Bolivia es un buen ejemplo de democracias y dictaduras: Entre
1825 a 1879 la constitucionalidad de los gobiernos fue azarosa. Por el
contrario, los gobiernos entre 1880 a 1934 fueron constitucionales y muchas veces
elegidos directamente por el voto ciudadano —aunque con las limitaciones “democráticas”
de entonces. Esta época se cierra abruptamente con la Guerra del Chaco. Toro Ruilova
y luego Busch Becerra —pero sobre todo éste— significaron un cambio generacional
e ideológico, a la vez que el retorno de acciones de facto; el gobierno de izquierda
reformista de Villarroel Lopez sería antecedente de la Revolución Nacionalista que
seis años después llegaría al poder.
Prehistoria “democrática” boliviana: La democracia restringida
En Bolivia hasta 1952 el derecho a votar estaba restringido al
sufragio masculino calificado —podían votar sólo
los hombres que supieran leer y escribir— y hasta no mucho antes, avanzado ya el
siglo xx, aún más restringido por el sufragio censitario —sólo eran votantes los hombres
que cumplían requisitos de nivel de instrucción, de renta y de clase social—, con
lo cual se acentuaba la desigualdad.
1952 a 1963: De la Revolución a la perpetuación
Entre las muchas medidas de la Revolución Nacional, el voto universal fue una de las más
importantes socialmente, al otorgar este derecho a los analfabetos y las
mujeres por primera vez en Bolivia.
El Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) gobernó
ininterrumpidamente desde entonces: a Paz Estenssoro le sucedió Siles Suazo —el primer mandatario elegido en Bolivia por
votación universal— y a éste, nuevamente, Paz
Estenssoro. Pero para la década de los sesenta, el MNR estaba en crisis,
enfrascado en su decisión de perpetuarse. Y el quiebre fue interior.
El interregno de las dictaduras
1964 se inicia con un gobierno militar de facto surgido desde
el mismo MNR: Barrientos Ortuño. Tanto él como su sucesor —Ovando Candia— matizaron
posiciones conservadoras con otras que continuaban el modelo de 1952: Barrientos
Ortuño creo el Pacto Campesino-Militar y Ovando Candia nacionalizó —con la tutela
de Quiroga Santa Cruz— la Gulf Oil.
Saltando el gobierno nacionalpopulista de Torres González, llegó
el septenio del gobierno de facto de Bánzer Suárez —con el MNR y Falange Socialista
Boliviana (FSB)—, que trató de darse continuidad en elecciones fraudulentas.
Sucesivos golpes militares acercaron a elecciones en 1979, triunfando la candidatura
izquierdista de Siles Suazo. Sin embargo, al no alcanzar esa candidatura 50% más
uno de los votos válidos y no llegarse a acuerdo en el Congreso, se designó como
Presidente interino al titular del Senado, Guevara Arce, hasta la realización
de nuevas elecciones en 1980.
¡Democracia o muerte!
El plazo no se cumplió: A poco, Natusch Busch derrocó el nuevo gobierno democrático
mediante un sangriento golpe de estado cívicomilitar que fracasó 16 días después
por la resistencia popular. Nuevamente, el Congreso definió el interinato presidencial
con la titular de la Cámara de Diputados, Gueiler
Tejada, la primera mujer en ese cargo; en las nuevas elecciones, Siles Suazo alcanzó
nuevamente la victoria pero un mes después el gobierno constitucional fue derrocado
por otro golpe militar encabezado por García Meza con la participación y el apoyo
de la dictadura militar argentina y muy vinculado al narcotráfico, dictadura que
colapsaría poco más de un año después y que transitaría por varios gobiernos
militares hasta que una huelga general permite que el nuevo Congreso Nacional —conformado
en 1980— designe, ahora sí, a Siles Suazo como Presidente de la República.
Con él se inicia un largo período democrático con los
siguientes gobiernos electos —Paz Estenssoro, Paz Zamora, Sanchez de Lozada,
Bánzer Suárez y Morales Ayma— y las sucesiones constitucionales —Quiroga
Ramirez, Mesa Gisbert y Rodríguez Veltzé— conforma el segundo más extenso
después del de 1899 a 1936.
