martes, 29 de mayo de 2018

Colombia entierra el Legado Santos



Ayer, Colombia volvió a votar SÍ a la Paz pero NO a los maltrechos Acuerdos de Paz cuando Iván Duque obtuvo 7.562.148 de votos, sobre el millón más que los que en 2016 rechazaron los Acuerdos recién firmados y que obligaron al gobierno Santos a darles un apresurado make-up y negociar algunas modificaciones (las que la guerrilla le aceptó) para no acabar fracasando totalmente. 

He estado leyendo algunas opiniones que auguran un «reñido» ballotage. Es bueno hacer números y memoria. Duque sacó 39,14% (le faltan 10,86%; las encuestas le daban entre 32,9 y 37,9, salió mejor) y su contendor 25,08 (le faltan 24,92; estaba entre 15,7 y 21,6, también mejor); el resto sacó 23,73 (Fajardo), 7,27 (Vargas Llera) y 2,06 (De la Calle). Petro necesita todo el trasvase de Fajardo (algo imposible) y aún “rasparle” a los otros. No hablemos de gobernabilidad: los congresistas de Petro son residuales en número.

En los ballotages de 2014, el ganador creció 25% y en las de 2010, 23%. Valgan las memorias.

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Criminal farsa



El domingo, el régimen madurista buscó “afianzar” su dictadura: a la ilegalidad de la Asamblea Constituyente y de los comicios regionales y municipales del año pasado le sumó la “reelección” presidencial.

Sin oposición (los “candidatos oponentes” eran “el juego de legalidad”), rechazada por la mayoría de los países latinoamericanos, EEUU, Canadá y la Unión Europea, con un Consejo Electoral abiertamente sumiso y corrupto (el año pasado, la empresa que proveía servicio de voto electrónico desde que Chávez lo instauró denunció, que la CNE había realizado un fraude millonario para la Constituyente) y con una abstención récord (la “oficial” en 54%, la de Meganálisis en casi 83%) a pesar de las coacciones a los empleados públicos y a los beneficiarios de las Misiones para que votaran (el oficialismo promovió el voto ilegal con el madurista Carné de la Patria y no la cédula para facilitar el fraude), fue tan burda la farsa que hasta uno de los candidatos corifeos (Henri Falcón Fuentes, exchavista, exopositor) llamó a desconocer las elecciones “por las serias irregularidades” y realizar nuevas, aunque las posibilidades de que ganaran la farsa él o alguno de los otros dos candidatos de relleno era irreal porque todo estaba dispuesto para darle la victoria a Maduro Moros.

Hasta el momento sólo  sus aliados han reconocido los resultados: Bolivia, Cuba, El Salvador e Irán (falta Nicaragua). China y Rusia también; China para que el actual régimen en el poder le siga pagando (en petróleo) las decenas de miles de millones en créditos adeudados; Rusia porque Venezuela es su principal aliado geopolítico regional.

jueves, 24 de mayo de 2018

Habemus Cardenal: un regalo de Pentecostés



«Muchos prometen períodos de cambio, nuevos comienzos, renovaciones portentosas, pero [...] ningún esfuerzo terreno por cambiar las cosas satisface plenamente el corazón del hombre. El cambio del Espíritu es diferente: [...] nos hace libres por dentro.» [Homilía del Papa Francisco en Pentecostés, 20/05/2018]

Era el Día de Pentecostés, el quincuagésimo del Tiempo de Pascua de Resurrección de Jesús. Los discípulos del Maestro estaban reunidos cuando «se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente [...]. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas [...] posándose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo.» [Hechos, 2: 2-4]

Ese «viento impetuoso de Dios [que] cambia la realidad [y] cambia los corazones» como Francisco describió en su homilía, llegó como regalo para Bolivia de un nuevo cardenal, Toribio Ticona Porco, el tercero en Bolivia el primero fue José Clemente Cardenal Maurer en 1967, seguido de Julio Cardenal Terrazas Sandoval en 2001— y el primero indígena altiplánico. Un “príncipe de la Iglesia” que cumple las palabras de Jesús que describe San Mateo [20:16]: «los últimos serán primeros, y los primeros, últimos» porque fue lustrabotas, revendedor del periódico Rebeldía, minero en Chacarilla (donde fue alcalde durante 14 años a falta de otra autoridad y la empresa minera que allí operaba cometía abusos), mecánico automotriz, ayudante de albañil, trabajó en la cervecería de Potosí; por defender la causa de los pobres, como sacerdote, fue encerrado «pero todo lo hemos hecho por el Señor».

