Para quien creyó que era “mi” titular, debo decirles que es
el de un juego para dispositivos móviles que recién ha salido en EEUU: Trump vs. The World, accesible para
Android. También es el título de series de dibujos animados, de reportajes de
CCNPolitics… en fin, ¡de mucho!
Porque no es un título descabellado. El “Tornado” Trump
entró de último de los precandidatos republicanos a la Presidencia —¡19!— y acabó arrasando a todos,
con un discurso beligerante, agresivo, cáustico y, muchas veces, soez. Por eso,
hoy sólo queda él y varios meses antes de la Convención de su partido a fines
de julio ya tiene asegurada la candidatura con más delegados de los necesarios,
incluso antes de las 5 últimas primarias. Pero no sólo por haber eliminado a
sus competidores le sirve el título: Trump ha ganado los electores republicanos
descontentos con el establishment agrediendo a los migrantes, las mujeres,
incluso a sus aliados, lo que ha levantado rechazo en sectores importantes de
su partido —incluso conservadores del Tea Party, como el presidente de la
Cámara Paul Ryan— y en muchos países, despertando la desconfianza de muchos
líderes.
Latinoamérica
ha sido uno de sus focos de ataque y aunque México ha sido el preferido de sus
diatribas, toda la región ha sido parte de esa “amenaza” que Trump denuncia y
que tanto satisface a sus seguidores. Por eso, un Trump gobernando no será
beneficioso para ningún país latinoamericano, Bolivia incluida, porque será un
refresh del Big Stick —el Gran Garrote.
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