Los años de los “Acuerdos”
La asunción de Siles Suazo abre un período histórico que
está marcado por elegidos sin mayoría constitucional para ejercer la
Presidencia, lo que se repite hasta 2002: En 1985,
el MNR —segundo en votación: 30,4%— logra ser gobierno con votos congresales de
diferentes partidos y pacta un acuerdo de alternancia de apoyos electorales con
Acción Democrática Nacionalista (ADN) —primero, con 32,8%— para gobernar. En
1989, el MIR —tercero en votos: 21,8%— es convertido en Gobierno por ADN —segundo
con 25,2%— como consecuencia de que el MNR —ahora primero con 25,6%— no cumplió
su acuerdo de alternabilidad. (En estos comicios por primera vez coincidieron
las elecciones nacionales con las Municipales.) Conciencia de Patria (CONDEPA),
partido surgido en La Paz, aparece por vez primera en estas elecciones con 12,3%
de los votos.
Las elecciones generales de 1993 se celebran en un marco
legal distinto a las 1989: Tras las acusaciones de fraude en esas elecciones,
la totalidad de las fuerzas políticas bolivianas con representación
parlamentaria acordaron la formación de Cortes Electorales imparciales, independientes
y transparentes y nuevas leyes y cambios en la Constitución Política del Estado.
El MNR —en alianza con el Movimiento Revolucionario Tupak Katari de Liberación
(MRTKL)— alcanza la primera mayoría en las elecciones —35,6%—,
pero tiene que aliarse con Unidad Cívica Solidaridad (UCS) —13,8%— y con el
Movimiento Bolivia Libre (MBL) —5,4%— para alcanzar la gobernabilidad y la mayoría
habilitante en el Congreso.
Los procesos electorales generales de 1997 se producen con la
nueva Ley Electoral de 1996; las circunscripciones electores vigentes hasta entonces
cambiaron a un sistema mixto de 78, manteniendo las diez anteriores y
aumentando 68 circunscripciones electorales uninominales; otros cambios
importantes fueron la reducción de la edad mínima requerida para ser elector —ahora
18 años— y el alargamiento del período presidencial —a 5 años.
Bánzer Suárez logra su aspiración de ocupar nuevamente la
Presidencia de la República, ahora por métodos electorales democráticos y con
una coalición formada por ADN, Nueva Fuerza Republicana (NFR) y el Partido
Demócrata Cristiano (PDC) pero para salvar su aspiración —y mejorar su magro 22,3%—
genera una amplia alianza con UCS, MIR-NM, Katarismo Nacional
Democrático (KND), Frente Revolucionario de Izquierda (FRI) y CONDEPA-MP.
La siguiente elección (2002) fue no menos reñida: Sánchez de
Lozada alcanzó la primera y escasa mayoría —22,5%—, requiriendo los votos del
MIR-NM, ADN, FRI, NFR, el Partido Socialista (PS), UCS y FSB y generando la
tercera alianza más inestable de la etapa democrática.
Factor muy importante en esta elección es la emergencia del Movimiento al
Socialismo (MAS).
Para final de este ciclo, el sucesor constitucional de
Sánchez de Lozada tras su forzada renuncia —De Mesa Gisbert— postuló gobernar
sin partidos pero terminó promoviendo la Bancada Patriótica con parlamentarios
de diversas tendencias que le dieron una relativa estabilidad hasta tener que
renunciar por la presión de la situación del país.
Es necesario entender importantes sucesos del período.
El primero fue el gran reacomodo de fuerzas políticas que significó
la desaparición de muchas organizaciones partidarias: En las elecciones de 1985
participaron 18 organizaciones pero en la de 2002 fueron 11 —7habían surgido después de 1985.
Organizaciones que habían tenido una importancia considerable en la vida
política boliviana —FSB, Movimiento Tupaj Katari (en sus dos vertientes), PDC,Izquierda Unida (IU), MNR-I, MBL—,
desaparecieron o se minimizaron significativamente.
El segundo suceso importante es el surgimiento de nuevas
fuerzas y su trayectoria en el período.