Nacido cerca del cielo, en Atocha, hace 81 años, desde 2012 prelado emérito de Coro Coro, donde habitó y sirvió a la Iglesia durante 20 años, por su edad no podrá ser elector en un próximo Cónclave, lo que comparte con dos nuevos purpurados: el mexicano Sergio Obeso Rivera y el español Aquilino Bocos Merino; el otro nuevo cardenal latinoamericano es el peruano Pedro Barreto Jimeno. También fueron nombrados un iraquí, un español, tres italianos, un malgache, un polaco, un paquistaní, un portugués y un japonés, confirmando la universalidad de la Iglesia. Con estos nombramientos, la Iglesia Católica tiene 227 cardenales, de ellos 126 electores; latinoamericanos son 43 (22 electores).

El nuevo líder de la Iglesia en Bolivia ha sido elegido cuando el país se prepara para la canonización de su primera santa, la Beata Madre Nazaria de Santa Teresa (nacida Nazaria Ignacia March Mesa), fundadora en Oruro de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia en 1925, hoy en 21 países. Su obra evangelizadora ella la definió: «Quiero levantar a Bolivia de su postración, no quiero solo pan para sus pobres, ni repartir limosnas que se recogen de la caridad, sino elevar la dignidad de este pueblo, enseñándole a trabajar, procurándole trabajo digno, haciéndole sentir que en las manos de todos, y de cada uno, está el participar de la belleza, de la armonía, la dulzura y la felicidad de sentirse hijo de Dios.»

En una homilía del 9 de abril de 2016, el nuevo cardenal boliviano destacó: «Una de las características de nuestra Iglesia es el servicio a todos, pero con preferencia a los pobres. [...] El gobierno nos acusa de jerarcas y de colonizadores, pero eso no nos hace mella, porque nosotros seguimos anunciando el Evangelio. [...] El poder no es para aplastar a los demás, ni la economía para arruinar a las personas, ni la política para hacer lo que les da la gana. La economía, lo social y lo político deben estar al servicio del hombre y no a la inversa.»

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martes, 8 de mayo de 2018

50 años de redescubierto “amar el amor”



Era mayo de 1968 y en Paris (y luego en una larga treintena de países) los jóvenes descubrían “amar el amor”. Mientras, en Latinoamérica lo íbamos descubriendo de a poco y asaz prejuiciosamente en medio de la dicotomía en blanco y negro de una Guerra Fría que acá era mucho más caliente.

Debo agradecer a mi querida amiga Susana Seleme Antelo y su crónica “Los imperdibles años ‘60” el que volviera a vivirlos. Cinco décadas atrás, chiquillos de 14 años compartíamos en los recesos del instituto las escasas noticias que nos llegaban de algo que no entendíamos pero nos entusiasmaba: una tercera vía, no-violenta y lejana de los –ismos acostumbrados, de la que nuestros contemporáneos, un poco lejanos, nos abrían los ojos.

Y el 1968 nos dio mucho para abrirlos. Poco antes, el 4 de abril, en los EE.UU fue asesinado Martin Luther King Jr, Premio Nobel por la Paz, líder en la defensa de los derechos civiles y uno de los apóstoles de la no-violencia en el siglo xx junto con el Mathama Mohandas Karamchand Gandhi y Nelson Rolihlahla Mandela, y poco después, el 6 de junio asesinaban a Robert F. Kennedy también en los EE.UU. Pero mayo fue mucho más que primavera: Del 2 al 10 de mayo (paradoja, ese 5 se cumplió 150 años del nacimiento de Karl Marx), bajo el lema de “la imaginación al poder”, se iniciaba en París y extendía por toda Francia y el mundo un movimiento de estudiantes, trabajadores y minorías, unidos con protestas valóricas contra la autoridad y los prejuicios sociopolíticos, que se continuó en la experiencia de un socialismo menos dogmático y libre como fue la corta experiencia (15 de mayo al 20 de agosto) de la Primavera de Praga, que los tanques soviéticos destruyeron, sin darse cuenta los jerarcas del Pacto de Varsovia que acababan con la última opción de sobrevivir ellos mismos. 

