domingo, 9 de marzo de 2014

Michelle y su grimorio de promesas

Cuando el 11 Michelle Bachelet Jeria reciba el mando de Chile necesitará un buen grimorio —libros medievales de magia y encantamientos— para mantener en concordia a su Nueva Mayoría —desde los democristianos a los comunistas y, más, a los radicales ex dirigentes estudiantiles—, sostener los buenos indicadores que hereda de su antecesor —alto crecimiento y recuperación de los desastres del terremoto y tsunami de 2010 que desnudó imprevisiones y soberbia de Estado— y cumplir sus compromisos de campaña: reformas educativa (educación gratuita universal), tributaria (para financiarla) y constitucional.

Estas tres reformas —entre muchas otras propuestas— son los ejes fundamentales de los cambios sociales para modernizar Chile y acortar la brecha entre ricos y pobres anunciados en su campaña y que le dio los votos para triunfar sobre la candidata de la Alianza, Matthei Fornet. Los aspectos principales de la reforma educativa son lograr la gratuidad universal de la educación superior en un plazo de seis años, crear dos nuevas universidades estatales y fortalecer la educación pública para combatir el lucro en la educación; en la fiscal, bajo la filosofía de que “paguen más los que ganan más” aumentará de 20% a 25% el impuesto a las empresas para financiar mejoras en la educación, a la vez que rebajará en 5% el impuesto a las personas y eliminará exenciones fiscales sobre parte de las utilidades de las empresas, a la vez que creará una administradora estatal para competir con el sistema privado de fondos de pensiones. Pero la más transformadora es la redacción de una Constitución más representativa con cambios profundos del sistema electoral. Calcula destinar USD 15 mil millones a estas tres reformas.

En otros comentarios he destacado sus éxitos: única mujer que ha ocupado el cargo y primer mandatario que es reelegido para un segundo período y supera 60% de votos efectivos; también su dirección en ONU MUJER. Pero, en contraparte, es el primer gobierno elegido con menos sufragios del padrón —26,08%— y con una coalición —creada a partir de la Concertación para incluir a militantes comunistas— que no satisface totalmente al socio mayoritario —la DC.

Con mayoría simple en ambas Cámaras —21 de 38 en Senado y 67 de 120 en Diputados (6 y 21 de DC, respectivamente, tercer partido en el Congreso tras la UDI y RN)—, para alcanzar los quórums de cuatro séptimos (22 senadores y 69 diputados) y tres quintos (23 y 72) que necesita deberá negociar con los independientes y la oposición.

En lo exterior, deberá implementar el fallo de la CIJ sobre Perú, argumentar frente al de Bolivia, operar la participación del país en el Acuerdo del Pacífico —que llamó “reduccionista”— y en la ASEAN y realizar su pretendida apertura al Este —Argentina y Brasil.

Muchas expectativas.

Referencias


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