El primero cronológicamente fue CONDEPA. Fundado simbólicamente
en Tiwanaku para reafirmar su vínculo por los orígenes indígenas del país,[6] fue un partido neopopulista dirigido
por el músico y radialista Palenque Avilés que aglutinó a sectores populares e
intelectuales nacionalistas. Las elecciones de 1989 fueron su debut y sorprendió
al obtener el primer lugar en votación en el departamento de La Paz y un
significativo cuarto a nivel nacional; sin embargo, nunca fue un partido
nacional, concentrándose en el departamento paceño —sobre todo en las ciudades
de El Alto y La Paz, gobernando varias gestiones— y con presencia minoritaria
en Oruro y Potosí. Aliada de ADN en 1997, a la muerte de Palenque Avilés en
1997 declina hasta desaparecer.[7]
UCS —otro partido neopopulista— fue fundado por el industrial
cervecero Fernández Rojas y, a diferencia de CONDEPA, penetró en zonas
suburbanas y periurbanas de todo el país, gracias al asistencialismo de su
líder —UCS nunca buscó desligarse del financiamiento de la empresa de su líder ni
creó liderazgos alternativos.
Apareció electoralmente en 1993 —13,8%— y desde entonces participó en todos los
cogobiernos del período. A la muerte de su fundador (1995), como CONDEPA el
partido declinó, no sobreviviendo ambos partidos la muerte de sus líderes.
En el MAS-IPSP confluyen necesidades: las de sectores
emergentes rurales: los cocaleros, necesarios de espacios de defensa; las de
los diversos sectores de izquierda —muy disminuidos orgánicamente— de recuperarse.
Le favorecen: la crisis social del modelo neoliberal; el castigo a la forma de
hacer política de los partidos tradicionales; incluso la municipalización del
país después 1994. Con la IU como antecedente, heredando la sigla MAS de
sectores de izquierda de la FSB y segundo caudal de votos en 2002 —20,9%—, su
carismático líder Morales Ayma —caracterizando él “lo popular y marginado” de
amplios sectores de la sociedad— y orientado por antiguos dirigentes
sindicalistas y de izquierda —con los que rompería luego—, se convierte en un
símbolo de alternancia. En 2005 obtuvo 53,7% de los votos, convirtiéndose en la
primera vez que un partido obtiene la mayoría requerida para gobernar
directamente por el voto popular.
La última de las organizaciones políticas surgidas en el
período fue el Movimiento Sin Miedo Por Justicia y Dignidad (MSM). Escisión en
1999 del MBL por discrepancias con el apoyo dado a las políticas neoliberales,
ese mismo año su líder visible —Del Granado Cosío— obtiene la Alcaldía de La
Paz, lo que repite en 2004 para después pasar la candidatura en 2010 al actual
alcalde, Revilla Herrero. Entre 2006 y 2010, el MSM y el MAS tuvieron una
estrecha alianza, que posteriormente se rompió abruptamente, quedando el MSM
como partido aislado de oposición.
El tercero de los sucesos (retomando el análisis anterior) fue
la Participación Popular en 1994, que transfirió muchas de las atribuciones del
Poder Central y sus recursos a los Municipios —saltando a las Prefecturas— y
que continuó en 1996, en seguimiento de ese empoderamiento, con la creación de las
Circunscripciones Electorales y la ruptura del monopolio partidario electoral,
con las Agrupaciones Ciudadanas y los Pueblos Indígenas, además del voto
directo para elegir diputados uninominales —por circunscripción—, reduciendo el
número de parlamentarios electos por listas partidarias —los plurinominales—,
decisiones que dieron un cambio radical a la forma de gobernar.
Fin del Modelo y Comienzo del Cambio
Revisemos los procesos electorales del período, donde el
fenómeno electoral MAS y Evo Morales —asociación hasta ahora indisoluble e
imprescindible— ocupa lugar primordial.
La primera elección del período fue el Referéndum de 2004
sobre el aprovechamiento de los recursos de la explotación del gas natural y su
posible venta a Chile. Abrumadoramente, la población contestó Sí las 5
preguntas —con distintos porcentajes— y esas respuestas, más que potenciar su promotor,
el Gobierno De Mesa Gisbert, reafirmó al MAS, que se había apropiado de las
banderas de Octubre Negro, aunque no fueron sus protagonistas directos.