¿Valió la utopía? Tras Mayo del 68 no se cambió el orden global porque no intentó cambiar el Estado, la política o la economía (más allá del breve episodio checoslovaco), “falencia” de la que siempre le acusaron los marxistas; por su parte, desde posiciones conservadoras, lo estigmatizaron de ser “el fin de toda utopía revolucionaria” y haber avanzado la sociedad de consumo posmoderna. Sin embargo, modificó brutalmente las relaciones de la política con la sociedad y la cultura: fue un vendaval desacralizador, democratizador, liberador y libertario que, con las consignas de "la imaginación al poder" y "prohibido prohibir", se negó a «cambiar el mundo a través de la toma del poder porque impugna al poder en sí mismo, así como la vida gris y opaca que ofrece el capitalismo» [Lucía Álvarez, “Mayo del 68, ¿el fin de la utopía revolucionaria?”] a lo que agrego yo: también impugnó al conservadurismo inmovilista que éste exhibía, compartido con el entonces aparentemente pujante comunismo del Este; por su parte André Glucksmann [Los maestros pensadores, 1977] la describió como «la revolución inencontrable».

Fue el primer movimiento global seguido en tiempo real en una época sin Internet ni redes, a pesar de Jean-Paul Sartreuna revolución de la revolución” contra el autoritarismo y los imperialismos, que en un momento histórico unió a estudiantes y obreros integrados en una visión nueva del mundo, utópica y anárquica (más que anarquista) con el hombre y su libertad plena en su centro porque, como 40 años después describiera su líder Daniel Cohn Bendit, Dany el Rojo, en su libro Forget 68 (Olviden el 68): «Contrariamente a los revolucionarios que quieren el poder político, la rebelión de 1968 quería el poder de su propia vida».

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https://es.wikipedia.org/wiki/Internacional_Comunista

domingo, 6 de mayo de 2018

¿Crisis o coyuntura? Historia de nunca acabar



«Una crisis económica es una situación en la que se producen cambios negativos importantes en las principales variables económicas, y especialmente en el PIB y en el empleo.» [Jorge Uxó González, Diccionario empresarial.

En estos últimos días, se ha repetido “crisis económica en Argentina” y me ha quedado la duda de su corrección porque sus indicadores macroeconómicos han mejorado —en 2017 el PIB creció 2,9% y el desempleo descendió a 7,2%, sin los make ups del kirchnerismo. 

Sin duda alguna, la subida en las tasas de interés de los bonos de EEUU a 10 años ha acelerado la salida de fondos de los mercados emergentes y golpeó mucho al peso argentino, depreciándolo 13,6% en una semana —lo que puede agravar su inflación, ya influenciada por el “sinceramiento tarifario” en los servicios básicos y la reducción del consumo—, lo que motivó la brusca subida de la tasa de interés (hasta 40%) y la salida al mercado de dólares de las RIN. Todo esto dan argumentos para la oposición exacerbada en CFK, cuyo populismo (además de la corrupción) conllevó estas situaciones.

La receta oficial —más allá de lo coyuntural— es dura pero mejoraría el atractivo para la necesitada inversión extranjera: menos gastos —reducir la inversión pública, más ingresos —a pesar de la caída de la exportación de soya por la sequía—, menor deuda externa —menos financiamiento— y solidez de pagarla —hay menor déficit fiscal que el previsto. 

Lejísimo de lo del 2001, sin embargo los últimos sondeos dan que los argentinos pesimistas en el futuro superan a los optimistas por primera vez desde la subida de Macri. Se necesitan buenas noticias.


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