que no le gusta quedarse frenado en un mensaje “purgado” o en una narrativa construida, similar empeño éste del boliviano con el de los medios silenciados —de tantas formas, que pretextos siempre hay— que se renacen en el ciberespacio.

Primero que todo delimitaré, porque “quien mucho abarca, poco aprieta” y ya se sabe que los todólogos pecan, y mucho. Comentaré de un país que, muchísimas veces, sentimos que se nos deshace y para el que necesitamos supere su propio Bicentenario.

Empezaré desde ya por un escrito con el cual reencuentro un visión maniquea lamentablemente construida y repetida, con la que tengo serias discrepancias; me refiero a “¿Dónde está Santa Cruz hoy?” de Diego Ayo. La primera discrepancia está con lo que él define como «el alineamiento de los cruceños, al menos los que pertenecen a élites empresariales» entre 1985 a 2005 como «parte del bloque en el poder. […] Las diferentes instituciones del departamento pertenecían al primer alineamiento: a aquellos que dominan»: una suposición que en nada se aparta de la que postulaba García Linera —en su pose autorrogada de teórico del masismo— sobre el cruceño “conservador y oligarca”, no sólo falsa sino profundamente (esa sí) oligárquica (minera) y centralista —no importa donde estuviera en ese momento el centro, si en Sucre (y Potosí) antes de la Revolución Federal o en La Paz (y Oruro) después de ella— que Bolivia ha arrastrado desde que se independizó, expresada en el olvido, y hasta desprecio, por lo que serían “las periferias” sin riqueza minera: los departamentos de Santa Cruz, Beni —creado años después (1841) como fraccionamiento de Santa Cruz pero (como su matriz) siempre siguió olvidado—, los que después conformarían el Territorio Nacional de Colonias (Acre incluido) y hoy es Pando y, también, Tarija, regiones a las que ha unido la ausencia de vocación y calidad minera.

Después una aclaración confusa: «Los empresarios del departamento [incluye el “su respectivo Comité Cívico” pero a éste me referiré luego] no pertenecían a esta primera franja», con lo que colijo que esos «empresarios del departamento»  no eran parte de las «diferentes instituciones del departamento», lo que es decir que los «que dominan» no eran empresarios (pero, ¿acaso no mencionó que las «élites empresariales […] pertenecían […] a aquellos que dominan»?; entonces debo entender que el corporativismo gremial del empresariado cruceño, base institucional de su Modelo de Desarrollo, ¿no era formado por empresarios?). Así mismo si el Comité Cívico estaba en una «segunda franja [de Poder]», entonces ¿quién lideró todas las luchas cruceñas y bolivianas por las autonomías esos años?

Luego menciona que «a finales de 2005, una vez que Evo Morales obtuvo la presidencia, se inició un segundo momento: aquel del enfrentamiento entre los nuevos detentadores del poder, los masistas, y los cruceños como los actores contrahegemónicos» (palabra cara a la “progresía”) y entonces el señor Ayo se pregunta: «¿Qué sucedió? Los viejos se pelearon con los nuevos». Y aclara más: «El ring estaba armado, sólo había que pelear. La pelea duró hasta el inventado [sic] caso del terrorismo del hotel Las Américas. Se aplastó a esa oposición y se la acalló» (claro que “el aplaste” partió de la masacre de ese día pero también incluyó el estrangulamiento —físico y, a la vez, económico— del departamento).

No hace falta que reseñe lo que postula del período 2009-2019 cuando —según el autor— «un globo grande —el nuevo bloque en el poder [léase el MAS]— llevando de la mano a un globito chiquito —el viejo bloque en el poder o lo que sobraba de él— conviviendo en relativa armonía. ¿Cómo lo lograron? Con un trueque: “ustedes ganan plata haciendo sus negocios de exportación de soya (y demás), pero pierden la posibilidad de bregar por su autonomía”». Y concluye: «Plata si, política, no […]  Nunca se exportó tanta soya». Huelga decir que el “globo chiquito” fueron seis departamentos —asombraría unas élites tan abundantes—, que los ingresos al Tesoro de “el gas que se hizo gas” se han suplido en buena medida con las exportaciones agropecuarias, que la soya —«a pesar de los candados jurídicos que puso el Gobierno», una realidad que se mantiene hoy— contribuye con el 4,42% del PIB nacional, con más de USD 1.800 millones de exportación y con más de 120 mil empleos directos —no de élites ni de oligarcas—, datos todos del 2023.

Mucho ha aportado Bolivia en general y Santa Cruz en particular en 2016, en 2017-2018, en 2019 a la defensa de la democracia —la representativa, la del «modelo ya conocido» que ofrecía «el viejo bloque en el poder, aun con respiración: economía de mercado […] y multiculturalismo»

Esa combinación de «economía de mercado, democracia representativa y multiculturalismo» es la que aspiramos muchos —los más— tras 19 años de fracaso mayúsculo de «economía estatal, democracia étnica-comunitaria/directa [y racismo indianista, agrego] y plurinacionalidad», aunque, en fiel pluralidad democrática, respeto que el señor Ayo no se identifique con esa aspiración tan popular.

Los escenarios de futurología política que para Santa Cruz dibuja el señor Ayo no me ameritan comentarlos; pero reconozco que coincido —aunque no sea en el sentido del autor— con la meta del final de su texto: «Es de Santa Cruz ese todo por tener un verdadero proyecto». Un nuevo y verdadero Proyecto Nacional.