El segundo, ya con Rodríguez Veltzé, fue las elecciones
generales y para Prefectos —novedad— de 2005. Morales Ayma obtuvo 53,7% de
votos, con lo cual se convertía directamente en Presidente Constitucional. Consecuencias
de estos resultados fueron un Congreso dividido —mayoría del MAS en Diputados y
de la oposición en Senado— y mayoría de Prefectos opositores —6 contra 3, que
después fueron 7 vs. 2.
Sus votos permitieron a Morales Ayma y el MAS convocar en
2006 la Asamblea Constituyente y el Referéndum Nacional Vinculante sobre
Autonomías. Para la primera, se logró una variada composición de opositores
como de aliados; para la segunda, los resultados favorecieron promover las
autonomías. A éste le siguió el
Referéndum Revocatorio de 2008 —aprobado por la mayoría opositora en el Senado
y que fue un error estratégico y fracaso para la oposición—, que ratificó
abrumadoramente (67,4%) el proceso de cambio y sacó de sus gobiernos a los
prefectos opositores de Cochabamba y La Paz.
El siguiente proceso electoral fue a inicios de 2009 con el Referéndum
para aprobar la Nueva Constitución Política del Estado (NCPE), redactada entre
2006 y 2007 y modificada por el Congreso Nacional en 2008. Fue aprobada por 61,4%
de los votos válidos.
Tras estos resultados y promulgada la NCPE, el Gobierno
Morales Ayma convocó a elecciones en diciembre de ese mismo año y obtuvo 64,2%
de resultados válidos, nuevamente el más alto histórico y quebrando la
capacidad de convocatoria electoral de la oposición. Se cerraba un ciclo
ascendente que se inició en 2005 con 53,7%, continuó en 2008 con 67,4%, se
reafirmó en 2009 con 61,4% y concluyó con este 64,2%.
¿Qué pasa después?: Aceleración de los procesos
Para las municipales y departamentales de abril de 2010 el
panorama cambia abruptamente:
De las 10 ciudades principales —9 capitales y El
Alto—, el MAS-IPSP sólo logra 3: Cobija, El Alto y Cochabamba, por mínima
diferencia. En Gobernadores —los antiguos Prefectos—, el MAS logra triunfar en 6
departamentos. En total, la votación para el MAS-IPSP en este proceso electoral
descendió a 49%, una pérdida de 15% en 5 meses, confirmando que su voto pasaba,
en gran medida, por la candidatura de Morales Ayma y no por su Organización;
además, la pérdida de muchas de las grandes ciudades —y casi fue de todas—
demuestra que el voto duro gubernamental se circunscribía fuera de lo urbano.
El otro “round” fue las elecciones judiciales de 2011. La
mala información ofrecida sobre los múltiples candidatos pero, sobre todo, la
susceptibilidad sobre el proceso y sus alcances —observado por la OEA— llevó a
que los votos nulos y blancos fueran mayoría: 57,7% en el Tribunal Agroambiental; 58% en el Consejo de
la Magistratura; 57,9% en el Tribunal Constitucional Plurinacional. Esto llevó
a una bajísima representatividad de los funcionarios judiciales electos.
¿Mañana?
No habrá ningún proceso electoral nacional hasta diciembre
de 2014, cuando se realicen las próximas elecciones generales y, posiblemente
por temporalidad, departamentales y municipales.
Al momento, para las generales algunos líderes opositores —el
más visible en ello es Doria Medina Auza— están tratando de formar consensos y
crear una Mesa de Unidad, como en Venezuela. En la medida en que se constituya
podrá empezar a ser una opción frente a un MAS-IPSP con signos de desgaste —aunque
en proceso de institucionalización interna, que pudiera darle un nuevo impulso—,
pero ya Del Granado Cosío se ha opuesto a entrar en ese acuerdo.
Nada, en absoluto, es definitivo aún. El desenvolvimiento de
la economía nacional en los próximos 2 años —un imponderable muy significativo—,
las exportaciones por venta de hidrocarburos, las relaciones con Brasil y el
Mercosur, incluso las elecciones del 7O en Venezuela pueden ser factores que
condicionen y muevan realmente la decisión popular en 2014.
Todo queda por ver.
José Rafael
Vilar
@jrvilar
La opción de 5.000 hectáreas como extensión máxima de tierra que podría
tener un ciudadano incluida en una pregunta adicional se aprobó por 80,7% de
votos válidos.